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Pactos políticos

El PSOE rechaza en público pactos con el PP en las principales autonomías salvo en Madrid

Pedro Sánchez y Susana Díaz, durante su mitin conjunto en Vícar, Almería, este 13 de marzo de 2015.

"Nunca con el PP". Con esas palabras, o con otras muy semejantes, Pedro Sánchez y los barones regionales del PSOE han venido reiterando que no habrá pactos con los conservadores. Que no habrá gran coalición. Otra cosa son las alianzas con Podemos, que de todo se ha dicho: desde el no hasta el depende. Pero quien no ha descartado públicamente acuerdos con el PP, al menos hasta ahora, es Ángel Gabilondo, el exministro de Educación a quien Sánchez señaló como el sustituto de Tomás Gómez a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. No ha dado su no. Sí ha recalcado que no habrá entendimiento con quien es "ultraliberal", "neoliberal" o tiene "una idea depredadora de la sociedad", pero ha rehusado ir a más, por mucho que se le haya preguntado desde el primer día en que oficializó la aceptación de la candidatura y en las numerosas entrevistas posteriores.

La cuestión de los pactos postelectorales, un tema siempre incómodo para los socialistas (y para el resto de partidos), irrumpió esta semana en escena, mezclándose con la campaña andaluza. Fue José Bono quien abrió fuego, cuando en la presentación de su segundo libro de memorias subrayó que el PSOE debe definir con claridad su política de pactos para que no acuerde "cada uno con quien se le antoje", porque hacerlo "con mucha gente distinta puede desdibujar" al partido, que debería tener "unidad de imagen". Eso fue el martes. Al día siguiente, Susana Díaz, la primera que se somete al examen de las urnas, el 22 de marzo, advirtió de que no aceptará que nadie "interfiera" en su estrategia de pactos. Un mensaje de consumo interno dirigido a Ferraz.

La dirección federal, muy distanciada de la presidenta andaluza, ha intentado evitar el choque, y más en plena campaña. Aunque este viernes el secretario de Organización, César Luena, avisó de que "en cualquier sitio" de España donde sea necesario realizar pactos postelectorales será "el conjunto del partido" el que tome la decisión. Añadió, eso sí, que está convencido de que no habrá "ninguna diferencia" entre la estrategia federal y la que desplieguen los distintos territorios. No hubo réplica de Díaz. Durante su mitin en Vícar (Almería), el primer acto que compartió en campaña con Sánchez –y sólo coprotagonizarán otro más, en el cierre, en Sevilla–, reiteró que no pactará con el PP "porque ha hecho mucho daño" a los andaluces, ni con Podemos, porque no tiene "programa" y está "comprando" el discurso de la derecha con sus ataques al PER. 

Díaz no pactará, dice, ni con PP ni con Podemos. Y eso que todas las encuestas coinciden en que el PSOE-A, aunque vuelve a ser primera fuerza, se queda lejos de la mayoría absoluta (55 escaños) y puede que no le basten los acuerdos con IU y Ciudadanos. La presidenta de la Junta ha sido, tal vez, de las más claras a la hora de marcar sus líneas rojas. 

Pacto con los ciudadanos

En el otro extremo se sitúa Ángel Gabilondo. Durante su presentación como candidato se le preguntó en varias ocasiones a quién preferiría como aliado, o a quién descartaba como socio. Una pregunta que se ha venido repitiendo en las últimas semanas. Su respuesta ha sido, en todos los casos, homogénea: que aspira a un pacto "de mayorías", con los ciudadanos, que buscará acuerdos, si son necesarios, con las formaciones que defiendas las políticas públicas, el Estado del bienestar, las instituciones justas y el deber cívico. "Ahí es donde está mi raya", señaló este jueves. Sus "rivales", con los que no pactará, serán los partidos que no crean en estas cuestiones, que "aprovechen las instituciones para su interés particular" o las conviertan en "corruptas". Las urnas, el 24 de mayo, mostrarán dónde está cada uno, y él no puede "dar por supuesto" qué fuerzas son esas. 

El abanico, para él, está abierto. El candidato dice compartir asuntos que le resultan "atractivos" con Podemos, como el desgaste de las instituciones o la revitalización democrática, y otros aspectos de los que discrepa. De la derecha ha dicho que es "muy plural". Que con aquellos que sean "ultraliberales" o tengan "una idea depredadora" de la sociedad, remachó este viernes en una entrevista en eldiario.es, no será fácil pactar. Con los que tengan "inquietud social", tal vez. 

