El futuro del PSOE

Sánchez se abre a pactos poselectorales con Podemos y Ciudadanos compatibles con el programa del PSOE

Pedro Sánchez, durante su intervención en el Foro Líderes de Efe, este 5 de marzo de 2015.

El abanico de pactos está abierto. A priori, Pedro Sánchez no descarta tejer alianzas tras las generales con Podemos o Ciudadanos, las dos formaciones, aunque todo diálogo se ceñirá a la cercanía con propuestas. 

El secretario general de los socialistas siempre subraya en sus intervenciones que su partido "sale a ganar" en todas las convocatorias electorales. Y este jueves lo volvió a repetir en el Foro Líderes organizado por la agencia Efe y KPMG, pero en esta ocasión hizo más hincapié en lo obvio, en lo que reflejan a día de hoy las encuestas: que España camina hacia un "Parlamento más fragmentado", que hay un "giro en la opinión pública hacia la izquierda", y en ese sentido el PSOE "representa el sentir ideológico de la mayoría de españoles", y que la capacidad de "pacto, de negociación, va a ser uno de los principales atributos de la política a partir de los próximos procesos electorales, y ahí el PSOE tiene mucho más que decir que un PP que en estos tres años de Gobierno ha clausurado toda posibilidad de acuerdo" en asuntos tales como la reforma laboral o la modificación constitucional. Es decir, que un escenario de mayor atomización y de vuelco hacia la izquierda, el PSOE tiene más que ganar porque está en mejor disposición para forjar alianzas. 

Partiendo de esa base, la pregunta siguiente es obvia: ¿con quién pactaría? Sánchez sacó su recurrente reflexión de que lo importante no es el con quién, sino "el para qué"con quién, toda vez que "será en las políticas" concretas donde se podrá comprobar si es posible llegar a acuerdos. Se le inquirió si preferiría a Podemos o Ciudadanos. Si la formación de Albert Rivera "defiende el contrato único", ahí no habrá entendimiento con el PSOE, arrancó.

"Si entiende que a los andaluces hay que enseñarles a pescar, como dijo en una argumentación elitista y desafortunada, tampoco nos entenderemos. Pero si quiere regenerar la vida democrática, plantear una modernización de nuestra estructura económica, a lo mejor podemos entendernos. Igual ocurre con Podemos –aseguró el secretario general–. Habla de que hay que reformar el sistema fiscal. En eso podemos estar de acuerdo. Pero no podemos estar de acuerdo en planteamientos como el control de los medios de comunicación o en su relación tan desconcertante sobre cómo abordar el problema de deuda pública en nuestro país". Si el partido de Pablo Iglesias prefiere el "impago", por ejemplo, no estará el PSOE "a su lado". Una posición que, por cierto, Podemos ya ha corregido. "Es en el para qué y no en el con quién en donde veremos confluir al PSOE con otras fuerzas políticas". 

Esta semana, la marea interna del partido volvió a removerse ligeramente a cuenta de la mínima participación del secretario general en la campaña andaluza, que comienza esta medianoche. Sánchez sólo viajará a la comunidad en dos ocasiones para compartir escenario con la presidenta de la Junta, Susana Díaz: el 13, a Almería, y el 20, en el cierre, a Sevilla. Es el líder político que menos se desplazará a Andalucía en estos 15 días, ya que Mariano Rajoy apoyará a Juanma Moreno en cinco ocasiones; Cayo Lara irá 11 veces a respaldar a Antonio Maíllo, y Pablo Iglesias defenderá a Teresa Rodríguez en tres visitas. 

Que Rajoy se ponga "las botas", pise "el barro" y dé la cara

La limitada participación de Sánchez en la campaña andaluza era un deseo de Díaz y su equipo, cuya estrategia pasa por incidir en las cuestiones relativas a la comunidad, apartándose en lo posible del debate nacional. El secretario general, preguntado por los periodistas, dio la respuesta diplomática: "Son los comités electorales federal y autonómico quienes deciden y por tanto no tengo más que decir". El socialismo andaluz, añadió, "sabe ciertamente" que "cuenta" con el apoyo de Ferraz y el conjunto del PSOE. "Vamos a ganar estas elecciones", Díaz "va a revalidar" su liderazgo y "en consecuencia va a ser importante para el PSOE". 

