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A Coruña

Ferreiro renuncia a la toga para gobernar con ‘sentidiño’

Xulio Ferreiro: renunció a la toga para gobernar con 'sentidiño'

Diez meses, diez concejales. La marea que ha desalojado al PP del Ayuntamiento de A Coruña nació en julio de 2014, como una candidatura ciudadana, fruto de la “maduración del espíritu indignado” del 15-M. Aunque la llamada Marea Atlántica funciona de forma horizontal y plural, sin liderazgos definidos, en esta singladura municipal, ejercerá de timonel Xulio Ferreiro (A Coruña, 1974), profesor de Derecho Procesal en la Universidade da Coruña y magistrado suplente en la Audiencia Provincial de Lugo, plaza a la que tuvo que renunciar para postularse como candidato a las elecciones municipales. Además, se doctoró Derecho con una tesis sobre la protección a las víctimas, cuenta con varias obras publicadas de temática jurídica y habla inglés y alemán, según figura en su curriculum.

Mientras en lo personal, Ferreiro es un deportivista confeso –con carné de socio del Dépor "desde hace 22 años”Dépor– que creció en un barrio obrero de la ciudad, en lo político, procede, como muchos otros miembros del partido, de la esfera nacionalista: fue militante de base en el Bloque Nacionalista Galego. Este sábado, gracias al apoyo del PSOE, Ferreiro recibirá el bastón de mando de una ciudad que ha conquistado, pese a ser un completo desconocido, con el compromiso firme de traer aires renovados. De momento, toma el relevo de Carlos Negreira, que gobernaba con mayoría absoluta desde 2011 tras décadas de hegemonía socialista;Ferreirodesembarca en el Palacio Municipal de María Pita con un código ético bajo el brazo y 99 medidas y con el compromiso firme de poner en marcha 25 de ellas en los primeros 100 días de gobierno.  

El proyecto político bautizado como Marea Atlántica –que ha recurrido al lenguaje marinero en sus lemas, discursos y hasta en la propia imagen corporativa de la formación– comenzó a fraguarse frente al océano, con el escritor Manuel Rivas como cabeza visible, el mismo que durante la noche electoral no dudó en dirigirse a las puertas de la sede del partido para celebrar la gesta electoral haciendo resonar su caracola. Así, a golpe de asamblea vecinal, en unos pocos meses, la Marea ha sumado fuerzas y siglas, a los exmilitantes o simpatizantes nacionalistas pronto se le añadieron formaciones como IU, Anova, Podemos, Equo o Espazo Ecosocialista.

Entretanto, Ferreiro recorría calles y barrios, sin descuidar su presencia en las redes sociales y así hasta conseguir erigirse en la alternativa al bipartidismo históricamente imperante en la ciudad. El PP coruñés se dejó cuatro concejales en la noche del 24-M, en un feudo tradicionalmente conservador como es Galicia, al cosechar solo 28 votos más que los recién llegados de la Marea Atlántica. Ahora, Ferreiro, para tomar distancias con su predecesor en el cargo, se ha comprometido a cumplir, desde el primer día, lo suscrito en el código ético que enarbola, lo que obliga a los 10 concejales electos de la Marea a publicar “de forma inmediata” su declaración de bienes y del IRPF. Otra de las medidas estrella del programa que defiende Xulio Ferreiro incluye la reducción de los sueldos de los altos cargos, lo que permitirá ahorrar un millón de euros por este concepto. Para ello, el nuevo regidor coruñés percibirá 40.000 euros anuales brutos –25.000 menos que su predecesor–, mientras que los concejales cobrarán 35.000 euros. El dinero que no se gaste por este concepto, se destinará a “políticas sociales”.

Estos no son los únicos compromisos inmediatos adquiridos. Xulio Ferreiro también tiene previsto renunciar al coche oficial. Entre las restantes prioridades del Ejecutivo municipal, se incluye la creación de mecanismos de participación vecinal –como la intervención en los plenos – y la creación de una renta social municipal de entre 400 y 700 euros para 1.200 familias que se encuentren en riesgo de inclusión. El nuevo alcalde también se compromete a poner en marcha políticas que garanticen el derecho a la vivienda y la paralización de los desahucios. Y ya ha anunciado que el Ayuntamiento “no trabajará” con bancos que ejecuten desahucios. Otras promesas de campaña, articuladas fundamentalmente en torno a políticas sociales y ciudadanas, incluyen rebajar el tramo fijo del recibo del agua y revisar las concesiones y las adjudicaciones públicas (millonarias) más controvertidas, como la del servicio de la grúa y del aparcamiento regulado.

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En el ámbito de la cultura, Xulio Ferreiro suprimirá cualquier apoyo a las corridas de toros y aplicará a rajatabla la Ley de Memoria Histórica. Una obviedad que no lo es tanto en una ciudad cuyo gobierno municipal acordó, en 2009, retirar del callejero hasta 32 referencias al régimen franquista, pero que seis años después sigue sin llevarse a cabo. Tampoco tiene intención Ferreiro de participar en ninguna manifestación religiosa. “No iba antes y tampoco iré como alcalde”, ha zanjado, aunque se ha visto obligado a precisar que no tiene ninguna intención de “prohibir” las procesiones.

Otra de las novedades que impulsará Ferreiro tiene que ver con la lengua. A Coruña es una ciudad bilingüe, aunque sus mandatarios rara vez se han expresado en la lengua propia. El nuevo regidor es gallego hablante y ya ha aclarado que será éste el idioma que utilice en los plenos “con naturalidad”.

Con Ferreiro arriba el sueño atlántico que pretende dejar atrás “viejas políticas de obras, cemento y promesas incumplidas para gobernar con sentidiño [sentido común], con transparencia y participación”.

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