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Debate del estado de la nación

Sánchez define el mandato de Rajoy en tres palabras: “Precariedad, impuestos, Bárcenas”

Pedro Sánchez, durante su intervención en el debate del estado de la nación, este 24 de febrero de 2015.

"Precariedad laboral, impuestos, Bárcenas". Esas son las tres ideas que, en opinión de Pedro Sánchez, definirán el mandato de Mariano Rajoy. En su primer debate sobre el estado de la nación, el secretario general del PSOE empezó señalando que en España "hay ahora 584.000 empleos menos que cuando el PP llegó al Gobierno, los españoles pagan 23.000 millones más en impuestos y [Rajoy] se comunica con los españoles a través de un plasma y con un delincuente a través de SMS". Esta última referencia apuntaba directamente a los escándalos de corrupción, un asunto sobre el que Rajoy ha pasado de puntillas en su discurso inicial. En definitiva, Rajoy es "heredero de sí mismo", sostuvo, intentando desmontar el recurrente argumento de la herencia recibida de los socialistas. 

Sánchez, como el año pasado hiciera su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, le reprochó que hubiera pintado una España irreal, que no conecta con lo sucede en la calle. El "¿en qué país vive usted?" del ex secretario general mudó al "¿Usted qué sabe de los españoles?" del actual líder del PSOE. Porque, a su juicio, el presidente "no habla" con los desempleados, con los emigrados, con los científicos, con las mujeres que sufren brecha salarial, con los desahuciados. "Su autocomplacencia está injustificada. No se la cree ni usted", le lanzó. 

El secretario general, como en otras ocasiones, dijo "alegrarse" de los "buenos" datos macroeconómicos, pero le recordó que parte de ellos obedecen a "méritos ajenos", como la bajada del precio de petróleo o la depreciación del euro. Y otras cifras no han mejorado o lo hacen poco (como la prima de riesgo) o, directamente, suben, como los precios de aquellos productos que dependen del Gobierno (los medicamentos, el gas, el agua, la luz). "Le sale muy caro a los españoles", le tiró, mientras su bancada le arropaba en aplausos. Un gesto que repitió innumerables veces durante su intervención, desde el mismo arranque de su discurso.

"Rescue en inglés es rescate"Rescue

Después se lanzó al cuello del presidente del Gobierno. Durante su intervención [consúltala aquí en PDF], le acusó de "mentir" por presumir de que no había existido rescate en España. "¿Hoy tiene usted la desfachatez de venir aquí a prometer otros 3 millones de empleos? ¡Un poco más de prudencia en sus declaraciones, señor Rajoy! ¿Qué fue de su promesa de que salvar a los bancos en nuestro país no iba a costar un céntimo de euro?  La verdad es que España fue rescatada por la pésima gestión que hicieron ustedes de Bankia", criticó el secretario general del PSOE, quien leyó desde la tribuna las portadas de cuatro portadas de periódico –El País, El Mundo, La Vanguardia y Financial Times– en las que se afirmaba que había existido rescate. "Rescue en inglés es rescate", señaló, burlándose del escaso conocimiento que tiene Rajoy de idiomas extranjeros. "Hubo rescate, hubo hombres de negro, troika y memorándum. Todo para salvar el soldado Rato", abundó, en referencia al auxilio financiero que llegó dde la Unión Europea en 2012, de casi 40.000 millones de euros y que se empleó para salvar entidades como Bankia, presidida por el exvicepresidente de José María Aznar. 

El dirigente del PSOE criticó a continuación los recortes sociales. Buscó desmontar la Arcadia feliz que, a su juicio, había dibujado Rajoy en su sesión de la mañana. Lo que deja el PP tras su paso por el Ejecutivo, dijo, no son más que tres años de "destrozo descomunal". Sánchez aseguró que el Gobierno "expulsó a 900.000 personas del sistema de salud, rompiendo la universalidad"; denunció que los pensionistas pagan más de 700 millones en copagos sanitarios, y afirmó que las reformas educativas dividirán a los universitarios "en alumnos de primera y segunda división según sea la cuenta bancaria de sus padres". Más que hacer, acusó, el Gobierno PP "deshace". En educación, sanidad, en política ambiental, en igualdad, en dependencia ("no le ha dedicado ni un minuto") o en libertades.

