Elecciones 24-M

Un estudio encargado por IU alerta de sus debilidades para competir con Podemos

Alberto Garzón, durante un mitin de campaña de las elecciones andaluzas, el pasado 18 de marzo en Málaga.

Izquierda Unida afronta el siguiente atracón de elecciones con dificultades, pero también intentando no caer en el desánimo. Es consciente de las amenazas que sufre –básicamente, por la irrupción de Podemos–, pero también que el contexto no es del todo adverso. Pero quería profundizar más, saber qué piensan sus potenciales votantes y cómo la caracterizan. Por eso la dirección federal encargó un estudio cualitativo para conocer cuáles son las demandas ciudadanas y cómo está ubicada IU en ese contexto, cuáles son sus fortalezas y debilidades. El análisis deja un panorama con sombras y también con luces. Entre las primeras, su imagen de partido poco cohesionado, una fallida estrategia de comunicación, su incapacidad para adaptarse a la coyuntura y la asociación de Podemos con el voto del cambio. Entre las segundas, que IU no queda manchada como una fuerza "parte del régimen", que no es vista como un fenómeno pasajero, que es bien valorada por su trayectoria, que se aplaude su contribución a los gobiernos municipales y que a su nuevo referente, Alberto Garzón, se le identifica con la regeneración. 

La Secretaría de Acción Electoral, que dirige Ramón Luque, encargó el estudio sociológico a Andaira Consultoría e Investigación Social, una compañía integrada por profesores de la Universidad Complutense. Para la elaboración del estudio, llamado Espacios y potencialidades de Izquierda Unida, y al que ha tenido acceso infoLibre [consúltalo aquí en PDF] se empleó el método de los grupos de discusión. O sea, se reunió a ciudadanos de distintos perfiles para que conversaran sobre sus percepciones del contexto económico, social y el sistema político, sobre el espacio de la izquierda y sobre el papel de IU en este momento de cambio. Se organizaron cinco grupos en cinco grandes ciudades, en las que la federación tiene volcadas sus mayores expectativas electorales: Madrid, Barcelona, A Coruña, Sevilla y Valencia. Estas discusiones grupales se realizaron entre el 16 y el 22 de febrero –antes de la debacle en las elecciones andaluzas–, y los que participaron fueron votantes en las europeas de IU, Podemos y PSOE y abstencionistas.

El estudio saca varias conclusiones. La primera, que existe un "amplio consenso y un sentimiento compartido de rechazo al funcionamiento del sistema económico y político", por la "primacía de los intereses económicos sobre los políticos", la "pérdida de soberanía del Estado", la desafección hacia los representantes políticos y la corrupción "generalizada". En este punto la situación de IU frente a esta lacra es contradictoria. "Por una parte existe una creencia que consiste en que de la corrupción no se libra ningún partido y por el otro lado no existen menciones específicas respecto a IU y corrupción", reconoce el texto.

También hay una "opinión mayoritaria" acerca de que España está "en un momento de cambio". "Se viven de manera simultánea grandes dosis de esperanza e incertidumbre". Ilusión y escepticismo a la vez.

El espacio político, a su vez, se define como una mezcla de elementos ya arraigados como el bipartidismo y la izquierda y la aparición de otros nuevos parámetros como la transversalidad o la aparición de nuevas fuerzas. La oposición al bipartidismo cuaja, en mayor medida, entre las generaciones de menos de 50 años, aunque no sólo.

Dificultad para alcanzar el Gobierno

El espacio de la izquierda, como corrobora el documento, está ocupado por IU y Podemos. Este es el partido que se identifica como lo "nuevo". Las nuevas formaciones se diferencian de las tradicionales en el protagonismo de las bases, su funcionamiento más horizontal o la implantación de sistemas de auditoría, control ciudadano, transparencia e independencia en la financiación. ¿Y cómo queda IU? Como una formación de la que se valora su capital y su identificación con los principios, aunque le pesa su estrategia política "cambiante" y su "dificultad para adaptarse al contexto". 

Asimismo, los participantes en el estudio aplaudieron la capacidad de IU para gobernar, sobre todo en el ámbito local –algo que la cúpula entiende como una buena señal de cara a las municipales del 24-M–, igual que se aprueba el lanzamiento de propuestas de políticas sociales "de calidad e innovadoras". En cambio, "surgen muchas ducas sobre la posibilidad" de la federación para "alcanzar un escenario de Gobierno". 

El documento analiza también los liderazgos de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón. El secretario general de Podemos es visto como un dirigente fuerte y con capacidad de comunicación, pero "soberbio". Del candidato de IU a la Moncloa destaca su "imagen de juventud, su buena presencia y su diferencia como líder", así como su "fortaleza ideológica". Se le concibe como buen comunicador y portador de un "discurso claro". Se le identifica con la "renovación" y se le supone una "mayor capacidad de conexión con la gente". Handicaps: que tiene "una mayor dificultad para acceder al Gobierno" y que se le considera un "político profesional, que no ha trabajado previamente". 

