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Escándalo de las tarjetas

Un sindicalista admite que utilizó su ‘black’ para comprar material de UGT

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El miembro de UGT Eduardo Torres Posada admitió este jueves ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que utilizó su tarjeta black de Caja Madrid para financiar la compra de octavillas, carteles y circulares que formaban parte de campañas puestas en marcha por el sindicato, informaron fuentes jurídicas presentes en su declaración.

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Torres Posada, que declaró como imputado en la causa en la que se investiga el uso de estas visas opacas, señaló que todas las dietas que recibió entre 2001 y 2006 como miembro de la Comisión de Control de la caja madrileña también iban destinadas a una cuenta del sindicato y que todas las aportaciones contaban con el visto bueno de la Sección Sindical de Gastos y de la propia Ejecutiva Federal, que dirigía Cándido Méndez. "Estaba totalmente procedimentado", señaló.

El sindicalista, que se gastó en una imprenta de la calle Jacometrezo de Madrid casi 30.000 de los 82.300 euros que cargó a su tarjeta, también ha admitido que utilizó la visa de la caja para sufragar el pago de comidas con empleados del sindicato, camisas, zapatos, gasolina, viajes y gastos de telefonía. Torres Posada dijo también al juez que usó el plástico de la entidad después cesar en el cargo. "Me dijeron que podía utilizarla mientras funcionase y un día dejó de funcionar", señaló.

Torres Posada ha sido uno de los 13 exdirectivos de Caja Madrid que han declarado este jueves en la causa, en la que se investigan los gastos personales por valor de 15,5 millones de euros que los antiguos miembros de la entidad cargaron entre 1999 y 2012. Todos han defendido que se trataba de un complemento retributivo que podían emplear en lo que quisieran y que pensaban que la entidad tributaba por ellos.

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