Consulta catalana 2014

Zapatero apuesta por una reforma limitada de la Constitución para desbloquear la crisis catalana

José Luis Rodríguez Zapatero y el exministro Francisco Caamaño, durante la presentación del libro de este 'Democracia federal', este 13 de octubre de 2014.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se mostró partidario este lunes de una reforma constitucional limitada a través de la incorporación de una disposición adicional sobre Cataluña en la Carta Magna. Zapatero se desmarca así de la línea oficial del PSOE, que plantea una reforma constitucional de mayor calado, en clave federal.

"No veo posible una reforma constitucional; la vía más razonable es una disposición adicional sobre Cataluña en la Constitución", declaró Zapatero en un acto en el que se presentaba el libro del que fuera su último ministro de Justicia, Francisco Caamaño, Democracia federal. Apuntes sobre España (Turpial, 2014), y al que asistieron juristas y políticos, entre ellos algunos dirigentes del PSOE como Eduardo Madina o Carme Chacón, además de excompañeros de Gobierno de Caamaño como la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega o Miguel Ángel Moratinos.

Tal y como publicó infoLibre el pasado 28 de septiembre, sectores del PSOE y del PP llevan tiempo manejando una solución alternativa para salir del aparente callejón sin salida que supone el desafío soberanista de Artur Mas. Ese desbloqueo consistiría en introducir una disposición adicional a la Constitución que incluya algunas de las demandas que plantea el bloque soberanista.

Zapatero apuesta por poner a cero el marcador "con el objetivo de que el pueblo de Cataluña recupere lo que perdió con la sentencia del Tribunal Constitucional" sobre el Estatut. En esa disposición adicional se reconocería la singularidad catalana de una manera similar a la que en 1978 los ponentes hicieron con los derechos históricos del País Vasco y de Navarra. Como este mismo lunes publicaba infoLibre, la fórmula de una solución negociada y trasladada posteriormente a la Constitución es defendida también por grandes empresas y bancos que vienen solicitando a Mariano Rajoy un giro político tras el 9-N sobre Cataluña, que supere el encastillamiento del Gobierno y del PP en la simple aplicación de las leyes actuales.

Zapatero aseguró: "Discrepé y discrepo de esa sentencia, pero quiero vivir en un país donde hasta el presidente del Gobierno pueda sentirse muy incómodo con la sentencia de un tribunal. Eso para mí es una garantía de democracia". Además, señaló que no ve posible un proceso constituyente "en el horizonte razonable, desde luego de algunas de las generaciones que puedan estar hoy liderando la política". Además, el expresidente del Gobierno aprovechó para "reivindicar el proceso constituyente español y la Constitución".

"Ir a algo que no sea sólo deseable, sino posible", por lo que llamó a una "reforma concreta, singular" de la Constitución, que se vería materializada en esa disposición adicional. Recordó que en 2006 intentó una "reforma algo más amplia" pero "no fue posible". Por ello, hoy apuesta por una "reforma ad hoc".

Crítica a la consulta del 9-N

Sectores de PSOE y PP manejan una solución alternativa

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El exmandatario socialista también se mostró crítico con la consulta catalana, señalando que "se votan gobiernos, no países. Esa es la grandeza de la democracia representativa". Repasando "la experiencia de las consultas" (en referencia a Quebec o a Escocia), Zapatero apuntaba que "una pregunta abstracta, en blanco, sin un programa concreto" conduce a "abrir un sinfín de preguntas que no se pueden responder de una vez, porque, además, aunque se respondan de una vez, suelen ser cambiantes con el paso del tiempo".

"La consultas de este tipo no le sientan bien al sistema democrático representativo", aseguró Zapatero, quien reiteró su pronóstico de que "no se celebrarán más consultas de este tipo en ninguna democracia occidental".

En el acto celebrado en la Fundación Diario Madrid participaron junto al autor y a Zapatero, el expresidente del TC Francisco Rubio Llorente y el sociólogo Fernando Vallespín, así como el periodista Miguel Ángel Aguilar. Todos coincidieron en la necesidad de abordar la relación con Cataluña desde la política y no sólo desde la ley. Tras un análisis sobre las fórmulas de federalismo posibles y las aportaciones de Caamaño en su libro, Rubio Llorente hizo una intervención final en la que defendió la necesidad de tener en cuenta la prioridad de mantener  "un Estado social de derecho", lo cual condiciona cualquier solución a las reivindicaciones identitarias.

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