El negocio del medicamento contra la hepatitis C

La farmacéutica del Sovaldi utiliza Irlanda para reducir su factura fiscal en España

Manifestantes participan en la marcha de afectados por hepatitis C en Madrid, este sábado.

Gilead Sciences, Inc., el laboratorio norteamericano que comercializa los fármacos de última generación capaces de curar indefinidamente determinados genotipos de la hepatitis C, utiliza estrategias de optimización fiscal para reducir su pago de impuestos en España. La compañía norteamericana tiene establecida en Irlanda su base de operaciones en Europa. Y desde ahí comercializa al resto de países sirviéndose de la ausencia de armonización de la base imponible del impuesto de sociedades en todo el territorio de la UE. Hay que recordar que mientras que España mantiene un tipo del 30%, Irlanda grava las ganancias empresariales al 12,5%.

Según la documentación que obra en poder de infoLibre, la española Gilead Sciences, S.L. –que ejerce únicamente de comercializadora– está participada al 100% por la irlandesa Gilead Sciences Ltd, que tiene su sede en Dublín. Y que es la compañía a la que le compra todos los medicamentos que luego la española vende a las instituciones públicas, que son su principal cliente. Ambas compañías dependen del grupo Gilead Sciences, cuya entidad dominante es la norteamericana Gilead Sciences Inc, domiciliada en Foster City (EEUU).

Inspectores y técnicos de Hacienda que han analizado las cuentas de la compañía del ejercicio de 2013 a petición de infoLibre apuntan que "existen indicios razonables de prácticas fiscales agresivas de Gilead para trasladar los beneficios que obtienen en España hacia Irlanda para evitar tributar por sus operaciones en nuestro país". La compraventa entre filiales de distintos países es una de las estrategias que utilizan las grandes empresas tecnológicas (Apple, Facebook, Google, Microsoft, Yahoo, Amazon, Twitter, Ebay...) para, legalmente, pagar menos impuestos en España. 

El escaso margen bruto del 2,2% sobre las compras consumidas por 324 millones, comparado con la cifra de las compras realizadas a Gilead Sciences Ltd (Irlanda) por 344,9 millones y la acumulación de medicamentos en sus almacenes en España permite a los Técnicos del Ministerio de Hacienda, agrupados en el sindicato Gestha, determinar que lo que presuntamente está haciendo esta compañía es "reducir el beneficio obtenido en España para trasladarlo a la empresa irlandesa".

infoLibre contactó con el departamento de comunicación de Gilead Sciences, S.L. para trasladarle varias preguntas. Entre ellas, si podía explicar por qué el 100% de la participación de la filial española está en manos de la matriz irlandesa o si el hecho de que compre a Irlanda la mayoría de los productos que luego comercializa en España responde a una estrategia de trasladar beneficios entre empresas de un mismo grupo para reducir su factura fiscal. La única respuesta obtenida fue que "la compañía no va a hacer ningún tipo de declaraciones a ningún medio".

La observación de la memoria de las cuentas de la compañía también deja otro elemento para el análisis. La comercializadora del Sovaldi en España liquidó 2,9 millones de euros por el impuesto de sociedades pese a haber facturado 377,1 millones. Por tanto, la carga impositiva del impuesto de sociedades sobre la cifra de ventas fue del 0,76%. Según datos aportados por el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, si Gilead Sciences, S.L. tributara como la media del impuesto de sociedades declarado por el grupo de las 727 mayores empresas del país –las que venden más de 180 millones al año– "debería haber pagado 5,5 veces más de los 2,9 millones que pagó en 2013". Y habrían sido, en total, 15,8 millones de euros

Este laboratorio está en el punto de mira de los colectivos de pacientes afectados por el virus, que están llevando a cabo una campaña de protesta para denunciar que el fármaco no está llegando a las personas que lo necesitan. El asunto ha puesto sobre la mesa el debate de hasta qué punto son o no aceptables los precios a los que los laboratorios venden fármacos determinantes para la vida de las personas. Gilead, por ejemplo, suministra el Sovaldi a España a un precio 180 veces más caro de lo que le cuesta producirlo.

Traslado de beneficios 

El caso de Gilead, corroboran fuentes del sector, es el típico de traslado de beneficios entre empresas de un mismo grupo con el objetivo de reducir la factura fiscal. Y la estrategia, explica Ramsés Pérez Boga, presidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda, es la que suelen seguir las grandes empresas tecnológicas que operan a través de Irlanda. “La filial española compra a su matriz irlandesa a un precio tan elevado que le sale lo comido por lo servido. Eso provoca que los beneficios en España [por los que tiene que tributar al 30%] sean menores, mientras que hay un sobrebeneficio en la matriz [donde el impuesto de sociedades está en el 12,5%]. Se tributa e Irlanda por lo que tendría que haber tributado parte en España y parte en Irlanda”, asevera.

