El nuevo mapa político

La hoja de ruta de Pablo Iglesias para llevar a Podemos a la Moncloa

Podemos augura una coalición entre el PP y el PSOE para proteger "sus privilegios"

El objetivo está claro: el Gobierno. La propuesta de principios políticos presentada este lunes por el grupo promotor de Podemos –formado por el líder del partido, Pablo Iglesias, junto a Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luis Alegre– plantea los próximos comicios autonómicos y municipales de mayo de 2015 como una plataforma que impulse al partido en su carrera hacia la joya de la corona: el Palacio de la Moncloa.

La hoja de ruta diseñada por el núcleo duro de Podemos se une a las otras cinco propuestas que ya han sido planteadas por varios círculos en el marco del congreso fundacional del partido –la Asamblea Ciudadana Sí Se Puede–, un proceso iniciado hace una semana que culminará el próximo 14 de noviembre, y en el cual los militantes de la formación podrán presentar y elegir las estructuras y la línea política de Podemos, así como a sus líderes. Los planteamientos ideológicos que formula el grupo promotor son muy directos: Podemos busca llegar al Gobierno y debe hacerlo ahora, aprovechando "la descomposición" del sistema.

Borrador político

"El momento es ahora, cuando los grandes actores y el entramado mediático-financiero y de los aparatos del Estado tienen dificultades para recomponer parte de la legitimidad perdida y su campaña brutal contra Podemos no tiene el éxito que esperaban. El momento es ahora, también, porque en un Estado moderno con una sociedad civil articulada –y en nuestro caso fuertemente hegemonizada por las fuerzas conservadoras–, el mero paso del tiempo podría jugar a favor de lo que existe, desgastándonos, conteniendo la irrupción plebeya en la política oficial, normalizando un sistema de partidos en recomposición y abocándonos a una estrategia de lento crecimiento en un escenario ya estabilizado", señala el borrador, que plantea que la llegada a la Moncloa debe hacerse "postulando un discurso de excepción para una situación de excepción".

En este sentido, el núcleo duro de Podemos hace hincapié en una de las señas de identidad del partido desde su fundación: situarse no en un eje de izquierda contra derecha, sino en una dicotomía arriba-abajo; el pueblo contra la oligarquía. Y por ello el documento señala que los resultados de las pasadas elecciones europeas –donde Podemos consiguió cinco eurodiputados con tan sólo cuatro meses de vida– demuestra "la validez de la hipótesis de la unidad popular y transversal". "En un contexto de aguda deslegitimación del conjunto del entramado político e institucional del régimen [...], Podemos aparece como una fuerza outsider, sin hipotecas (de ahí el esfuerzo de los medios del régimen por fabricar una 'mochila ideológica' extremista) y en la mejor posición para cosechar el desprestigio del establishment", analiza el borrador.

Precisamente esta "deslegitimación" de las estructuras y partidos tradicionales es, según los firmantes del borrador, "una oportunidad política difícilmente mejorable" para llegar al poder, dada la "relativa debilidad política del gobierno", así como la "ausencia de indicadores positivos –siquiera sea parciales– con los que renovar la confianza en el ajuste" o la "crisis del principal partido de la alternancia en el turnismo". Y sin embargo, un posible cambio en dos de estas condiciones supone, a juicio del análisis del grupo promotor, el mayor riesgo para una eventual llegada de Podemos al Gobierno: la recuperación del PSOE y que calase entre la población el mensaje de la recuperación económica que vende el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

"[El PSOE] es quien cierra el espacio político 'por la izquierda' y es su crisis la que abre las oportunidades políticas para una nueva mayoría. Si se recompusiera siquiera parcialmente de su desprestigio y sus problemas internos, y postulase un nuevo líder con pocos vínculos simbólicos con el pasado, podría recuperar parte del espacio perdido y estrechar así las opciones para una fuerza de ruptura democrática, relativamente transversal dentro del discurso de unidad popular y ciudadana", señala el equipo de Iglesias con respecto a los socialistas. Y "la otra amenaza para la expansión de la ruptura" se produciría si tuviese efecto el mensaje de que "las medidas de ajuste nos han hecho pasar ya lo más duro y que se avecina la recuperación". "Por falsa y remota que sea, la narrativa de que se han hecho los deberes más duros y ahora se avecina el tiempo de la cosecha del esfuerzo, es muy peligrosa por la aparente reoxigenación que sugiere", remacha el documento.

