Escándalo de las tarjetas

Un exvicepresidente económico y un inspector de Hacienda declaran ignorar qué incluían en su IRPF

Miguel Blesa y Rodrigo Rato, en una imagen tomada el 28 de enero de 2010, el día en el que el exministro fue nombrado presidente de Caja Madrid.

El exvicepresidente económico del Gobierno del PP y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, y el inspector de Hacienda y expresidente de Caja Madrid entre 1996 y el 28 de enero de 2010, Miguel Blesa, aseguraron este jueves en la Audiencia Nacional ignorar por qué su salario, incluyendo ahí las tarjetas B, no coincidía con lo que reflejaba su Impuesto de la Renta (IRPF)tarjetas B, según aseguraron fuentes jurídicas a infoLibre.

Estas respuestas exasperaron tanto al magistrado Fernando Andreu como al fiscal Anticorrupción Alejando Luzón, que preguntaron a los expresidentes de Caja Madrid y de Bankia por el motivo por el que no reflejaron en sus declaraciones de la renta las sumas que cargaban con sus tarjetas B.

Blesa, que desembolsó a cuenta de Caja Madrid 436.688 euros, llegó a asegurar ante el magistrado que a él nadie le había dicho nada sobre si tenía que declarar o no el gasto. Además, respondió que pensaba que sí lo había hecho. En otro momento, reconoció que realmente no sabía si había incluido los gastos de las black, y que tras saltar el escándalo se vio "sorprendido".

El expresidente de Caja Madrid echó balones fuera, apuntando hacia el departamento encargado de realizar las retenciones, ya que nunca imaginó que no incluyeran todos los gastos, como por ejemplo los de las tarjetas. En este sentido, tampoco le llamó la atención que ese dinero no viniera reflejado en sus datos fiscales.

Por su parte Rato, que cargó a Caja Madrid y Bankia casi 100.000 euros, creía al igual que Blesa que el gasto de las tarjetas black se le incluía en el certificado anual de retenciones. Y en este sentido, siempre según fuentes jurídicas, destacó que los departamentos fiscales de Caja Madrid y de Bankia no le dijeron "nunca" nada.

En similares términos, resaltó que no recibió ninguna información que le hiciera pensar que nadie estaba pagando los impuestos, pues la gestión de las tarjetas black no fue objeto de preocupación por parte de nadie, de ninguna dirección de Bankia ni de ninguna auditoría.

El fiscal Luzón se mostró extrañado porque Rato no supiera si estaban los gastos de las tarjetas en sus datos fiscales, ya que se trataba de su propia retribución. Rato solo pudo contestar que si lo hubiera sabido lo habría arreglado.

El juez Andreu también se dirigió a Rato en el mismo sentido, insistiendo en el motivo por el que no se dio cuenta de que su salario no coincidía con el IRPF. Y el exvicepresidente alegó en ese momento que los certificados no especificaban nada y que no llegó a sospechar nada. Pero Andreu volvió a preguntar a Rato, aunque en esta ocasión explicando que si las tarjetas eran sueldo tendría que haberse restado estas cantidades del mismo. Y Rato, siempre según fuentes jurídicas presentes en la declaración, solo pudo responder que no lo podía saber.

Además, el expresidente de Bankia, que tomó la palabra al final de la declaración como imputado, defendió su actuación asegurando que en ningún momento tuvo intención de cometer fraude alguno.

Pero el interrogatorio del fiscal y del juez también se interesó en otros aspectos vinculos a las tarjetas B de Caja Madrid y Bankiatarjetas B , que según fuentes jurídicas fueron:

Miguel Blesa

El expresidente de Caja Madrid respondió al fiscal que al llegar a la Caja le dieron una tarjeta, y que en todo momento le aseguraron que era un complemento retributivo y para gastos de representación. En concreto el responsable de Recursos Humanos, Manuel Gutiérrez le entregó dos tarjetas, una black y otra de empresa. A todos los miembros de la Caja se le entregaba una, como práctica "consuetudinaria", pues según Blesa era así desde el origen. Y como era costumbre nunca preguntó por los fundamentos jurídicos de las tarjetas.

Y fue entonces cuando el fiscal le interpeló sobre los límites de gasto. Y Blesa explicó que Recursos Humanos le hacía una propuesta, y que él le daba el visto bueno, aunque realmente lo aprobaba el comité de Medios de Caja Madrid.

El expresidente de la entidad financiera también reconoció, a preguntas del Ministerio Público, que los integrantes del comité de dirección disponían de dos tarjetas diferentes. Una black y otra de empresa.

Y el fiscal Luzón también se interesó por el motivo por el que el dinero de las black se cargaba en una cuenta de errores informáticos. Blesa solo fue capaz de apuntar al comité de auditoría, que era el que según su criterio lo debía saber. También dijo ignorar a quién se le había ocurrido este mecanismo, y tampoco por qué se contabilizaba todo de forma manual.

Luzón preguntó entonces si este mecanismo no era un tanto oscuro, consiguiendo que Blesa reiterara que no sabía quién había tomado la decisión de contabizándolo de esta forma, apuntando que no había ninguna cuenta "opaca".

Rodrigo Rato

Por su parte el ex director gerente del FMI aseguró que no fue él el que decidió mantener las tarjetas. Y que en el momento en el que llegó a la presidencia de Caja Madrid fue el director financiero y de Medios, Ildefonso Sánchez Barcoj el que le entrega dos Visa, una de empresa y otra para gastos personales. Para Rato sus fondos estaban comprendidos en su retribución.

En cuanto a la fijación de los límites de gasto, el exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar explicó que los límites se habían fijado antes de su llegada, pero que no fue responsabilidad suya. Simplemente que Sánchez Barcoj se los dijo y que no preguntó sobre el criterio para determinar el gasto.

En otro punto del interrogatorio, el representante del Ministerio Público le preguntó a Rato por el motivo por el que a algunos exconsejeros se les renovó las tarjetas pese a que ya no pertenecían a la Caja. Y Rato no supo responder más que nadie le informó de que seguían con las tarjetas.

Ildefonso Sánchez Barcoj

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Por su parte, el ex director general Financiero y de Medios aseguró desconocer quién ideó las tarjetas y desde cuando existían. Y que en concreto fue Blesa el que le informó de que le iban a dar la tarjeta B, y que fue el director de Medios, Manuel Gutiérrez, el que se la entregó físicamente.

También relató que en todo momento se le dijo que las tarjetas eran un "complemento retributivo" y que se podía utilizar con "flexibilidad", es decir para temas privados. Asimismo, negó haber intervenido en la decisión de cuánto cobraba cada consejero. No obstante, apuntó directamente a su jefe, destacando que el que decidía a quién le asignaban la tarjeta o su límite era decisión exclusiva de Blesa.

Preguntado por el motivo por el que no había declarado el gasto de las tarjetas, Sánchez Barcoj se sumó a la explicación de sus jefes, alegando que a ellos les indicaban qué tenían que declarar y qué no. Nadie lo declaraba, según la versión del entonces director general, porque se suponía que ya lo hacía la Caja.

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