La cuestión de la campaña andaluza sirvió para devolver un golpe a Rajoy. Le exigió que salga de la Moncloa, "además de para dar mítines en Andalucía", para "ponerse las botas, pisar el barro y hablar" con los afectados por la "catástrofe natural" provocada por las crecidas del río Ebro. Sánchez insistió en que el presidente del Gobierno debe "dar la cara" ante los vecinos afectados por las inundaciones, y articular un "plan integral" para toda la zona que evite nuevos desbordamientos. 

El secretario general volvió a pedir a Rajoy que acuda a los lugares afectados, como él mismo hizo este martes. Se alegró de que le haya marcado "la agenda", pues anunció después que se desplazaría este viernes. En esa visita del martes, Sánchez empleó una expresión luego muy comentada: "¿Qué coño tiene que pasar para que Rajoy salga de la Moncloa y pise el barro?". Una expresión, dijo este jueves, que le salió "del corazón". 

Voluntad de romper con la "endogamia" en Madrid

La súbita destitución de Tomás Gómez al frente del PSM y su relevo a cargo del exministro Ángel Gabilondo como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid también fue abordado durante el desayuno informativo. Sánchez subrayó que su decisión de forzar la caída de Gómez obedeció a razones "políticas", no "orgánicas". Es decir, que no pretendía con ello lanzar un mensaje interno de cara a una eventual competición con Susana Díaz por la candidatura a la Moncloa. La razón que le llevó a tomar una decisión tan abrupta, dijo, era procurar que el PSOE "rompiese con la endogamia" en la elección de los cabezas de cartel y se "abriese a la sociedad" para "poner a los mejores". "Ese fue el motivo, simple y llanamente".

La "apertura" que buscaba condujo al nombramiento de Gabilondo, bien "acogido por la militancia", aunque en verdad el nombramiento fue inducido por Ferraz, que pensaba en el exministro como el sustituto de Gómez desde el principio. Sánchez elogió a Gabilondo por su perfil "transversal", que ocupa el espacio "del centro y de la izquierda", que es "independiente", sin carné de afiliado, pero "no indiferente", como él mismo ha proclamado. Un "lujo". El exministro demuestra, además, que la "renovación política no está reñida con la edad", sino que está ligada al "compromiso social y las ideas innovadoras".

Con él al frente de la lista, el PSM está en condiciones de "ganar" las autonómicas y "ser la primera fuerza". Sánchez no dedicó ni una sola palabra a Gómez.

La situación en Madrid dio pie para hablar del caso del ático de Ignacio González. Para Sánchez, las últimas revelaciones son la muestra de la necesidad de un "cambio político de fondo en la política madrileña". "En Madrid se tiene que abrir un cambio político que no puede liderar el PP, sino otra formación con pies y raíces profundas, como el PSOE", añadió.

Abrir las listas

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El desayuno en la sede de la agencia Efe dio también pie a que Sánchez anunciara una iniciativa que registrará en el Congreso la próxima semana y que guarda relación con el Día de la Mujer, que se celebra este domingo. El secretario general quiere que las empresas elaboren un registro que especifique, "de forma desagregada", los salarios que cobran hombres y mujeres, y que sea accesible tanto para los sindicatos como para la inspección de trabajo. Una medida para arrojar "transparencia" sobre la brecha salarial y para acabar con la "discriminación" entre los dos sexos. Asimismo, busca un "mayor compromiso por parte de los empresarios". El líder socialista recordó que el de las mujeres es "el colectivo que más está sufriendo la crisis económica". Y para prueba, enumeró algunas cifras: se han perdido 162.000 empleos femeninos y "por primera vez en 40 años la población activa ha descendido en 60.000 mujeres", cuando son el 53% del total de la población activa.

Sánchez, en línea con lo que dijo en el debate del estado de la nación, proclamó que "se acabó el tiempo de Rajoy", definido por una mayor precariedad, mayores impuestos y el caso Bárcenas. A ello opuso las recetas que plantea su partido: rehacer el pacto entre generaciones "que la derecha está rompiendo", derogar la reforma laboral y aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, impulsar una nueva reforma fiscal "en profundidad" y apostar por la "regeneración y la limpieza democrática".

En este sentido, defendió que su programa incorporará "abrir las listas hoy cerradas" –compromiso que ya figuraba en la Conferencia Política del PSOE de 2013 y que se incluyó en el acuerdo firmado en noviembre con Transparencia Internacional el año pasado–, despolitizar el nombramiento de los miembros de los órganos reguladores y constitucionales, "prestigiar" la labor del Congreso y reducir la conflictividad entre el Estado y las comunidades. Una actitud que conecta con ese propósito de dar entrada a independientes en las listas, como ha ocurrido con Gabilondo en Madrid. 

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