Consulta catalana 2014

Brown vs. Rajoy: dos formas antagónicas de afrontar el secesionismo

"Por razones de solidaridad, reparto, justicia y orgullo de Escocia, la única respuesta por el bien y el futuro de Escocia es votar no". Es la idea con la que el ex primer ministro británico Gordon Brown cerró el miércoles su discurso de fin de campaña para pedir a los escoceses que eligiesen seguir formando parte del Reino Unido, una alocución plagada de mensajes emotivos favorables a la unión y a las ventajas que ha conllevado para los británicos en los últimos 300 años. 

La intervención de Brown, que defendió firmemente el 'no' y atacó duramente las políticas y los mensajes del Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) del primer ministro Alex Salmond, se centró en las ventajas que tanto escoceses como ingleses, galeses y norirlandeses consiguen de su asociación, así como en los logros que juntos han alcanzado a lo largo de la historia. El tono de la alocución, no obstante, buscó en todo momento ensalzar los puntos positivos de la unión, algo que contrasta con la actitud que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lleva manteniendo desde que se iniciaron las tensiones y que repitió el pasado miércoles al ser preguntado en el Congreso de los Diputados sobre si facilitaría la eventual adhesión de una Escocia independiente en la UE.

La respuesta de Rajoy a la cuestión realizada por el diputado del PNV Aitor Esteban en la sesión de control al Gobierno dejó clara su postura: la celebración de consultas separatistas, además de inconstitucional en el caso español, es "un torpedo en la línea de flotación del espíritu europeo, porque Europa se ha hecho para integrar Estados y no para fragmentarlos". De igual forma, el presidente argumentó que este tipo de procesos "crean problemas muy importantes en ámbitos como, por ejemplo, la moneda, la deuda pública o el pago de las pensiones", y "producen recesión económica y pobreza para todos".

De estos problemas derivados de una eventual secesión también alertó Brown. Pero con un importante matiz: en lugar de incidir en las consecuencias económicas que supondría la separación, elogió las conquistas sociales conseguidas por los británicos actuando "juntos". "Nosotros construimos la paz juntos. Construimos el sistema de salud juntos. Construimos el Estado del bienestar juntos. Construiremos el futuro juntos, y no dejaremos que el nacionalismo rompa en pedazos lo que hemos conseguido juntos a través del sacrificio y el reparto".

"Los que votemos no amamos Escocia y amamos nuestro país. La Escocia de la Ilustración y los inventores escoceses, la Escocia que fue autora del derecho al trabajo aquí en Glasgow, y del derecho a la atención sanitaria gratuita; la Escocia que ayudó a construir las leyes económicas de este país, el Estado del bienestar de este país, y contribuyó al desarrollo de la ayuda internacional... Vosotros conocéis estos logros, y todos estos logros no ocurrieron fuera de la unión, sino dentro", recordó el expremier.

Pero Brown también tuvo tiempo para atacar, durante su discurso, la –a su juicio– falta de previsión de Salmond en estos asuntos clave si se declarase la independencia: la "incertidumbre sobre la moneda" –en el país existe un fuerte debate sobre si una Escocia independiente podría utilizar la libra, el euro o incluso una divisa propia–; el problema de un eventual "impago de la deuda"; la exigencia de imprimir "30.000 millones en reservas" para atender los servicios sociales –y, como consecuencia de esta masiva producción de dinero, un problema de inflación que provocaría "precios al alza en las tiendas"–; así como el "millón de trabajos dependientes de nuestro mercado como miembros del Reino Unido". "Todos estos problemas no han sido atendidos por el SNP", remachó Brown.

La "justicia social", base de la unidad

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"Ese es el signo de los tiempos, la integración y no la separación. Lo que necesitamos hoy son países y uniones fuertes para plantar cara a los retos globales que en estos momentos se están produciendo en todo el mundo", señaló igualmente Rajoy en el Congreso. El exprimer ministro británico también utilizó en su discurso este argumento, y aseguró que Escocia es "mejor y más grande" junto al resto del Reino Unido que por separado. No obstante, para Brown esta grandeza se refleja, fundamentalmente, en una idea: la "justicia social".

En este sentido, Brown proclamó su deseo de que exista "un parlamento escocés fuerte" que luche por la "equidad" en el Reino Unido. "Pero nuestra visión es más grande que eso", señaló el exmandatario. "En todas partes, a todas horas, particularmente a través de la pertenencia a Reino Unido, luchemos por lo que es nuestro instinto, nuestro sueño, nuestra demanda: un mundo no de Estados separados, sino de justicia social", pidió Brown, que también hizo hincapié en el "mensaje" que Escocia enviaría "al resto del mundo si decidiera separarse".

"Nosotros, el pueblo que encontró la forma de cooperar más allá de las fronteras; nosotros, que construimos una asociación entre naciones" basada en la "solidaridad y el reparto... ¿qué clase de mensaje enviaría Escocia al mundo si mañana dijeramos que nos rendimos a la hora de repartir, que destrozamos la cooperación [...] y que vamos a hacer añicos la idea de la solidaridad?", se preguntó Brown. Y su ideario quedó resumido en una frase: "Ésta no es su bandera, su país, su cultura y sus calles. Éstas son la bandera, el país, la cultura y las calles de todos".

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