Pactos postelectorales

Sánchez redobla la presión sobre Ciudadanos y le pide a Podemos que se aleje de la “ruptura”

Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa en Ferraz, este 3 de junio de 2015.

Todo está aún verde y aún queda mucha tela que cortar. Pero Pedro Sánchez quiso lanzar este miércoles un doble mensaje a sus aliados imprescindibles, Podemos y Ciudadanos, y en concreto a sus líderes, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Al primero, que se aleje de la "ruptura" y apueste por la "reforma" y la "estabilidad", porque ese es el mensaje, entiende el PSOE, emanado de las urnas el 24-M. Y al segundo, le incrementó la presión, al reiterarle que en la Comunidad de Madrid será donde se retrate: si opta por el candidato de la "ética", Ángel Gabilondo, o por el PP "de la Púnica y la Gürtel" y le perpetúa en el poder en la persona de Cristina Cifuentes. 

Sánchez se reunió el martes con Rivera y a última hora de este miércoles se verá con Iglesias. La primera duró dos horas y media, según informó Ferraz, aunque no hubo ni convocatoria previa ni foto del encuentro ni más información que el consenso de ambos en que las negociaciones postelectorales se desarrollarán a nivel territorial. Con el secretario general de Podemos ni tan siquiera hubo una confirmación final por parte de Sánchez de la cita. Como tampoco concretó cuándo se verá con Mariano Rajoy y con Cayo Lara, los siguientes en la agenda. No desveló, de hecho, que unos minutos después se desplazaría a la Moncloa para almorzar con el presidente, que 24 horas antes hizo lo mismo con Rivera.

Ante la opacidad, la falta de datos y la insistencia en que la concreción correrá a cargo de los barones, Sánchez defendió la utilidad de esas reuniones privadas. "¿Le parece poco [que sea] para conocernos?", contestó cuando se le preguntó para qué sirven entonces esos encuentros. El argumento, en todo caso, no le valía para su cumbre con Rajoy, con quien ha estado en la Moncloa en más ocasiones. 

Fue en una rueda de prensa en Ferraz que siguió a la reunión de la Comisión Permanente de la Ejecutiva Federal, el núcleo duro de dirección, y en la que el secretario general aprovechó para presentar las propuestas de su partido para el final de legislatura. La comparecencia, sin embargo, se centró en las alianzas postelectorales y que estos días marcan por completo la agenda política.

Sánchez remarcó que la "sintonía" con Rivera, en su entrevista del martes, fue "buena", y que, conociendo las líneas rojas de C's, que son la "reconstrucción del Estado del bienestar" y la "tolerancia cero con la corrupción", entiende que el líder catalán "se está pensando apoyar" a Gabilondo. Durante toda la rueda de prensa, el secretario general reiteró que el exministro de Educación no tiene carné, es una persona "ética y honesta, desde el punto de vista personal y político", y Madrid se lo "merece", en base precisamente a esos dos ejes, la mejora de la "calidad democrática" en la Comunidad y el "fortalecimiento de los servicios públicos" que han sido "desmantelados" por el PP. 

El partido "de la 'Púnica' y la 'Gürtel'"

Así las cosas, Ciudadanos tiene la "enorme oportunidad" de "propiciar" el cambio en una región clave para el PSOE y que ya Sánchez marcó en rojo al destituir a Tomás Gómez y colocar al extitular de Educación. "La pregunta no es si Cifuentes será autónoma [del PP de Madrid, que preside Esperanza Aguirre], es si Ciudadanos quiere regenerar la vida democrática en Madrid, si quiere dejar atrás al partido de la Púnica y la Gürtel y apostar por una persona ejemplar, ética e independiente" como Gabilondo. El PSOE entiende que las últimas noticias apuntalan su versión, la imputación de cinco altos cargos por el juez Eloy Velasco ligados con la Púnica: los consejeros madrileños de Presidencia y Educación, Salvador Victoria y Lucía Figar, más dos diputados de la Asamblea, y el titular murciano de Industria, Juan Carlos Ruiz, que dimitió ayer mismo. 