Y aquí le recordó su marcha atrás respecto de la contrarreforma del aborto gracias a la "batalla" de las mujeres ("Retiren el recurso contra la Ley del Aborto [de José Luis Rodríguez Zapatero], que hay que saber perder"), la ley mordaza, la "manipulación de los medios de comunicación públicos), el recorte de la Justicia universal, la Ley de Tasas o la "privatización del Registro Civil". "Pise la calle. Salga del plasma. Se le complica la historia si sigue manteniendo que la crisis es historia", remató, afeándole su apreciación, luego matizada, de que "la crisis es historia". 

Con cada acusación, la temperatura del pleno iba subiendo, caldeándose, y eso explicó la brusca reacción del presidente. Sánchez fue interrumpido en varias ocasiones por gritos y bisbiseos desde la bancada del PP. No le frenó. Al secretario general se le vio suelto, con ganas de dar réplica a cada chascarrillo que llegaba hasta la tribuna. Sus compañeros se lo agradecieron desde sus escaños. 

¿Qué regeneración democrática?

"La consecuencia de sus políticas en el mejor de los casos es la desigualdad y en el peor, la pobreza", resumió Sánchez, quien indicó que el Gobierno "ha conseguido que lo que era una pesadilla antes de la crisis, el mileurismo, se convierta en un sueño para millones de españoles".

Sánchez también fue muy duro a la hora de criticar lo que Rajoy llama "regeneración democrática" y lamentar la costumbre del Gobierno de legislar por decreto. "Su regeneración es imponer un Estatuto en Castilla-La Mancha hecho a medida de su interés electoral. Su regeneración es aprobar un Código Penal en solitario. Es nombrar al frente de la RTVE a quien fue presidente de Telemadrid. Es anticipar los datos estadísticos oficiales a su antojo. Su regeneración democrática es despedir en diferido. Su regeneración democrática es golpear a martillazos el ordenador de Bárcenas", le recriminó. Además, criticó que el Gobierno haya aprobado 64 decretos desde 2012 "y esta mañana haya anunciado otros dos. ¿Sabe lo que decía cuando estaba en la oposición? Que no se puede gobernar a base de decretos".

El líder socialista utilizó en varias ocasiones el argumento de contraponer la actuación de Rajoy como presidente con lo que afirmaba cuando estaba en la oposición: "Qué tiempos aquellos en que decía que era imposible gobernar con un 67% de deuda pública. ¿Y con un 100% de deuda pública, señor Rajoy? Sea prudente en sus declaraciones".

Sánchez no perdona la "resignación"

La última parte de la primera intervención la dedicó Sánchez a exponer su alternativa, tirando de su retórica habitual, planteada en otros discursos suyos. Tras la España de los derechos de Felipe González y la España de las libertades de José Luis Rodríguez Zapatero, su proyecto es la "España de las oportunidades". Empezando, por descontado, por una modificación de la Constitución para construir un país federal, que sirva de dique tanto frente al "inmovilismo" de Rajoy como frente a los independentistas, que quieren "liquidar" la Carta Magna. Lo que plantea el PSOE, recordó, es el "reformismo constitucional" como fórmula para resolver el conflicto con Cataluña. 

Esa España que quiere Sánchez también supone un "cambio en el estilo de Gobierno" y una salida de la crisis "justa", que "reescriba el pacto entre generaciones" que el Gobierno del PP ha "roto", un pacto que hasta ahora funcionaba: que los padres sabían que sus hijos vivirían mejor, algo que hoy no es posible. El secretario general escupió más medidas: acabar con la devaluación salarial y la brecha entre hombres y mujeres, subir el salario mínimo, reindustrializar la economía, doblar el número de becas, impulsar el plan de garantía juvenil de la UE, prohibir las amnistías fiscales, dotar de más efectivos a la Agencia Tributaria, dejar de usar las instituciones "en beneficio propio"...

