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Elecciones andaluzas 22-M

Cada partido se juega en Andalucía su futuro en un año político crucial

Susana Díaz, en un mitin en el Palacio de Ferias de Jaén, el pasado 14 de marzo de 2015.

El 22 de marzo es el fin de una carrera y también el principio de otra. Termina el camino hacia los comicios andaluces, pero sólo será un punto y seguido en un intenso año plagado de citas electorales. Por eso la cita del 22-M será el ensayo general de las siguientes convocatorias, el primer banco de pruebas de todos los partidos en 2015, año en el que España decide su futuro, que pinta como muy distinto, como el tránsito hacia un nuevo ciclo, con un bipartidismo muy mermado en sus fuerzas.

Se comienza a dibujar un nuevo mapa cuyos contornos se desconocen. Porque no está testada la fuerza de los partidos emergentes, el grado de resistencia de las formaciones tradicionales y por el grado de volatilidad. Por no hablar del alto volumen de indecisos, un 41,3% en Andalucía cuando el CIS elaboró su encuesta preelectoral

Todos se juegan mucho en estas elecciones del 22-M. El PSOE, quizá el que más, ya que Andalucía es su talismán, la comunidad que gobierna ininterrumpidamente desde hace 33 años. Es la única autonomía que, de hecho, jamás ha cambiado de color en democracia. Ahora no parece que corra riesgo de perderla, como ocurría en 2012, pero no está garantizada su estabilidad. Y las urnas tendrán también un aroma nacional, por cuanto se ventila el liderazgo de una Susana Díaz a la que muchos en el partido miran como posible referente de un inmediato futuro en España. El PP, mientras, espera contener el declive y que la factura por los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy no sea muy elevada.

IU, socia de los socialistas en los últimos tres años en la Junta, libra su lucha con unos sondeos que auguran mal fario y una importante caída, engullida por Podemos. Pero Andalucía no es un territorio más para IU, sino su principal feudo, y una bofetada allí supondría una mala señal para toda la federación. Podemos afronta su primera cita con las urnas tras la sorpresa de las europeas de mayo. Un mal debut desinflaría las expectativas creadas por el partido de Pablo Iglesias. Ciudadanos se incorporó a la carrera tarde, y su irrupción fortísima en las encuestas ha de ser testada en las urnas. Se disputa el electorado, sobre todo, con UPyD, que de quedarse otra vez fuera del Parlamento andaluz y de ser superada por la formación de Albert Rivera, recibiría un significativo varapalo y un nada despreciable toque de atención de cara a los siguientes comicios.

Hoy, 6.496.685 andaluces tienen la palabra. 

01. PSOE: LA DISPUTA POR LA HEGEMONÍA

Susana Díaz decidió romper la baraja. Liquidar el pacto de Gobierno con IU, un año antes del fin natural de la legislatura, por la "inestabilidad" que había introducido en el Ejecutivo al haber puesto sobre la mesa la posibilidad de un referéndum entre sus bases sobre la continuidad de la alianza con los socialistas. Arriesgó. Este domingo, 22-M, se comprobará si la operación le resultó o no ventajosa.

Las encuestas dicen que sí. El PSOE, según coinciden todas ellas, recuperará la hegemonía política del mapa andaluz. Volverá a ser la primera fuerza. Aunque lejos de la mayoría absoluta. En el Parlamento saliente los socialistas disponen de 47 escaños (y un 39,56% de los votos), de un total de 109. Los sondeos colocan al partido por encima de las 40 actas (44 el del CIS, por ejemplo, 42 el ObSERvatorio de la Ser, 45 Metroscopia para El País, entre 41 y 44 el de Sigma Dos para El Mundo). Podría ganar, y al tiempo, obtener el peor resultado de su historia, por debajo del 38,71% y los 45 parlamentarios de 1994, en las elecciones que abrieron paso a la legislatura de la pinza.

Díaz se ha mostrado convencida de que los andaluces le concederán la "mayoría amplia" que reclama, la que le permitiría gobernar sin hipotecas. Ambiciona "ganar bien". O sea, quedarse cerca de la mayoría absoluta, algo que no ha pronosticado ninguna encuesta externa. Sí las internas, según las cuales, según fuentes socialistas, le aproximan a los 50 escaños, dado que entienden que hay voto oculto y que los institutos privados no son capaces de captar con precisión la fortaleza del PSOE en los núcleos rurales, precisamente donde más se ha empleado la candidata en esta campaña. 

