Naciones Unidas

Felipe VI reclama un asiento en el Consejo de Seguridad para una “España renovada”‏

El rey Felipe VI interviene en la Asamblea General de la ONU, este 24 de septiembre de 2014 en Nueva York.

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El rey Felipe VI reivindicó este miércoles en su estreno mundial ante la Asamblea General de la ONU el compromiso de este organismo con principios como la "soberanía nacional" e "integridad de los Estados".

En un discurso en el que pidió el voto para la candidatura de España para ingresar en el Consejo de Seguridad de la ONU en el bienio 2015-2016, subrayó que ha demostrado "siempre" su "apoyo incondicional" al sistema de Naciones Unidas así como su "responsabilidad activa" con los principios que en esta Asamblea "todos" reconocen. Principios que, enumeró, abarcan desde "la libertad, la justicia" y la "igualdad" hasta la "soberanía nacional, independencia y la integridad de los Estados".

España quiere estar en el Consejo de Seguridad de la ONU "para servir más y mejor a la comunidad internacional", afirmaba el rey, quien puso en valor la participación de 130.000 miembros de las Fuerzas Armadas españolas en operaciones de mantenimiento de la paz en los últimos 25 años o los 30.000 millones de dólares que los españoles han aportado a la cooperación al desarrollo en los últimos 14 años.

En su intervención, el monarca se refirió expresamente al continente africano y a los pequeños estados insulares, precisamente dos de las áreas en las que más ha centrado su campaña España, que compite con Turquía y Nueva Zelanda por dos de los puestos no permanentes que quedarán libres para el grupo al que pertenecen estas regiones.

Como hizo ayer martes durante su intervención en la Cumbre del Clima, Felipe VI alertó sobre el riesgo que el cambio climático representa para la supervivencia de estos pequeños países insulares, mientras se ha referido a África como "un continente de presente y de futuro" en el que surgen por doquier "nuevos ejemplos de innovación y creatividad". También quiso reivindicar la "solidaridad del pueblo español" con las víctimas de la epidemia de ébola.

En relación con otras áreas del planeta, Felipe VI defendió una "Europa más unida y cohesionada", mientras que se refirió a Iberoamérica como una "hermandad" para España en el ámbito internacional. También habló del Mediterráneo, Oriente Próximo y el mundo árabe como "espacios muy cercanos, no solo en lo geográfico, sino también en lo cultural y lo afectivo". Una región, esta última, en la que España tiene una "voluntad" de "contribuir a la estabilidad" y donde, señalaba, se "sufre en algunas sociedades el azote de una barbarie intolerable; una violencia criminal y atroz que amenaza a todas las sociedades del planeta y a los mismos valores de la civilización humana universal".

Prevención de conflictos

El rey pasó de puntillas por los conflictos que copan la actualidad internacional, limitándose a hacer un llamamiento general a la prevención y resolución de los conflictos por la vía de la diplomacia: "Vivimos tiempos marcados por la proliferación de conflictos; algunos de ellos especialmente devastadores y con efectos indiscriminados sobre las poblaciones civiles. Nuestro objetivo primordial ha de ser prevenir las guerras; y cuando no lo consigamos, entonces proteger y asistir a los inocentes y damnificados. No debemos nunca cejar en nuestro empeño de resolverlas mediante la diplomacia y todos los instrumentos que otorga la Carta de Naciones Unidas".

Pero los conflictos armados no son las únicas amenazas a la comunidad internacional, según advertía el rey, que también apuntaba a "cada niño atrapado en situaciones de violencia, cada mujer vejada o limitada en sus derechos simplemente por serlo, cada enfermo que fallece por falta de medicamentos, cada anciado abandonado".

España diversa y solidaria

Felipe VI reservó una parte de su discurso a presentar España como una nación "renovada, pero fiel a sí misma y a sus compromisos internacionales". Además, describió que la sociedad española es "un ejemplo de compromiso con la dignidad de las personas, solidaria con los más desfavorecidos", con un "profundo sentido de la igualdad", que "rechaza el fanatismo, la violencia y la intolerancia y ama la paz".

"Es una sociedad diversa en su cultura y sus lenguas, capaz de superar dificultades con entereza y con sentido de la responsabilidad, y que demanda integridad y ejemplaridad como valores cívicos intrínsecos a la democracia. La española es una sociedad fuerte y generosa, con empuje, de la que me siento verdaderamente orgulloso", añadía.

El rey también reivindicó la "gran obra política" que construyeron los españoles durante la Transición, cuando se dotaron de un "sistema" desde el que articularon "un Estado social y democrático de derecho que ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística.

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Sin mención a Gibraltar

La cuestión de Gibraltar, que suele ser recurrente cuando es el presidente del Gobierno el que habla en el debate general, no ha estado presente en el discurso del monarca. Felipe VI también aprovechó su discurso para reivindicar la pujanza del español y pedir que esta lengua asuma "ampliamente su definición formal de idioma oficial en la ONU, como lengua de trabajo y de plena presencia y representación".

Uno de los rivales de España en la campaña es Nueva Zelanda, miembro de la Commonwealth, por lo que una mención al contencioso con el Reino Unido podría restar votos a nuestro país. La batalla se dilucidará en una votación en la Asamblea General –donde cada país representa un voto– el próximo 16 de octubre.

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