Cara cara entre Sánchez y Rajoy

Si el Gobierno de Rajoy representa a "la derecha de siempre", a la vuelta de la esquina, anticipó Sánchez, aguarda "un nuevo tiempo político". Y frente a la "salida a la izquierda", el "cambio seguro y esperanzador" que representa, a su juicio, el PSOE, está la España de la "resignación" que ha patrocinado el presidente. "Resignación" de los españoles que significa que "se resignen a que sus hijos vivan peor que ellos". "Eso no se lo perdono, porque los españoles no se lo merecen", le reprochó. El secretario general ofreció a los ciudadanos "una política limpia que trabaje para la mayoría", una política "que da la cara ante la gente", porque esa es su "ambición". 

No hubo mención alguna a Podemos, cosa que sí hizo Rajoy. De forma implícita en su primera intervención, durante la mañana, y de modo explícito en su durísima respuesta a su contrincante. 

El líder gusta más en su primera intervención

Sánchez sabía que tenía ante sí una prueba muy difícil, porque había llegado muy debilitado a su primer debate del estado de la nación, y el último de la legislatura. Muy cuestionado por los suyos, aunque en los últimos días había tomado algo de oxígeno tras triunfar su golpe de mano contra Tomás Gómez y ver proclamado como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid al exministro Ángel Gabilondo. Su discurso este martes fue acogido con numerosos aplausos con la bancada socialista, que le cumplimentó al final puesta en pie, también tras su bronca réplica con Rajoy

Pasado el cara a cara, se respiraba la satisfacción entre los diputados de su grupo y los miembros de su ejecutiva. Incluso entre algunos parlamentarios críticos. Gustó, sobre todo, la primera intervención, a la que según comentaban varios, le dio "alma y cuerpo", "vida". El comentario más generalizado es que encontró el punto, que le atacó con dureza. Tanto que Rajoy subió a la tribuna "desencajado", "enfurecido", y "perdió los papeles", porque ni siquiera "contraargumentó" y simplemente "descalificó", con tono faltón. En su equipo de colaboradores indicaban que habían entrenado a Sánchez durante los últimos días con una pila de números "oficiales", a fin de que el jefe del Ejecutivo no los pudiera rebatir. Y, a su juicio, no lo hizo, sólo embistió. Como decía una dirigente que le ayudó a preparar el debate: "Ladran, luego cabalgamos". O sea, que era buena señal que le hubiera sacado de sus casillas. Ello explicaría también por qué no pidió un tercer turno, la dúplica: consideraban que Rajoy se había desacreditado a sí mismo al lanzarle el "No vuelva usted aquí a hacer ni a decir nada. Ha sido patético"

Rajoy hace un balance triunfal en lo económico y consagra a Podemos como principal rival

En el círculo de Eduardo Madina, su rival en las primarias internas, sí convenció más la alocución inicial, pero consideran que se "hundió" en la réplica, al ser "humillado brutalmente" por Rajoy y llevar su contestación leída. De hecho, el diputado vasco aplaudía con enorme desgana al secretario general. Incluso en el grupo de confianza del líder reconocían que "todo se puede mejorar". 

En público, todo fueron alabanzas a Sánchez, que no quiso hacer declaraciones ("Lo que tenía que decir lo he dicho dentro", respondió a la prensa). Para César Luena, su número dos, su jefe fue el claro ganador del debate. "Estamos muy satisfechos porque los objetivos eran desmontar las mentiras y la propaganda oficial del Gobierno, que no soportan la mayoría de los españoles", defendió. Mientras, la nota de Rajoy fue "muy deficiente", porque estuvo "muy desacertado en el fondo" en su alocución de la mañana y "en las formas" en su réplica a su rival. Para el barón manchego, Emiliano García-Page, Sánchez enhebró un discurso "muy realista" que refleja "la opinión de la calle". Su homólogo valenciano, Ximo Puig, apuntó que la sesión puso "en evidencia" que el jefe del Ejecutivo "tiene un problema muy serio con la corrupción", al contrario que el líder socialista, "un político limpio". 

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