La apuesta personal de Rajoy para Andalucía registra el peor resultado desde 1990

"Si Díaz no hubiera adelantado los comicios mi victoria sería segura". Era 7 de febrero de este mismo año. La campaña no había empezado todavía. Y Juanma Moreno, el candidato del PP a la Junta de Andalucía, resumía con esta frase en una entrevista al diario El Mundo, una opinión unánime en su partido. A saber: que la convocatoria les había pillado con el pie cambiado, que ya no contaban con un adelanto inmediato, al menos hasta mayo, y que en Andalucía habían empezado a trabajar en clave municipal, donde el partido se siente más fuerte dominando las principales ciudades. Pintaban muy negras y Moreno cometió el desliz, reconocido por los estrategas electorales de su partido, de que quedara por escrito que daba por perdidas las elecciones. Y así ha sido. Las ha perdido. El Partido Popular de Andalucía, que ganó –aunque no logró gobernar– las autonómicas de 2012, vuelve a la casilla de salida y se ubica todavía mas lejos de romper el monopolio de los socialistas en esta comunidad autónoma.

Con el 99,95% de los votos escrutados, la candidatura encabezada por Moreno Bonilla logró este domingo 33 escaños del total de 109 que tiene el Parlamento andaluz, frente a los 47 de la todopoderosa Susana Díaz. Es la segunda peor marca en la historia del PP para esta comunidad autónoma. El peor resultado de los conservadores fue registrado en los comicios de junio de 1990, cuando lograron el 22,18% (26 escaños). El mejor, hace sólo tres años: el 40,67% de los votos. Cincuenta escaños, a cinco de la mayoría absoluta. Javier Arenas sigue siendo el dirigente conservador que mejores resultados ha proporcionado al partido de Mariano Rajoy. Su sucesor ha perdido 17 asientos en el Parlamento andaluz.

La marca de este domingo es incluso peor que la registrada en marzo de 2004, días después de los atentados del 11-M, cuando el PP de Andalucía se hizo con 37 escaños frente a los 61 del Partido Socialista.

A la espera de los pactos que puedan producirse a raíz de los resultados, los conservadores ya han insistido a lo largo de toda esta campaña –el candidato lo repitió en su primera comparecencia tras el recuento– en que dejarán gobernar a la lista más votada. Es decir, al PSOE.

Resultados por provincias

Por provincias, el mejor resultado lo logra en Almería, donde empata a cinco escaños con los socialistas. El peor, en Huelva, donde los socialistas duplican los escaños de los conservadores: seis frente a tres.

Un candidato de "largo recorrido"

En el PP siguen insistiendo en que les ha faltado tiempo, en que Moreno es un candidato de largo recorrido que no se va a quedar por el camino porque está llamado a ser presidente de la Junta de Andalucía como María Dolores de Cospedal estaba llamada a liderar la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Este ha sido, de hecho, uno de los ejes de campaña de esta formación: dejó un puesto relevante en Madrid, la secretaría de Estado de Asuntos Sociales, para volver a su tierra. Justo el camino inverso que consideran que va a trazar Susana Díaz.

Precisamente por ser un candidato de largo recorrido, el PP y el Gobierno se cuidaron muy mucho de que no se desgastase demasiado. De no dejarle solo. Frente a su desconocimiento, los conservadores han tirado de marca PP frente a marca Juanma Moreno, todo lo contrario que han hecho en su principal rival, el PSOE. Los socialistas consideraron que Díaz tenía de sobra fuerza para tirar de la campaña y ésta ha girado sólo en torno a ella. Moreno, por el contrario, recibió prácticamente a diario el respaldo de ministros del Gobierno. Y Mariano Rajoy protagonizó seis actos de campaña. Seis de una campaña de 15 días.

Una apuesta personal de Rajoy

La implicación de Rajoy hay que entenderla, en gran parte, en clave interna. Fue él, el que hace un año, se arriesgó a abrir una crisis interna en el partido apostando por Juanma Moreno frente al candidato de la secretaria general, José Luis Sanz. En su decisión pesó, además, que Moreno es, además, uno de los dirigentes de máxima confianza de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Un 'sorayo', como desde determinados sectores de la derecha mediática y del PP se conoce al grupo de jóvenes dirigentes de los que se rodeó la mano derecha de Rajoy en el Gobierno en sus primeros años en la sede del partido. También gozó de la bendición de Javier Arenas, al que no pocos en el PP critican el "no irse del todo" de la presidencia de la formación en Andalucía.

Otro elemento a tener en cuenta, además de que el cabeza de lista fuese la apuesta personal del presidente del Gobierno, es el hecho de que esta es la primera cita, tras las europeas del pasado año, en la que Rajoy podrá testar el efecto de sus políticas de recorte en las urnas. Y, además, la puerta de entrada a un año plagado de citas electorales.

El resultado en Andalucía va a ser mirado con lupa por los candidatos a las municipales y autonómicas de 2014, que temen ser los primeros paganos de las medidas adoptadas por Rajoy al frente del Gobierno central.

"Ha faltado tiempo"

En el PP, ya con los datos en la mano, se ratifican en la misma frase que Moreno vertió en su entrevista a El Mundo. "Nos ha faltado tiempo", señalan. Aseguran que es "innegable" que el punto de inflexión de la campaña fue el primer debate electoral, en el que su candidato "arrasó" y "ganó de largo" a Díaz. Lo mismo, mantienen, ocurrió en el segundo debate. "Es un tipo preparado, concienzudo y trabajador y ha quedado más que demostrado", señala alguien que ha trabajado codo a codo con él estas semanas.

Pero Moreno no es sólo la apuesta del PP para Andalucía. Es uno de los rostros de lo que en el partido llaman "el nuevo PP", libre de mácula de la corrupción, distanciado del extesorero Luis Bárcenas y del resto de escándalos que han sacudido los cimientos de su partido. Forma parte del relevo generacional de los conservadores.

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"Este partido tiene mucho que decir"

Tras conocer los resultados de estos comicios, Moreno compareció ante la prensa. Tras dar la enhorabuena a los socialistas y reconocer que su resultado no es el esperado, mantuvo que su proyecto, el del PP "tiene mucho que decir y que hacer". "Vamos a seguir trabajando", añadió por si alguien tenía dudas de que fuese a tirar la toalla.

A juicio de Moreno, "Andalucía necesita más que nunca estabilidad política y social". Y su partido va a trabajar en esta dirección. En el apartado de las críticas, mantuvo que a tenor de los resultados se ha puesto de manifiesto que Susana Díaz no buscaba la estabilidad.