El deseo de los socialistas es gobernar en solitario. Pero la respuesta la dará la aritmética que arrojen las urnas. La presidenta de la Junta ya ha dicho por tierra, mar y aire que no pactará en ningún caso ni con el PP ni con Podemos. Ello sólo le dejaría abierta la puerta a posibles alianzas con IU, contra quien apenas ha arremetido, y con Ciudadanos. Pero podría no bastarle con un solo socio, y en ese caso la gobernabilidad se le complicaría. La buscada estabilidad estaría, paradójicamente, menos al alcance de la mano. Díaz, como manda el guión, ha recalcado que no sale a pactar, sino "a ganar". En su entorno insisten en que lo probable es que este primer año gobierne en minoría, sola, hasta que pasen el resto de elecciones. Y podría hacerlo, porque tiene los Presupuestos de 2015 aprobados. 

La presidenta, para bien o para mal, asumirá el impacto de las autonómicas. Ha diseñado una campaña a su medida, centrada en ella. Ella como marca. Su #YoConSusana ha inundado las redes sociales y ha presidido la cartelería y los spots electorales. Mucho más que las siglas del partido. Díaz ha puesto toda la carne en el asador para hacer ver que representa un "tiempo nuevo" en Andalucía, que supone un corte radical con sus predecesores, pese a que es el PSOE el que gobierna la comunidad de manera ininterrumpida y el que está implicado en graves casos de corrupción como los falsos ERE o los cursos de formación. Díaz se ha multiplicado en campaña, dejando poco espacio a los candidatos provinciales y dando algo de aire, en todo caso, a los aspirantes municipales.

No ha querido apoyo de líderes nacionales. Pedro Sánchez sólo le ha acompañado en dos mítines, en los dos viernes de campaña: el 13 en Vícar (Almería) y el 20 en Sevilla. Ni tan siquiera se molestó en recoger el guante que el secretario general le lanzó, al requerir una "alianza" socialista, con ella en San Telmo –sede de la Junta– y él en la Moncloa. Como tapoco lo hizo en el cierre, cuando Sánchez interpretó la previsible victoria de Díaz como un anticipo de la del "conjunto del socialismo español". 

"Es lo que quiero hacer", seguir en Andalucía

No es ningún secreto que ambos, Sánchez y Díaz, se encuentran muy distanciados, pese a que fue la presidenta andaluza la que movilizó apoyos en su favor el verano pasado para que pudiese suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE. El peso y el futuro de ambos tendrán mucho que ver con lo que ocurra este domingo y el 24 de mayo, con las autonómicas y municipales. Si Díaz gana de forma contundente y no tiene muchos problemas para armar un nuevo Gobierno, su liderazgo se habrá consolidado y aquellos que la veían como un referente nacional, como el revulsivo que necesita el partido, seguirán probablemente apostando por ella como candidata a la Moncloa, más aún si el 24-M se salda con un fracaso. Pero si las urnas dejan un panorama incierto o más inestable, su empuje se podría ver frenado

Ella ha intentado zanjar el debate prometiendo permanecer en Andalucía los cuatro años de legislatura. "Es lo que quiero hacer, es mi compromiso, ilusión y pasión", volvió a decir este viernes en la Ser, preguntada por las palabras del expresidente Felipe González, que decía tener "información" de que Díaz no dará el salto a Madrid, pase lo que pase hoy domingo. 

A la candidata que todos presuponían fuerte se le ha visto en campaña algún borrón, como su participación en los dos debates electorales: en el primero, en Canal Sur, algo apagada, y en el segundo, en el plató de TVE, un punto agresiva frente a su oponente del PP. 

02. PP: CONTENER EL DESPLOME

El PP ha seguido la estrategia opuesta a la del PSOE. Implicación de la cúpula nacional del partido, del presidente del Gobierno y de sus ministros al máximo. Máximo apoyo al candidato elegido por Rajoy hace un año, Juanma Moreno. Un desembarco que ha sido objeto de chanza de la aspirante socialista, que ha acusado al jefe del Ejecutivo de "dominguero" y de haberse preocupado por Andalucía mucho en campaña y apenas nada durante la legislatura. 

