Delincuencia

El pederasta de Ciudad Lineal, acusado de 5 agresiones y 3 intentos, cumplió condena por el mismo delito

Pederasta pixelado

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El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, está acusado de cinco agresiones a menores de entre cinco y once años y tres tentativas, según informó este miércoles el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que relató que el detenido, un varón español de 42 años, ya cumplió una condena de siete años en los años noventa por un delito similar contra una niña de seis años.

Fernández Díaz dio estos datos en una comparecencia en la que ha ofrecido detalles de su detención, en la que ha participado un amplio dispositivo policial con el que ha colaborado el FBI.

El ministro confirmó que las agresiones se producían contra menores con las que no tenía ninguna relación, de escaso desarrollo físico y con las que contactaba en parques o zonas de ocio habituales de menores, factores que han complicado la investigación.

Según dijo, es un varón español de 42 años "aunque aparenta menos", con un amplio historial policial por robos con violencia, robos con fuerza y violencia de género, y que en los años noventa fue condenado a siete años por retener y agredir sexualmente a una menor de corta edad. Se dedicaba a actividades mercantiles de compraventa de vehículos, era aficionado a las artes marciales y el culturismo, era violento y tenía relaciones con el crimen organizado.

Fue detenido a las 7.37 horas de este miércoles en Santander, donde llevaba dos semanas controlado por la Policía a la espera de reunir carga probatoria suficiente.  El análisis de un Citroën Xsara Picasso y una vieja orden de embargo sobre el vehículo fueron claves para que los investigadores de la Policía Judicial de la Policía Nacional diesen con el presunto pederasta. Desde que la Policía arrancó en el mes de abril con esta operación, analizaron miles de pruebas y buscaron otras tantas posibles pistas, aumentaron la vigilancia en parques y zonas públicas, barajaron posibles viviendas donde se escondía o cometía sus crímenes y analizaron multitud de coches, especialmente cuando los investigadores se percataron de que el sospechoso cambiaba habitualmente de vehículo.

Mas adelante supieron que el detenido, entre otras actividades, se dedicaba a la compraventa de vehículos por lo que siempre tenía a su disposición distintos modelos, dificultando así la labor policial. Tiene antecedentes por secuestros, detenciones ilegales, robos con violencia, robos con fuerza y violencia de género. Además los investigadores le acusan de realizar acciones violentas para el cobro de deudas. Los encargados del caso consideraron clave desde un principio dos líneas de investigación: por un lado contar con una descripción fiable de la persona a la que buscaban y por otro dar con el coche que empleaba para sus actividades. "En el momento en el ambas líneas convergiesen, daríamos con la persona", relatan las fuentes consultadas.

Dentro de este planteamiento, la Policía analizó una cantidad ingente de vehículos. En una primera fase de la investigación, las pesquisas policiales les llevaron a centrarse en coches Toyota, pero a medida que avanzó el caso y en función de nuevas informaciones que iban recabando ampliaron el espectro de búsqueda también a los Citroën Xsara.

Una orden de embargo

Dentro de esta estrategia, el citado Citroën era en principio uno más a analizar. Se añadía el inconveniente de que se encontraba expuesto para su venta en un negocio sin relación alguna con el caso. Aún así los investigadores insistieron y se toparon con una ayuda inesperada: sobre el coche constaba aún una orden de embargo por impago a partir de la cual pudieron conocer la identidad del anterior dueño del vehículo, es decir, el sospechoso.

El pederasta se desplazó a Santander huyendo de la presión mediática y policial y durante dos semanas la Policía realizó sobre él un seguimiento exhaustivo las 24 horas del día hasta que se decidió su detención. Los investigadores le definen como un "auténtico depredador" y cumple el perfil de "pederasta preferencial", es decir, que no tenía ninguna relación con sus víctimas ni las sometía a seguimiento. De hecho, las fuentes consultadas creen que las tres tentativas de secuestro de las que le acusan eran los casos en los que trató de abusar de menores sin éxito y el mismo día acudía a por otra víctima.

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Según explicó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la rueda de prensa posterior al arresto, el pederasta realizó sus abusos a menores tanto en un piso desocupado propiedad de su familia como en el propio coche. Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, se cree que el Citroën Xsara Picasso fue usado en una de sus acciones.

De hecho el análisis de este coche no se limitó a la mera comprobación de la identidad de su anterior propietario. Aprovechando que constaba una orden de embargo y contando con la autorización judicial pertinente, la Policía retiró el vehículo de donde estaba expuesto para su venta. Fue ahí cuando el dueño del negocio se presentó ante la Policía para demostrar que todo estaba en regla. Pero para entonces la Policía ya había realizado los análisis de ADN sobre el coche en busca de pistas incriminatorias, sin que por el momento se conozcan los resultados, indican estas fuentes.

Los agentes que han estado a cargo de la investigación no ocultan el alivio por el desenlace de este caso que ha durado meses y por el cual hubo policías que renunciaron a vacaciones de verano. "Ningún cuerpo policial se había enfrentado a un hecho de la complejidad de este", ha dicho el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz en la rueda de prensa posterior al arresto.

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