La ausencia de Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados, que asiste a una reunión en Bruselas, puso todo el foco de la sesión de control al Gobierno en las preguntas dirigidas a la vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría.
La corrupción fue el hilo conductor de las dos cuestiones a las que tuvo que responder. La primera,de UPyD, demandaba una valoración de la
contribución de la ley de transparencia a la lucha contra la corrupción. La segunda, del PSOE, quería indagar sobre los motivos por los que Serafín Castellano, ya fuera del cargo público, fue nombrado
delegado del Gobierno de la Generalitat Valenciana cuando ya pesaban sospechas sobre su comportamiento.
Fue en la segunda respuesta en la que la mano derecha de Rajoy en el Gobierno más se explayó. Pero donde se le pedían explicaciones, ella optó por el
y tú más. "Consejos vendo, que para mí no tengo", tiró Santamaría de refrán para quejarse de que los socialistas les piden explicaciones cuando ellos no arreglan su casa. "Le gusta hablar de corrupción, pero
su bancada es su mayor autoenmienda", dijo al portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando.
La vicepresidenta sostuvo que en el caso de Castellano ya había asumido responsabilidades
cesándole en cuanto se conoció su detención hace un par de semanas. Y que, por el contrario, los imputados socialistas siguen con escaño, pese a que puedan estar a punto de sentarse en el banquillo –“no vienen porque les puede dar apuro”, llegó a decir–. Tampoco perdió la oportunidad de mencionar el escándalo de
Aznalcóllar o las recientes detenciones de los delegados de Empleo de la Junta de Andalucía. Frente a todo este panorama, insistió, el señor Castellano "no está en activo".
"Vaya tomando decisiones y menos dando lecciones a los demás
, aplíquese el cuento", dijo Santamaría a Hernando.
Por su parte, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, aprovechó para denunciar las carencias que, a su juicio, tiene la ley de transparencia: dificultad de acceso a la hora de formular preguntas, la privacidad por encima de la información y el silencio administrativo.
"Lo más viejo de la vieja política", le dijo.
El Sr. Rajoy debe de ser un hombre que cada día debe de hallarse más estupefacto. ¡Todavía no halla explicación de cómo fue posible que el "dedo divino" se fijase en él y alcanzase, partiendo de la nada, las más altas cotas de la miseria, que es donde ahora ésta. Su vida y milagros, que no tienen desperdicio. Todo un "best sellers" http://www.espiaenelcongreso.com/category/partitocracia-2/mariano-rajoy/
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