Así las cosas, el grupo promotor plantea el próximo ciclo electoral como un proceso escalonado. En las municipales de mayo de 2015 proponen no presentarse bajo sus siglas y apoyar los proyectos municipalistas del estilo Ganemos"que cumplan a rajatabla con los requisitos de la nueva política, la transparencia, la regeneración y las posibilidades de victoria y cambio". Los comicios autonómicos de la misma fecha, por contra, sí que contarían con la presencia de Podemos dado que el grupo promotor las considera "el segundo paso y más contundente en la estrategia de cambio político en favor de la ciudadanía" porque "pueden alterar de forma irreversible el mapa político del país" y "hacer inevitable el cambio". Y lo más importante, y la meta de todos los esfuerzos: un buen resultado posibilitaría "desembocar, con la marca y herramienta Podemos al frente, a las puertas de unas elecciones generales que el pueblo afronte con voluntad y posibilidad de victoria".

borrador organizativo

Pero Iglesias y su equipo no sólo han presentado sus planteamientos ideológicos y estratégicos, sino que el borrador político ha ido acompañado de un borrador organizativo que sucede al que presentaron en julio. Este nuevo documento plantea una estructura similar al preborrador anterior, si bien modifica varios de sus puntos más polémicos y, entre otros cambios, propone la creación de la figura del secretario general como líder del partido, frente a su antigua denominación de portavoz, un cargo que pasaría a asumir simplemente labores representativas.

El cambio más destacado es el aumento de poder de las estructuras territoriales, habida cuenta de que las estructuras autonómicas y municipales de Podemos replicarían, según esta propuesta, la estatal. Así, los militantes de cada comunidad podrían elegir a su secretario general y este tendría derecho automáticamente a sentarse en el Consejo Ciudadano –el máximo órgano entre congresos–.  Así, se crearían una suerte de barones territoriales que compartirían asiento con el propio secretario general y otras 63 personas, elegidas directamente por todos los militantes.

Este Consejo Ciudadano compartiría con el número 1 del partido –elegido por todos los afiliados cada tres años, coincidiendo con la celebración de los congresos– las funciones ejecutivas de Podemos. Esto supone que el secretario general pierda poder con respecto al preborrador de julio, donde este cargo tenía todas las competencias ejecutivas. Lo que sí continúa igual es la capacidad del líder de elegir a su dirección –llamada Consejo de Coordinación–, de entre 10 y 15 miembros, que tendrá que ser aprobada por el Consejo Ciudadano.

La portavocía pierde casi todo su poder y recaería en "todos y cada uno de los miembros" de Podemos "en virtud de la posición que ocupen en cada caso en la estructura de la organización". Es decir, sin exceder sus competencias: un secretario general autonómico, por ejemplo, no podría ejercer de portavoz estatal.

Además, según la propuesta del grupo promotor, el secretario general podría ser revocado si así lo decidieran más de la mitad de los militantes; para que esta votación tenga lugar, deberán solicitarlo al menos el 25% de los afiliados, frente al 30% que se establecía en julio. El mismo porcentaje haría falta para votar sobre un miembro del Consejo Ciudadano o del Consejo de Coordinación, si bien en estos dos casos también sería suficientente para iniciar el proceso que lo solicitasen el 25% de los círculos de la organización, una previsión que no está presente si es el puesto del secretario general el que está en juego.

Borrador ético

El grupo promotor también ha presentado su propuesta de principios éticos, un documento que aspira a ser el que aquellas personas que quieran ser militantes de Podemos tengan que suscribir. Sus compromisos son bastante genéricos, y entre ellos se cuentan algunos como la defensa de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el respeto de las opiniones ajenas o el compromiso de "trabajar a favor de la recuperación de la soberanía popular y democrática".

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Borrador de principios políticos presentado por Pablo Iglesias y su equipo [PDF]

No obstante, el grupo capitaneado por Iglesias también incluye puntos novedosos en el documento, como la prohibición expresa de que Podemos se financie a través de los bancos. De igual forma, se propone como condición obligatoria para entrar en Podemos "exigir y respetar que la elección de candidatos o candidatas a cualquier institución de representación política se lleve a cabo mediante elecciones primarias abiertas a toda la ciudadanía", así como aceptar que sean los militantes los que decidan sobre eventuales pactos y alianzas con otras fuerzas políticas.

Y en el borrador no sólo hay condiciones para los militantes, sino también para los cargos electos bajo las siglas de Podemos, que entre otras cosas deberán ceñirse a "la limitación salarial que se establezca con carácter general para cada nivel de representación", así como renunciar a cualquier cargo o candidatura a un puesto público o interno del partido "en el caso de ser imputados, procesados o condenados por las faltas y delitos que se determinarán en el Reglamento al efecto que habrá de publicar la Comisión de Derechos y Garantías, y que en cualquier caso incluirán siempre los delitos de corrupción".

Sobre las puertas giratorias también se plantea una regulación: cualquier representante que milite en el partido debería, si se eligiese este borrador, "asumir la imposibilidad de ocupar el acceso, después de asumir cargos públicos, a la empresa privada cuya actividad haya o hubiera tenido conexión de intereses en sus tareas como representante, con prohibición expresa de asumir durante 10 años responsabilidades ejecutivas en empresas conexas con sus responsabilidades, y nunca como miembros en Consejos de Administración de empresas que actúen en sectores estratégicos o de relevancia económica nacional".

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