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La verdad sobre el contrato de Íñigo Errejón

¿Ha incurrido Íñigo Errejón, secretario de Política de Podemos, en alguna irregularidad? La polémica ha acompañado al joven político desde que hace unos días el diario El Mundo destapara, con gran eco mediático, que Errejón investiga en la Universidad de Málaga (UMA) bajo las órdenes de Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada del centro, amigo personal del político y miembro del Consejo Ciudadano –el máximo órgano entre congresos– de Podemos.

Las noticias relacionadas con este tema no han dejado de sucederse en los últimos días: desde la apertura de un expediente por parte de la universidad para aclarar si Errejón había cumplido con su contrato hasta la revelación de que el dirigente de Podemos no ha realizado las 40 horas semanales presenciales que exige el acuerdo, pasando por la posible incompatibilidad en la que habría incurrido al cobrar un salario de 1.825 euros por su trabajo de investigación universitaria más sus honorarios como jefe de la campaña de Podemos en las pasadas elecciones europeas.

La publicidad del contrato

"Fui contratado por la Universidad en una convocatoria abierta y pública", se ha defendido Errejón cuando ha sido cuestionado por si su amistad con Montero ha podido influir a la hora de hacerse con una convocatoria para investigar sobre políticas de vivienda en Andalucía. El dirigente de Podemos ha aseverado que se hizo con la plaza "únicamente" por sus méritos y su currículum, si bien el propio Montero, que dirige el equipo, no ha tenido reparo en explicar que fue él quien avisó al político "y también a otros amigos" desempleados y doctores en Ciencias Políticas .

El hecho de que Errejón fuese el único candidato que se presentó a la plaza es uno de los puntos más sorprendentes. ¿Cómo es posible que un puesto de trabajo bien pagado y con las tasas de desempleo actuales no genere mayor demanda? La propia presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se declaró extrañada por el hecho de que "para una plaza de celador se presenten miles de licenciados y que para un contrato de este tipo sólo se haya presentado una persona". Fuentes académicas consultadas por este periódico apuntan una explicación: la escasa publicidad de la convocatoria.

Alberto Montero aseguró a infoLibre que la plaza ha contado con "la misma publicidad que se da a todos los contratos que cuentan con financiación de I+D+i". "Además de en el tablón de anuncios, la convocatoria de la plaza se publicó en la página web del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Málaga", señala Montero, quien destaca que con la finalmente ganada por Errejón se ha "seguido el mismo proceso que con cualquier otra plaza”.

Las fuentes académicas consultadas por este diario explican que lo "habitual" es que a la hora de publicitar una plaza se siga este procedimiento y sean los círculos más cercanos a la universidad los que terminen conociendo de su existencia. No obstante, estas fuentes también matizan que hubiera sido posible mover la convocatoria por otros foros especializados para conseguir más candidatos, y mencionan como ejemplo la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración.

El perfil de Errejón

La convocatoria ganada por Errejón, que pertenecía al proyecto La vivienda en Andalucía. Diagnóstico, análisis y propuestas de políticas públicas para la desmercantilización de la vivienda, solicitaba un doctor en Ciencias Políticas que tuviera "experiencia en investigación en cuestiones de análisis de políticas públicas".

Pero, ¿era el perfil de Errejón el correcto para la plaza? Algunas fuentes académicas consultadas por este diario señalaron que, a priori, el currículum de Errejón no parecía exactamente el más adecuado para una investigación como la planteada por la UMA, dado que el politólogo no es experto en políticas de vivienda "ni en la realización de trabajos empíricos. Su especialidad es la teoría política". Dichas fuentes aclaran, además, que si el perfil no era el adecuado y no había más candidatos, la convocatoria se podría haber declarado desierta.

“Es cierto que la primera parte del trabajo requería la recolección y el tratamiento de datos, pero se trataba de un trabajo de recolección básica de datos, que podría haber hecho un politólogo, un sociólogo o un estadístico", responde ante esto Montero. "Pero el perfil de la plaza era de análisis de políticas públicas comparadas. Por eso en la convocatoria no se pedía ninguna especialidad", defiende el coordinador de la investigación, que no obstante sí admite que "si se llega a presentar un doctor experto en política de viviendas, se le habría concedido el puesto". "Pero sólo se presentó Iñigo Errejón, y su perfil cumplía con lo que se necesitaba: un doctor con conocimiento de políticas públicas”, remacha.

El cumplimiento del contrato

El posible incumplimiento del acuerdo entre Errejón y la universidad es uno de los asuntos más espinosos, y hasta la propia UMA ha iniciado una investigación para conocer si se infringieron los términos del contrato. Lo que se conoce por el momento es que el número dos de Podemos no acudió nada más que dos veces a la universidad a dar cuenta de sus resultados, a pesar de que el contrato indicaba que debía trabajar 40 horas semanales en las instalaciones del centro. No obstante, Montero le renovó dos veces el contrato –una vez cada tres meses– al haber presentado conclusiones satisfactorias. Y le concedió "una autorización verbal" para no realizar el trabajo en Málaga.

