11 años de los atentados

Bono revela nuevas claves del 11-M: “Nos vamos a vengar en Atocha, todo está preparado”

Bono revela nuevas claves del 11-M: “Nos vamos a vengar en Atocha, todo está preparado”

"Dos meses antes del 11-M, un magrebí declaró a la policía: 'Nos vamos a vengar en Atocha..., todo está preparado'". Ese es el título de uno de los capítulos de la segunda parte de las memorias del exministro y expresidente de Castilla-La Mancha José Bono, un libro en el que ofrece nuevos datos sobre los movimientos en las altas esferas del Estado durante el día del atentado terrorista y las jornadas inmediatamente posteriores.

La obra, titulada Diario de un ministro: de la tragedia del 11-M al desafío independentista catalán (Planeta), recoge las vivencias de Bono durante los dos años (de 2004 a 2006) en los que fue ministro de Defensa en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y comienza, precisamente, con sus recuerdos de aquel 11 de marzo de 2004, a tan sólo tres días de las elecciones generales que dieron la victoria al PSOE y con las dudas que existían aún sobre la autoría de un atentado del que este miércoles se cumplen 11 años y que dejó 192 fallecidos.

Las memorias de Bono son ricas en anécdotas a través de las que va desgranando sus vivencias durante aquellos días. Algunas de estas pequeñas historias desvelan datos nuevos desconocidos para la opinión pública sobre la investigación del 11-M, como el hecho de que las fuerzas de seguridad fueron alertadas con bastante exactitud de que se iba a producir un atentado en la estación de Atocha dos meses antes de que finalmente ocurriese, una información que el exministro de Trabajo Eduado Zaplana dio a Bono tan sólo cinco días después de la tragedia.

"Cena en casa de Pedro J. Ramírez [...]. Zaplana cuenta que la policía vasca detuvo en enero [de 2004] a un magrebí que declaró: 'Nos vamos a vengar en Atocha..., todo está preparado'. El policía le dijo que el estadio de Atocha ya no existía, y el individuo precisó que no se refería a un campo de fútbol, sino a una estación. Todos nos quedamos muy sorprendidos", narra Bono. Y en una comida con periodistas, el exministro ha explicado que esa no fue la única alerta a la que no se prestó atención: tan sólo tres días antes del atentado, "tres altos directivos policiales" recibieron, según Bono, el soplo de que estaba en ciernes un atentado islamista.

Aznar sabía desde 2003 que se preparaba un atentado

Esta información también se desarrolla en el libro, donde se adjunta un borrador de informe que el exministro de Defensa envió a Zapatero con motivo de la aparición de una información en el diario El País en mayo de 2004 en la que se informaba de que "la policía, la Guardia Civil, el CNI y Europol avisaron reiteradamente al Gobierno de José María Aznar acerca de la posibilidad de un atentado". En el documento, Bono asegura al entonces presidente que "es imposible que el Gobierno Aznar tuviese dudas racionales sobre la autoría del 11-M el mismo día que se produjo, porque con un año de anterioridad tuvo información precisa alertando que las amenazas de los islamistas radicales debían tomarse en serio".

"No se comprende", señalaba el responsable de Defensa en su borrador, elaborado a través de la información facilitada por el entonces director del CNI, Alberto Saiz, "cómo no se tomaron medidas más eficientes en relación con el, casi seguro, jefe de los terroristas del 11-M: Allekema Lamari, que pese a estar condenado por la Audiencia Nacional a 14 años de prisión por pertenencia a banda armada, se le puso en libertad el día 29-6-2002, es decir, 18 meses antes del atentado del 11-M". Lamari se suicidó el 3 de abril de 2004 junto a otros seis terroristas en un piso de la localidad madrileña de Leganés. 

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Informes del CNI posteriormente desclasificados dan la razón a Bono, ya que tan sólo cuatro días después de la masacre el servicio secreto era taxativo en un informe remitido al Gobierno del PP: "Lamari tiene el suficiente liderazgo, grado de fanatismo, motivación y capacidad técnica para la preparación, en todos sus detalles, de atentados como los ocurridos el 11-M".

El documento que Bono remitió a Zapatero recogía hasta tres advertencias que el Gobierno de Aznar ignoró con respecto a la ejecución de un posible atentado. En octubre de 2003, el Ministerio del Interior fue informado de que "la actuación terrorista" por parte de células islamistas en España era "más que posible", y un mes más tarde ya salió a relucir una posible "acción violenta" llevada a cabo por Lamari: "Se informa, asimismo, del vehículo que utiliza este individuo y hasta se le interviene un pasaporte falso que en enero de este mismo año se remite a Interior. No se le detiene", señaló entonces el ministro de Defensa.

La última de las alertas fue dada –"aunque resulta increíble", resaltó Bono en su borrador– el 8 de marzo de 2004. Interior, según se recoge en ese informe, "fue alertado de la peligrosidad y fanatismo de Allekema Lamari, así como de su decisión de cometer un atentado en España". "Además, se insistió a Interior de la fiabilidad de la información y de la gravedad de la amenaza", relataba Bono, que aseguró a Zapatero que "con esta información del 8 de marzo es imposible comprender que tres días después, el 11-M, el ministro del Interior [entonces Ángel Acebes] asegurara que 'ETA ha conseguido su objetivo. Es absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigida a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia'". "El error de culpar a ETA del atentado era disculpable para todos los españoles menos para el Ministerio del Interior", remachó el responsable de Defensa su escrito.

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