"A buen entendedor...", responden fuentes de la gestora del PSM, la que gobierna la federación desde la destitución, el pasado 11 de febrero, de Tomás Gómez. Es decir, que no hace falta explicitar más porque se está enviando el mensaje, aunque de forma indirecta, de que no cabrán alianzas con los conservadores. ¿Por qué no se dice expresamente, como hacen otros candidatos? La dirección provisional, que preside el diputado nacional y exlíder del PSM Rafael Simancas, defiende su estrategia: "Ángel aspira a gobernar, aspira a que una parte del electorado moderado que antes apostaba por el PP le acabe votando. Hablamos de un elector de clase media. ¿Por qué todo el voto que pierda el PP debe ir a parar a UPyD o a Ciudadanos? ¿Por qué no al PSOE? Esta es la mejor estrategia para captar ese voto", explica un alto mando de la ejecutiva interina. 

Hay más razones. El estilo de Gabilondo, catedrático de Metafísica, el exministro que a punto estuvo de cerrar un pacto educativo con el PP, que se frustró en el último minuto por la espantada de María Dolores de Cospedal. "Tiene su forma de trabajar y de expresarse, y él no quiere descalificar a nadie. Y hay que aprovechar el perfil de Ángel, lo que significa de apertura de nuestra opción. Antes, votaban a nuestros candidatos socialistas los de siempre. Ahora, con él, ese espectro puede ampliarse, ya que puede ser una figura muy atractiva para muchas personas", explica esta fuente, conocedora por completo de lo que denomina "estrategia de campaña": no salir "del guión", no hablar en ningún caso de planteamientos "concretos" de acuerdos antes de los comicios del 24-M. 

Criterio compartido

¿Significa eso que el PSM piense entenderse con la derecha, que lleva gobernando la Comunidad 20 años y 25 el Ayuntamiento? "No, no hay ninguna intención de pactar más allá de lo puramente lógico. No vamos a gobernar con el PP ni a facilitar ningún Gobierno del PP", rubrican desde la gestora. En el PSM parten de la idea, además, de que Cristina Cifuentes, la elegida por Mariano Rajoy para el Ejecutivo regional, "es igual" que Esperanza Aguirre, la cabeza de lista a la Alcaldía, y ha sido "cómplice de sus decisiones". "Es la misma derecha", apostillan. Sin embargo, sí llamaron la atención los silencios de Gabilondo cuando estalló el caso del ático del presidente autonómico, Ignacio González, y aun después de caer como candidato. "¿Para qué íbamos a ayudar al PP a quitarlo como aspirante? No era buena idea. Darle antes no era inteligente y atizarle después era ya inútil", explican en la cúpula de la federación. 

¿Y cuáles son los pactos lógicos? El aliado natural, porque así lo ha sido en varios municipios y a punto estuvo de serlo en 2003 de no haber estallado el tamayazo, sería IU, cuyas expectativas electorales, sin embargo, pintan a la baja, también por su descomposición interna. ¿Y con Podemos? "No son iguales en un sitio que en otro, como no es la misma IU en Andalucía [que compartió la Junta tres años con el PSOE-A] que en Extremadura [que permitió el acceso al Ejecutivo al PP". En cualquier caso, los socialistas asumen que tras el 24-M habrá "pocas alternativas" de alianzas. Gabilondo ha reivindicado su libertad para "encontrar" a los socios que se sumen a las políticas que más puedan beneficiar a los madrileños. "Se respetará el criterio de Ángel, porque es al que hemos elegido para formar Gobierno. Su criterio se tendrá en cuenta, como se tendrá en cuenta el criterio del partido", añadieron desde la gestora. 

El terreno de juego

"Cada cual juega las cartas a su manera. Nosotros tenemos nuestra propia hoja de ruta", responden fuentes muy próximas a Díaz sobre el posicionamiento de Gabilondo. Una reflexión que amplían otros dirigentes territoriales consultados, que subrayan que el exministro "no va a dejar de ser como es" y no se sentiría cómodo en un "debate frentista". Aparte de que "en Madrid, o le quitas voto al PP [donde ha gozado de una sólida implantación, con holgadas mayorías absolutas] o no ganas", según razona fuentes próximas a Emiliano García-Page, secretario general de una comunidad limítrofe, Castilla-La Mancha. 

Él, García-Page, es además uno de los barones que, sin embargo, ha optado por una estrategia distinta a la de Gabilondo. Marcar el terreno de juego diciendo no al PPno. "Nunca" habrá un pacto "mentiroso" o "fraudulento" con los conservadores, aseguró a finales de 2014, cuando volvía a asomar la idea de una Grosse Koalition. En el partido sí está instalada, en la dirigencia y más aún en las bases, que una gran coalición le aniquilaría, pese a que referentes históricos como Felipe González o José Bono la defiendan. De ahí que no sorprenda el rechazo de los candidatos autonómicos a todo entendimiento con los conservadores. 