Lo que quiere recalcarle el PSOE a Ciudadanos es que la corrupción forma parte del ecosistema del PPecosistema , y a él no son ajenos sus candidatos, por mucho que sea la primera vez que hayan concurrido como cabeza de lista, caso de Cristina Cifuentes en Madrid, de Alberto Fabra en Valencia o de Pedro Antonio Sánchez en Murcia. Las tres comunidades, dijo, "comparten redes de corrupción" que tienen como núcleo "dos letras, PP", y él se cree el compromiso de regeneración democrática de C's. El presidente del partido naranja, sin embargo, se encarga siempre de recordar que los socialistas tienen un agujero en Andalucía con los ERE y los cursos de formación

Sánchez rehúsa entrar en disquisiciones ideológicas. Igual que ya no llama "populista" a Podemos, también rechaza etiquetar a Ciudadanos. "Rivera defiende el fortalecimiento de los servicios sociales, así que en Madrid, en Valencia o en Murcia no puede apoyar al PP, porque es quien los ha privatizado. Me gustaría que fuera un partido progresista, pero tiene que ser en los hechos y las políticas donde lo veamos". 

Transparencia y a la vez discreción

A Podemos le pidió mesura. "Podemos tiene la enorme oportunidad de ser consciente de que los españoles han pedido diálogo, reformas, no desprestigiar las instituciones y, en consecuencia, si apuesta por la estabilidad, por la reforma y no por la ruptura, el PSOE podrá entenderse también con ellos, con Ciudadanos, con Podemos y con IU y otros partidos que entiendan que la ciudadanía quiere cambiar valores y proyectos", explicó. Sánchez volvió a recordar que el Comité Federal de su partido aprobó el sábado las líneas rojas: "Gobernar y liderar el cambio, con estabilidad y coherencia con los principios" de la formación. 

Durante la rueda de prensa, fueron recurrentes las preguntas sobre la opacidad de los contactos, pese a las invocaciones a la nueva política. Sánchez se reivindicó como un político "muy transparente", pero también quiere ser "muy escrupuloso" con lo que habla con el resto de formaciones, y para establecer esa relación de "confianza" ha de mantenerse "fiel" a este principio. Defendió que se trata de las primeras conversaciones, pero que se expondrán con "luz y taquígrafos" los acuerdos a los que se lleguen, con "absoluta transparencia". No quiso decir quién imponía el veto a la publicidad, si el PSOE o el resto de fuerzas con las que se está entrevistando. Lo cierto es que después de la comparecencia se marchó a la Moncloa para almorzar con Rajoy y él no dijo media palabra sobre eso. Quien primero confirmó la cita fueron fuentes de la Moncloa, y no Ferraz, que sólo informó a posteriori.

Al secretario general se le interrogó sobre las negociaciones en Andalucía, aún muy estancadas. Pero se atisba la posibilidad de que el PP se abstenga en la investidura de Susana Díaz a cambio de Gobiernos municipales. Contestó que el PSOE rechaza entrar en "tácticas" de intercambio de cromos y exigió a los grupos de la oposición –PP, Podemos, Ciudadanos e IU– que la elijan presidenta a falta de un "proyecto alternativo en el Parlamento andaluz". También se lo repetirá a Iglesias en su encuentro: "Los españoles están cansados del partidismo". 

Que Rajoy cambie la "hoja de ruta"

Rivera se reúne con Rajoy y Sánchez en plena negociación de los pactos electorales

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Sánchez, de cualquier modo, compareció para intentar centrar el tiro en el documento aprobado por la ejecutiva, El cambio para el progreso seguro. Propuestas para el fin de legislatura, que es la "exigencia a Rajoy de un cambio en la hoja de ruta de su acción de Gobierno de aquí hasta el final de legislatura", previsiblemente para finales de año. El texto [aquí en PDF] fue el que llevó Sánchez a la Moncloa, pese a que no dijo en ningún momento que se trasladaba allí y ni tan siquiera quiso conversar con los periodistas de forma informal tras la rueda de prensa para adelantarles la entrevista. 

El secretario general defendió que también el PP ha de entender el mensaje lanzado por las urnas y virar. No basta, dijo, con un cambio de nombres, con un lavado de cara del Ejecutivo y del partido, sino que hace falta remover las políticas. El documento bascula sobre tres ejes: propuestas para una recuperación justa, para la "reconstrucción del Estado del bienestar", para garantizar la financiación de ayuntamientos y comunidades y para "incrementar la transparencia" y la "calidad democrática". 26 medidas que pretende que el Gobierno asuma y que si no se traducirán, anunció, en iniciativas parlamentarias. 

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