Alberto Montero reconoce, en la conversación con infoLibre, que "hubiera sido mejor redactar el contrato de otra forma, sin que constase la cláusula de trabajo presencial". Y lo explica de la siguiente forma: "Muchas de las cosas que se han dicho sobre el trabajo de Errejón suponen desconocer cómo funciona la investigación en el ámbito social", ya que "no es el trabajo de un albañil que tiene que colocar ladrillos en un muro concreto", sino que "la mayor parte de los investigadores sociales hacen parte del trabajo en su casa o en la biblioteca".

"Tal y como está redactado el contrato podemos imaginar el siguiente escenario: Errejón habría cumplido estando 40 horas sentado en mi departamento sin hacer nada, y lo incumpliría si hace un trabajo excelente desde Madrid. Cualquiera ve que eso es absurdo. El trabajo del investigador social no funciona así”, abunda a este respecto Montero. El propio dirigente de Podemos indicó en la Cadena Ser que “en ciencias sociales uno lo importante es que haga su trabajo, pero igual que los jueces se llevan sentencias a casa, uno puede trabajar estudiando, leyendo o comparando leyes en diferentes espacios".

No obstante, para que quedara recogida la opción de poder trabajar desde otro lugar que no fuese la UMA debería haberse pedido una modificación por escrito del contrato, según estipula el reglamento de la propia universidad. “En el contrato de Errejón pone que el investigador principal puede modificar la cláusula de la trabajo presencial", apostilla sin embargo Montero, quien argumenta que él entendió "que se podía hacer de forma verbal y que no era necesario el procedimiento que establece el reglamento para las modificaciones de contrato". "Puede ser un error mío, interpreté que tenía esa prerrogativa”, admite.

La posible incompatibilidad

También se ha planteado una eventual incompatibilidad entre el trabajo de investigación y el que desempeñó Errejón para Podemos como director de campaña en las elecciones europeas y posteriormente asesorando al partido, dado que cobró por ambos. Esta restricción viene recogida en la Ley 53/1984, que señala que quien trabaje para la Administración no puede desempeñar a la vez "actividades privadas, incluidas las de carácter profesional, sea por cuenta propia o bajo la dependencia o al servicio de Entidades o particulares".

La norma también establece que, si el trabajador quiere compaginar ambas actividades, deberá solicitarlo previamente. Y Errejón no lo hizo, tal y como reconoce Montero, quien destaca que "lo correcto habría sido pedir la compatibilidad porque además no te la pueden denegar". "Hubiera sido mejor, pero en todo caso es un tema subsanable”, asegura el coordinador, quien descarta que el dirigente de Podemos vaya a tener que devolver el dinero si se demuestra que incurrió en alguna irregularidad administrativa: “La Universidad de Málaga se rige por el Estatuto de los Trabajadores, y no se puede quitar a un investigador su salario. Estamos hablando de cosas que, como mucho, podrían dar lugar a un apercibimiento”.

Las fuentes académicas consultadas por infoLibre aseguran, de forma casi unánime, "que el asunto de que Errejón compatibilizase dos trabajos no sorprende en absoluto a los que trabajamos en la universidad. Es algo que está completamente extendido, y es muy raro que alguien solicite formalmente la compatibilidad. Quienes ganan menos, necesitan compatibilizar tareas para sobrevivir. Y los catedráticos o profesores titulares las compatibilizan muchas veces porque tienen ofertas de asesoría o similares".

Conclusión

En definitiva, si se tienen en cuenta las fuentes académicas consultadas y las declaraciones realizadas por el político de Podemos y por Alberto Montero. cabe llegar a las siguientes conclusiones en relación con el contrato de Errejón:

1. Existen probablemente dos irregularidades administrativas: la modificación del contrato para eximirle de la obligación presencial debió tramitarse por escrito (no de forma verbal) y Errejón tenía que haber solicitado la compatibilidad para cobrar de Podemos, que la UMA le hubiese concedido.

2. La publicidad de la convocatoria cumplió con lo que exige la ley, y con los usos de la UMA y de prácticamente todas las universidades españolas. Pero ese sistema reduce el número de candidatos que conocen la existencia de la plaza, lo que puede facilitar la endogamia y el amiguismo.

3. Dos asuntos que han centrado parte de la polémica no causan ninguna extrañeza en ámbitos universitarios porque son moneda común: que un contratado compatibilice dos o más trabajos y que un investigador social incumpla la cláusula de presencialidad, ya que ese tipo de investigación se mide en general por el resultado (el producto entregado) y no por el lugar donde se trabaje.

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