Es "imposible que haya un pacto del PSOE y del PP", proclamó el pasado febrero el valenciano Ximo Puig. "No voy con el PP, y de Podemos aún no sabemos nada", había expresado días antes el extremeño Guillermo Fernández Vara. El barón aragonés, Javier Lambán, había sentenciado algo semejante: nada de acuerdos con el PP, con "rotundidad", frente a quienes "se empeñan" en verlo como posible. "José Ramón Bauzá está muy, pero muy desesperado" al sugerir un pacto con los socialistas baleares, aseguró la candidata y líder del PSIB, Francina Armengol, hace poco más de una semana, el 2 de marzo. Su partido, dijo, no pactará "nunca con el PP". "Es imposible, ya que queremos representar una alternativa democrática a esta forma de hacer política", que ha conducido a más "desigualdad, precariedad y pobreza". "Con el PP no voy a pactar nunca", afirmaba este viernes a infoLibre Luis Tudanca, secretario general de Castilla y León y aspirante a la Presidencia de la Junta. "Esta comunidad necesita una alternativa tras 28 años de Gobiernos del PP". 

El otro presidente autonómico socialista, el asturiano Javier Fernández, se refirió hace menos de una semana a la disyuntiva PP/Podemos. El primero es el principal adversario del PSOE, como ha sido siempre, recordó, y al segundo se enfrentará sin "miedo". Fernández sacó los últimos Presupuestos de la legislatura, los de este año, con el apoyo del PP, pero en su equipo insisten en que no es síntoma de ninguna entente futura. 

La estrategia respecto a Iglesias

Misma contundencia ha empleado Pedro Sánchez para negar, en múltiples ocasiones, todo acuerdo con el PP, para rechazar toda posibilidad de gran coalición. Más diletante ha sido respecto a las alianzas con el partido de Pablo Iglesias. De hecho, la estrategia de la dirección federal hacia el fenómeno Podemos ha ido mutando. A primeros de septiembre, el secretario general rehusaba pronunciar siquiera el nombre y denunciaba una "coalición de intereses" de PP y Podemos. Luego reconoció a la formación morada que había trenzado un buen diagnóstico de la realidad, aunque discrepaba de sus recetas. Más tarde volvió a la confrontación directa.

Gabilondo, dispuesto a liderar los “consensos que fueran necesarios”

La última aproximación la trazó hace apenas unos días: el PSOE será el que protagonice el "cambio seguro" que necesita España ante el "giro a la izquierda" de la ciudadanía que pintan las encuestas. Y ante esa previsible fragmentación del arco parlamentario, Sánchez subrayó la capacidad de "pacto y negociación" de su partido. "El PSOE tiene mucho más que decir que un PP que lo que ha hecho estos tres años de Gobierno ha sido clausurar cualquier posibilidad" de acuerdo. El líder socialista se abrió a alianzas con Podemos y Ciudadanos, aunque siempre a partir de las propuestas. Como suele decir, lo que importa no es con quién, sino el para qué. Si existen "políticas y proyectos" en los que se coincida, el PSOE no desprecia los pactos con ninguna de las dos fuerzas emergentes. 

Sobre el papel, quien tiene la competencia sobre la estrategia de acuerdos es el Comité Federal. Así lo indica el artículo 7. i) del reglamento que tabula el funcionamiento del máximo órgano de congresos del PSOE y el 36. i) de los estatutos. Así, tiene la facultad para "determinar la política de alianzas del partido y dirimir las discrepancias entre las federaciones y la Comisión Ejecutiva Federal en esta materia". Pero, como señalan varios dirigentes, siempre las federaciones han tenido autonomía para decidir sus pactos, aunque en alguna ocasión Ferraz haya tenido que intervenir. En lugares pequeños y en otros más significativos, como en Navarra, cuando paralizó la confluencia con los nacionalistas de Nafarroa Bai en 2007. Ahora se bosqueja un escenario complejo y plural en varios lugares del país. 

¿Habrá pactos o no con Podemos? En algunos casos puede que no quede más remedio. Pero es una respuesta común en varias federaciones que se pida prudencia, porque hay que esperar a la aritmética que arrojen las urnas y porque ahora no es el momento. Todos insisten en que hay que acudir a la cita del 24-M con hambre de "ganar", no de pactar, porque, según calculan, ese será además el eje de la estrategia del PP contra el PSOE. 

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