Los conservadores lograron el mejor resultado de su historia en Andalucía en marzo de 2012, en el cuarto examen de Javier Arenas como candidato. Un 40,67% y 50 diputados. A cinco de la mayoría absoluta, el techo que muchas encuestas daban por hecho que conquistaría. El PP es consciente de que ese listón queda ahora muy alto, y que no podrá repetirlo. La convocatoria anticipada pilló con el pie cambiado a un partido que estaba más centrado en las municipales del 24-M. Con la disolución de la Cámara, el PP tuvo que agilizar la maquinaria, pero no pudo eludir la falta de tiempo. Así las cosas, los conservadores han tenido que tirar más de las siglas PP que de la marca Juanma Moreno

El candidato del PP, Juanma Moreno, aprovecha la jornada de reflexión para salir a correr con amigos en Sevilla, este 21 de marzo | EFE

Moreno fue la apuesta personal de Rajoy. Elegido hace un año no sin una importante batalla interna de por medio. El presidente se decantó por quien hasta ese momento era secretario de Estado de Servicios Sociales, un hombre muy cercano a Soraya Sáenz de Santamaría, que se apuntó así un tanto frente a la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Moreno comenzó la carrera hacia el 22-M con un importante déficit de conocimiento público. Según la encuesta preelectoral del CIS, sólo le ponía cara un 56,3% de los andaluces, frente al 94,3% de notoriedad de la presidenta. Eso explica la implicación del PP y de Rajoy en esta campaña. Artillería e infantería para contrarrestar el efecto Díaz

Contra los "bisagristas"

El PP valora que Moreno ha crecido según avanzaba la campaña, y que no flaqueó en los dos debates. Las encuestas, tozudas, auguran un enorme desplome desde los 50 escaños de 2012. El CIS apuntó 34 actas; El Mundo, entre 32 y 36; Abc, entre 34 y 38. Pero otras no son tan optimistas: 26-27 pronosticaba la Ser y 29 El País. En la dirección creen que el panorama que dibujarán las encuestas será menos sombrío. El partido, no obstante, ha intentado capitalizar la bandera del cambio tras 33 años de Gobiernos socialistas, urgiendo a no "dilapidar" el voto y clamando contra lo que el presidente ha llamado "bisagristas", que "sólo cierran las puertas al cambio". Lo dice, claro, por Podemos y Ciudadanos. 

Una derrota clamorosa de Moreno sería una mala noticia no sólo para Moreno, sino también para Rajoy, que afrontaría así un año electoral intenso con un revés en la comunidad más poblada. Un resultado pobre infundiría de desánimo a cuadros y bases de cara a las siguientes convocatorias, con la foto final de las generales, a últimos de 2015. Las andaluzas, con todas las diferencias notables con el escenario político nacional y en otras comunidades y municipios, servirán así de primer termómetro, de primer plebiscito de las políticas de recorte de Rajoy tras las europeas de 2014. 

El futuro de Moreno en Andalucía, no obstante, no correría peligro, porque el presidente considera que el jefe del PP andaluz es un candidato de largo aliento. Los conservadores no tienen previsto entorpecer la investidura de Díaz si gana, también con la esperanza de que luego los socialistas devuelvan el favor, absteniéndose en aquellos casos en los que el PP sea la lista más votada. Algo que podría ocurrir en las generales. 

03. IU: LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA

Izquierda Unida quiere dar "la sorpresa" este domingo. Desmentir a las encuestas que plantean un escenario trágico para la federación. Sueña con obtener no un resultado tan bueno como el de hace tres años (11,35%, 12 escaños), pero sí aquel que le permita pensar que ha resistido el embate de la irrupción de Podemos y que no ha sufrido un castigo significativo por haber compartido el Gobierno con el PSOE en esta legislatura. 

Andalucía es la principal federación de IU. Donde tiene más militantes, donde goza de una mayor implantación, donde acumula más poder institucional. Y, a diferencia de lo que ocurre en otro territorio de peso, Madrid, allí IU está unida en torno a su líder y candidato, Antonio Maíllo, el sucesor de Diego Valderas. Por eso, si la federación es aplastada en Andalucía, se encenderían todas las alarmas.

Maíllo e IULV-CA han ido creciendo a lo largo de la campaña, y ganando ánimo. Alentada por la buena respuesta de la militancia, la actuación del candidato en los dos debates –contando su propuesta y quejándose del "pimpampum" y del "teatro" de los otros dos contendientes–, la vuelta a un mitin del excoordinador Julio Anguita (por primera vez en 15 años) o el respaldo expreso del partido de moda de la izquierda alternativa en Europa, el gobernante Syriza. Anguita dejó un recado para las huestes de IU: sí a la articulación de un "frente de izquierdas" con Podemos y otras formaciones, pero no con el PSOE. Tampoco podía sorprender a nadie, por el exlíder de IU y del PCE siempre discrepó del pacto de gobierno con los socialistas. 

