Crisis del ébola

Mato: “De su estado de salud le puedo decir lo que sabemos por los medios”

La ministra de Sanidad, Ana Mato, acompañada por la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero (centro), y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez.

La ministra Ana Mato reapareció ante los medios de comunicación en la tarde de este viernes. Lo hizo tras reunirse con los consejeros de Sanidad de las autonomías, con los que acordó modificar los protocolos "para mejorar el seguimiento de los contactos de los pacientes afectados por el virus del Ébola". Mato había permanecido oculta a la opinión desde el lunes, cuando informó de que una técnica de enfermería que trató a los religiosos repatriados desde África había sido infectada.

Fue al ser preguntada por la situación clínica de Romero y los tratamientos a los que está teniendo acceso cuando la ministra –muy cuestionada estos días por su gestión de esta crisis– tuvo un desliz. La respuesta a esa cuestión fue: "Tiene a su disposción todos los tratamientos. Sobre su estado le puedo decir lo que sabemos por los medios". En una pregunta posterior matizó esta afirmación y señaló que los partes médicos correponde darlos a los profesionales sanitarios, no a su ministerio. Y abundó en que su departamento no va a informar ni hoy ni en los próximos días sobre la evolución de la técnica infectada. 

A pesar de que todo apunta de que la infección de Romero es fruto de una cadena de errores, Mato no reconoció equivocación alguna e insistió en que en los últimos días desde el Ministerio de Sanidad, la Comunidad de Madrid y las comunidades autónomas se ha trabajado "con la máxima responsabilidad, transparencia, coordinación y colaboración". Y, preguntada por los periodistas, despachó con un escueto "lo estamos investigando" cuestiones como por qué la afectada pasó 16 horas en el Hospital de Alcorcón –que no está preparado específicamente para este tipo de infecciones– o por qué la ambulancia que la trasladó desde su domicilio a dicho centro sanitario atendió despúes a media docena de pacientes sin ser desinfectada. 

Por otro lado, la ministra evitó decir si se siente o no desautorizada después de que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría tomara este viernes las riendas del comité especial para coordinar las actuaciones en relación con el virus del Ébola. Y aunque no se pronunció sobre si se siente respaldada por el presidente del Gobierno, declaró su "satisfacción" por la puesta en marcha de un grupo de seguimiento que, a su juicio, es una forma de "institucionalizar la coordinación que ya existía", algo que considera "un gran acierto".

En consejero de sanidad madrileño, Javier Rodríguez –que en los últimos días se ha embarcado en una escalada de declaraciones disparatadas– también estuvo presente en la reunión. Entró en el edificio por el garaje y salió antes incluso de que la ministra terminara su comparecencia. Evitó de esa forma que los periodistas tuvieran acceso a él y le preguntaran por sus recientes dislates. Entre ellos, llamar mentirosa a la paciente contagiada por ébola o asegurar, frente a las quejas de los sanitarios sobre sus trajes, que "no hace falta un máster" para aprender a ponérselos y quitárselos. 

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Protocolo

El ministerio y las comunidades autónomas acordaron reforzar los protocolos de actuación ante el virus del ébola y, entre otras cuestiones, decidieron bajar, de 38,6 a 37,7 grados, el umbral de fiebre de las personas que hayan estado en contacto con un posible infectado por el virus a efectos de proceder a su vigilancia o ingreso. Hasta ahora, y en virtud de los protocolos internacionales, a todas las personas que hubieran mantenido contacto con algún paciente con ébola se les vigilaba su temperatura y se consideraba sospechoso de padecer el virus a partir de 38,6 grados, de cara a proceder a su aislamiento o su ingreso. Sin embargo, Sanidad y las comunidades acordaron rebajar esta temperatura hasta los 37,7 grados.

Asimismo, y como ya se avanzó este jueves tras la reunión mantenida con los portavoces de los grupos parlamentarios, se decidió que todos los profesionales sanitarios que hayan atendido a un paciente con ébola serán considerados "contacto de alto riesgo". A ellos, y también a los contactos de bajo riesgo, se les hará un seguimiento "más activo" de su temperatura, ha reseñado Mato, mientras que ahora eran los propios contactos los que debían medirse la temperatura y notificar si había novedades.

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