Enfermos de hepatitis C intentan encerrarse en el hospital Virgen del Camino de Pamplona. EFE

El hecho de que la sociedad española esté participada al 100% por la matriz irlandesa “facilita esta estrategia al extremo”, según Pérez Boga. “Estos esquemas se suelen hacer con cuotas de participación del 100% en las que no hay accionistas minoritarios que puedan verse perjudicados y ponerlos en cuestión. De esa forma no hay nadie que salga perdiendo, salvo el Estado, claro”, amplía. Resulta llamativo, por ejemplo, que las principales cifras de la cuenta de pérdidas y ganancias de la comercializadora en España del Sovaldi sean los gastos por la compra de mercaderías a su matriz Irlandesa (324,1 millones de euros) y los ingresos por ventas (377,1 millones euros). 

No obstante, en el apartado de saldos y transacciones con partes vinculadas de la memoria de las cuentas anuales de la compañía en el ejercicio cerrado de 2013 no se recogen los precios de transferencia, es decir, cuánto cobra la sociedad irlandesa a la española por los fármacos. La falta de transparencia hace que sea imposible saber si Gilead Sciences Ltd (Irlanda) infló el valor de sus compras para disminuir la base imponible tributaria (beneficios) en España y así tributar menos. 

Para evitar lo que, a juicio de técnicos e inspectores de Hacienda, es una “práctica habitual” de inflar los precios, las legislaciones de los países desarrollados obligan a que los intercambios entre empresas de un mismo grupo se produzcan a precios de mercado. Estas normativas establecen que las ventas que se hacen entre la matriz y sus filiales tienen que hacerse a precio de mercado y no al que convengan las partes, pues eso puede dar lugar a un reparto de la fiscalidad conforme a los intereses de la empresa y no basado en la realidad del negocio.

Pero aquí también hay otro escollo en el caso de las farmacéuticas. El valor de un bien material es fácil de determinar; sin embargo, es más problemático calcular el de un principio activo que pertenece a una única compañía que ha hecho todo el proceso de investigación o que se encarga de comercializarlo. "Es otro callejón sin salida porque si se vende algo que solo fabrica el laboratorio que lo ha descubierto, es muy difícil determinar el precio", explica Pérez Boga.

Cambios legislativos 

Enfermos de hepatitis C protestan ante la sede de Sovaldi en Madrid

Enfermos de hepatitis C protestan ante la sede de la farmacéutica del Sovaldi en Madrid

La crisis económica ha puesto encima de la mesa el debate de la idoneidad de tener en los países de la UE legislaciones que favorecen que determinadas empresas lleven a cabo una planificación fiscal agresiva con el objetivo de pagar menos impuestos. Se trata de prácticas legales pero que, a juicio de colectivos como la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda o el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) son "inmorales". 

"Una cosa es que sea legal y otra que sea ético. Estas actitudes no son nada éticas ni constructivas porque alteran los precios unilateralmente. Para poder regular este tipo de transacciones con cierta precisión sería necesario que todas las soberanías estuvieran adaptadas a un mismo sistema", detalla Pérez Boga. Y añade que hasta que se llegara a una armonización a nivel internacional "se podrían redactar las normas españolas de una forma mucho más clara que permitiera mediante el establecimiento de cláusulas unilaterales en la normativa sobre el impuesto de sociedades español que estas operaciones tributaran en España". Mollinedo, por su parte, considera que habría que avanzar hacia una armonización "para aumentar la recaudación tributaria de las multinacionales". 

La Comisión Europea ha reclamado en informes recientes que las empresas pasen a contar con la obligación de publicar información contable individualizada por cada país donde tenga presencia, para que de esa forma se pueda supervisar el cumplimiento de los precios de transferencia en las operaciones entre la matriz y la filiales. El pasado diciembre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también reclamó a la UE medidas para "avanzar en los esfuerzos para luchar contra la elusión fiscal y la planificación fiscal agresiva". Y el PSOE se ha mostrado dispuesto a aplicar, si llega al poder, un impuesto como el británico que impondrá un gravamen del 25% a las empresas que trasvasen beneficios con el único propósito de pagar menos impuestos.

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