El candidato de IU a la Presidencia de la Junta, Antonio Maíllo, durante el mitin de cierre de campaña en Sevilla, este 20 de marzo | EFE

El candidato se ha apoyado, más que en Cayo Lara, en el diputado por Málaga en el Congreso Alberto Garzón, la esperanza blanca de IU. Maíllo lo acogió y lo respaldó como el sucesor natural del coordinador. Ambos son una piña y representan el relevo generacional en la federación

La "transformación" por la izquierda

Las primeras encuestas apuntaban a un resultado desastroso, de entre 4 y 5 diputados. Algunas dieron un mayor aliento. Lograr entre 7 y 8 escaños sería un escrutinio más que aceptable para IULV-CA. Mantenerse en la posición de tercera fuerza, un milagro. El candidato ha querido situarse como la "alternativa de izquierdas", defendiendo su "modelo de transformación" de Andalucía desde la izquierda. "Nosotros no somos neutrales ni ambiguos", ha proclamado Maíllo, para reivindicarse frente a Podemos. El aspirante ha puesto mucho cuidado en no dar por sentado ningún pacto con el PSOE. Aunque tampoco ha descartado alianzas por completo. La responsabilidad será de los militantes, ha insistido. 

Este 22-M, pues, servirá de test para conocer el mordisco infligido por el partido de Pablo Iglesias y la fortaleza de IU. Si la prueba sale bien, la federación afrontará con un mayor ánimo unas siguientes convocatorias electorales que se presumen difíciles. Pero si cae el suspenso y no sobrevive a la tormenta, estaría anticipando un desastre mayúsculo el 24-M y tal vez en generales. Especialmente por los desgarros internos que vive otra federación simbólica y faro de lo que está por venir: Madrid

04. PODEMOS: la incógnita en un territorio difícil

La convocatoria de las elecciones del 22 de marzo pilló a Podemos sin una estructura territorial montada. Tuvo que apurar en la celebración de sus primarias para elegir como candidata a su rostro andaluz más conocido, la hasta entonces eurodiputada Teresa Rodríguez, procedente de Izquierda Anticapitalista. Como se vio obligado a redactar rápidamente su primer programa autonómico. 

Podemos tiene como reto aguantar el tirón en una comunidad complicada para el partido, Andalucía, donde el PSOE no está ni mucho menos tan débil como en otros territorios. Las encuestas señalan un espectacular debut, con entre 15 y 22 escaños. Lejos, en cualquier caso, de los socialistas y de la mayoría absoluta. Y podría darse la circunstancia de que quedase por debajo incluso del techo histórico de IU en la comunidad: su 19,14% y sus 20 actas de 1994. Era lo que deseaba Díaz: frenar el ascenso de Podemos y demostrar que el fenómeno es batible. Intentar cortarle las alas antes de tiempo. 

Para el partido de Pablo Iglesias, es su primera ocasión para mostrar su músculo después de las europeas en las que lograron un resultado (cinco escaños) que convulsionó todo el panorama político, que causaron un terremoto que ningún instituto demoscópico fue capaz de predecir. Ahora los dirigentes del partido morado advierten de que esa sorpresa de mayo podría repetirse ahora. Aunque a Luis Alegre, secretario de Participación Interna de Podemos, se le escapó en una entrevista radiofónica que no esperaban ganar la comunidad, declaraciones que horas después tuvo que rectificar. Sí quiso buscar un golpe de efecto, al adelantarse al PSOE en reservar el emblemático velódromo de Dos Hermanas, en Sevilla, santuario fetiche para los socialistas, para el cierre de campaña. Con ello logró protagonizar el mitin más multitudinario de estos 15 días de todos los partidos. 

Retratarse en el día a día

Podemos, según indicaron las primeras encuestas, podría ser llave en el nuevo Parlamento, aunque Díaz ya ha dejado claro que no pactará con el partido de Iglesias. El partido morado, no obstante, sí ha subrayado que no dejará gobernar al PP en ningún sitio. Los pactos postelectorales, en cualquier caso, deberían ser refrendados por las bases. 

Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez, Íñigo Errejón y, detrás, Sergio Pascual, en el mitin de cierre de campaña de las andaluzas, en Dos Hermanas (Sevilla), este 20 de marzo | EFE

Y tendrá que gestionar el día a día. Tras el 22-M, se sentará en un Parlamento y deberá tomar decisiones. Definir su estilo de oposición, en caso de que sea esa la posición que dejen a Rodríguez las urnas. Esta, por su parte, tiene pendiente hacerse con las riendas de Podemos en la comunidad, en un proceso de montaje orgánico que se aplazó por el adelanto electoral. Se retomará el 1 de abril, y cuenta con el aval de Iglesias para ocupar el puesto de secretaria general. 

El efecto Podemos, no obstante, se podría ver tamizado por el efecto Ciudadanosefecto Ciudadanos, que ha irrumpido con fuerza en las últimas semanas. Al eje izquierda-derecha se le ha superpuesto, con fuerza, el debate viejo-nuevo. Y ahí el partido de Iglesias no está solo. 

05. CIUDADANOS: LA MEDIDA DE LA SORPRESA

Cuando Susana Díaz convocó los comicios del 22 de marzo, se percibía como seguro que Podemos entraría con fuerza en el Parlamento andaluz, pero pocos duros se daban por Ciudadanos. La encuesta del CIS, elaborada entre finales de enero y mediados de febrero, atribuía una estimación de 5 escaños. Pero los sondeos posteriores han agrandado el fenómeno, asignando a la formación de Albert Rivera una posición decisiva en una Cámara más fragmentada. Su decena de diputados (o más) podrían ser decisivos para la gobernabilidad de los próximos cuatro años.

Albert Rivera y el candidato andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, durante el acto de cierre de campaña, este 20 de marzo en Sevilla | EFE

C's pasa su primer examen fuera de Cataluña y tras las europeas de mayo. Somete a prueba si el experimento triunfa fuera de su comunidad de origen, y si es capaz de entrar en el club del cuatripartidismo que dibujan las encuestas para generales, con cuatro fuerzas muy próximas entre sí disputándose la hegemonía (Podemos, PP, PSOE y C's). A costa, como dicen también todos los sondeos y los expertos, del PP. Si, en cambio, queda como un partido residual, podría perder algo de fuelle de cara a los siguientes comicios. 

Rivera no está abierto, de partida, a pactos, como ocurre con Podemos, porque supondría manchar el expediente cuando aún queda mucha carrera electoral por delante. Ciudadanos "ni va a hablar" con las formaciones que no entienden "el abecé de la democracia", y que la corrupción "no puede estar en las instituciones", así que PP y PSOE tienen que entonar "el mea culpa, hacer autoenmienda, rectificar, pedir perdón y echar a los corruptos", según expresó el jefe de C's en el cierre de campaña. Sin embargo, su candidato a la Presidencia de la Junta, Juan Marín, cogobierna desde hace ocho años con los socialistas en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). 

06. UPyD: LA POSIBILIDAD DE QUEDARSE FUERA... OTRA VEZ

En 2012, UPyD logró un 3,35% de los votos, por debajo del 5% necesario para poner un pie en el Parlamento. Ahora, podría quedarse de nuevo fuera de la Cámara. Ninguna encuesta prevé que la formación magenta consiga un solo escaño. Extraparlamentaria otra vez, como el Partido Andalucista, sin diputado desde 2008. 

Rosa Díez, junto con el candidato de UPyD a la Presidencia de la Junta, Martín de la Herrán, este 20 de marzo en el mitin de cierre de campaña en Málaga | EFE

Para UPyD, el problema no sería sólo pasar otra legislatura en blanco. La peor noticia sería no lograr el acceso al Parlamento y que sí entren sus rivales de Ciudadanos. Una alternativa que, a la luz de todas las encuestas, tiene visos de producirse. 

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De confirmarse esos negros pronósticos, UPyD se daría de bruces, de nuevo, con el debate interno de si tejer o no alianzas con C's, opción totalmente cerrada tanto por Díez como por Rivera. No sólo eso: afrontaría con malas perspectivas las autonómicas y municipales y las generales, y podría abrirse el melón del liderazgo de Díez otra vez.

Ella, por descontado, al igual que su candidato, Martín de la Herrán, ha reivindicado hasta ahora la independencia de su formación, "con una voz clara y contundente contra la corrupción". Díez recordaba el viernes, por ejemplo, que se han gastado 125.000 euros para la campaña y se han gastado más de 265.000 euros en "llevar a los tribunales a los corruptos". Como también se decía convencida de que "va a haber sorpresas" este domingo.

Ya quedan muy pocas horas para saberlo. La suerte, ahora sí, está echada. Y para todos.  

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