Los participantes en los grupos de discusión compararon a los dos. Si Iglesias es visto como una "figura de marketing, diseñada políticamente, muy medida" e intelectual, Garzón es percibido como "más auténtico", por lo que genera más "confianza". 

¿Cómo se ve IU en el medio y largo plazo? Muy condicionada por la irrupción de Podemos. Algunos creen que desaparecerá, otros que tendrá un papel marginal y otros más que pueden convivir. Podemos se percibe como una fuerza "coyuntural", "más como una herramienta para el cambio que para la representación a medio plazo". 

No asociada con el bipartidismo

El estudio concluye con un análisis DAFO –debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades–, que IU considera muy útil de cara a las municipales y autonómicas del 24 de mayo. ¿Qué debilidades se perciben? La imagen de un partido sumergido en conflictos y falto de cohesión –y ahí está la guerra en Madrid como su china en el zapato–, lo que hace difícil que se adapte al contexto y que cambie su estructura orgánica. Y eso, a su vez, complica que se vea una "estrategia clara". También se muestran sus problemas para "conectar con la gente" y para gozar de presencia en los medios de comunicación, algo que merma su captación de apoyos. Sus propuestas económicas son vistas como poco creíbles. Por último, la percepción de "falta de consenso interno" en torno a la figura de Garzón puede que se interprete como una operación "estética" si no va acompañado ese relevo de más cambios. 

La principal amenaza de IU es la dificultad de competir con Podemos "en un ciclo corto de tiempo". "El voto de Podemos se identifica con el voto del cambio que representa una de las expectativas políticas más arraigadas en la ciudadanía en la actualidad", señala el documento. 

Los puntos fuertes de IU se hallan en la buena valoración de su experiencia y su trayectoria histórica y en la imagen que proyecta Garzón. Igualmente, se aprecia su "política social innovadora y de calidad" y su gestión local. 

El estudio identifica las oportunidades de la federación en el contexto actual. Básicamente, que no se la percibe como "parte del régimen" ni se la asocia con el bipartidismo, que el PSOE está "fuertemente deslegitimado" y la fuga de sus apoyos "amplia el espacio político de IU" y que Podemos es considerado como un fenómeno pasajero, con una capacidad de crecimiento "limitada en el tiempo" y previendo además modificaciones en su estructura política y en su respaldo ciudadano. 

Luque: "El estudio nos dice que tenemos que cambiar"

Ramón Luque, por encargo de la Comisión Electoral de IU, contrató el estudio cualitativo –aunque no ofrece datos del coste– porque quería ahondar en la foto móvil que ofrecen las encuestas, comprobar cómo ve el electorado de izquierdas a las tres grandes fuerzas de ese espectro, disponer de una "fotografía de PSOE, IU y Podemos en acción, de sus debilidades y fortalezas respectivas". Por eso le ha gustado observarse en el espejo y no cree que el trabajo devuelva una mala imagen. La investigación, aprecia este responsable, ha puesto en evidencia cuestiones que IU intuía y otras "no tanto". A la dirección ha sorprendido, por ejemplo, cómo los ciudadanos dan relevancia al ruido interno, cómo perciben que hay "falta de cohesión", cómo los problemas en un territorio en concreto afectan al conjunto de IU, cómo se traslada "al imaginario de IU". Eso explica cómo este dirigente, el lunes pasado, reclamó medidas urgentes para parar la guerra en Madrid, para evitar un daño irreparable el 24-M.

Ha gustado dentro, en cambio, que se dibuje una federación "solvente en la gestión, cercana y capaz de gobernar las instituciones", aunque aún con escepticismo de que pueda llegar a la Moncloa. 

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¿De qué sirve este estudio a IU? Como asegura Luque, la cúpula quería saber qué ve la gente de esta formación y testar asimismo el liderazgo de Alberto Garzón, y este aprueba "con creces". Ahora da a conocer las conclusiones para que sirvan de "reflexión" a las fuerzas políticas, a los medios y a los analistas. ¿Y para qué va a emplear estos datos? En primer lugar, para "tomar decisiones inmediatas de cara a la campaña". IU es consciente de que "no es posible revertir el imaginario popular en dos meses, pero sí puede orientar la acción", ya que la dirección potenciará los puntos fuertes e intentará "minimizar sus debilidades". Al tiempo, desplegará el liderazgo de Garzón de cara a autonómicas y municipales, y con vistas a generales. Pero también servirá este análisis a medio y largo plazo. "Si se nos ve como una fuerza lenta, con poca ductilidad, con poca adaptación a los cambios, habrá que tomar decisiones". "El estudio nos dice que tenemos que cambiar", subraya. 

Luque insiste en que este estudio apela igualmente a Podemos, puesto que las 15 horas de grabación de los participantes muestran que los ciudadanos quieren "la unidad popular", no que IU y el partido de Pablo Iglesias se peleen. "La sociedad se lo demanda a Podemos", concluye. 

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