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Alfonso Rus, la estrepitosa caída del político menguante

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Sergi Tarín | Valencia

[Este perfil de Alfonso Rus fue publicado el 4 de mayo de 2015 tras la filtración, en plena precampaña de las elecciones municipales, de unas grabaciones que le implicaban en el pago de comisiones] Alfonso Rus pago de comisiones

Apenas dos semanas han bastado para llevarse por delante 20 años de carrera política. La meteórica cadencia de revelaciones sobre el presunto cobro de comisiones de altos cargos de la Diputación de Valencia ha tenido su primera víctima: Alfonso Rus, presidente de la corporación, presidente provincial del PP y alcalde de Xátiva, quien ha sido suspendido cautelarmente de militancia este sábado. Un tajo por la cabeza que deja entre las filas del PP local una sensación cercana al pánico. Un terror por el timón hecho astillas, pero sobre todo por las 10 horas de grabaciones que obran en poder de la Fiscalía y que amenazan con salpicar a cualquiera, incluso más allá de la Diputación.

La investigación judicial apunta a ex miembros del Consell como Víctor Campos, o al ex secretario general del PP, Ricardo Costa. Este último está imputado en la pieza de la trama Gürtel relativa a la financiación irregular del PP. Y ese es, precisamente, el vaso comunicante de mayor diámetro que explora la Fiscalía en el último escándalo. La grabación que reveló la Cadena Ser el pasado viernes volatilizó el poco crédito que le quedaba a Alfonso Rus entre los suyos. “Correcto, ahí hay un millón. Aquí hay un millón más. Hay 24.000 ahí... 3.000, 4.000, 5.000, 6.000... 12.000, dos millones de pesetas”, dos millones de pesetas”se le oye contar billetes.

Su interlocutor es Marcos Benavent, mano derecha del político conservador y ex gerente de Imelsa, empresa pública que organiza las brigadas rurales y epicentro del seísmo. Benavent estaba obsesionado con su seguridad y lo grababa todo desde hacía años. Incluso, según reveló el diario Levante-EMV, instaló inhibidores de frecuencia en su despacho e investigó a los periodistas que le seguían la pista. Pero fue la diputada provincial de Esquerra Unida, Rosa Pérez Garijo, quien denunció la supuesta trama el 31 de julio de 2014 tras depositar en la Fiscalía un lápiz de memoria con las diez horas de conversaciones además de información sensible sobre la presunta sociedad delictiva.

Una tela de araña formada por siete empresas adjudicatarias de la diputación y dos firmas pantalla a modo de nudos gordianos: Berceo Mantenimientos y Spartaki Sinergies. Ambas carecían de trabajadores y facturaron cerca de 1,3 millones por trabajos no realizados. La denuncia de Esquerra Unida acorraló a Benavent y Rus forzó su dimisión el pasado 26 de diciembre. Un día antes, Benavent sustrajo documentación y un ordenador portátil de las oficinas de Imelsa. Su última huella es una factura de mitad de enero por 14.000€ de tres líneas telefónicas en Panamá y Ecuador. Actualmente está en paradero desconocido.

Pese al escándalo, Rus consiguió mantener el equilibrio. Su peso en el aparato del PP valenciano continuó intacto. También sus aspiraciones, con el apoyo de la alcaldesa Rita Barberá, de disputar el poder interno a Alberto Fabra, a quien Génova se resistía a nombrar candidato. Incluso anunció la creación de una televisión provincial en su afán por afear la decisión del president de cerrar Canal 9. Una influencia que le llevó a repetir como alcaldable a Xátiva y colocar a los suyos en las listas a Les Corts.

Comisión de investigación

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Pero el pasado 17 de abril Esquerra Unida hizo público el contenido de su denuncia y Alfonso Rus empezó a menguar.Alfonso Rus empezó a menguar.El 21 aceptaba una comisión de investigación y el 22 la formación de izquierdas publicaba nuevos datos que implicaban a más diputados de su círculo cercano. El 25, como quien solicita un médico en mitad de la catástrofe, Rus exigía ser visto “inmediatamente por un juez”. Finalmente, su voz en el transistor contando billetes ponía fin a una resistencia de dos semanas. Un caso insólito para la política valenciana, acostumbrada a dirigentes imputados (Rus aún no lo está) y hechos fósil en su escaño.

“Continuaré adelante”, manifestó Rus este sábado y denunció ser “víctima de un ataque informativo y político brutal”. Poca pólvora para un político acostumbrado al exceso verbal e, incluso, a la fanfarronería. Rus llamó “burros” a sus votantes por creer que les traería la playa a Xàtiva, localidad que está a 20 quilómetros del mar. También prometió ferraris y “champán y mujeres” en la noche electoral de las últimas generales. Un Rus que en el clímax de su expansión censuró una exposición de fotos sobre la GürtelGürtel, abogó por “rematar” a los profesores de valenciano, sugirió bajar con cuerdas a los discapacitados durante la inauguración de un parque sin rampas y añoró en más de una ocasión los tiempos en que a Cáritas “solo iban rumanos y marroquís”.

Esta la hoja de servicios de Rus, que no ha recibido ni un solo apoyo público en los últimos días. Un silencio hecho de pavor y pragmatismo. Es el último pago, que no se mide de mil en mil, para el político menguante.

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