Entrevista a Pedro Luis Uriarte

“El Concierto no es algo que los vascos arrancan al poder central, sino que Madrid lo impone”

"El Concierto no es algo que los vascos arrancan al poder central, sino que Madrid lo impone".

Itxaso Elorduy

PREGUNTA: Póngame en situación...

RESPUESTA: Hay que situarse en 1980, cuando trabajaba en el Banco Bilbao y, a mis 37 años, había tenido mucha suerte en mi carrera profesional. Un día me llamó el presidente del banco y me dijo que el recién elegido lehendakari, Carlos Garaikoetxea, necesitaba una persona honrada, trabajadora y que estuviera dispuesta a sacrificarse para sentar las bases de la administración pública vasca y negociar el Concierto Económico, y añadió poco después 'díselo a tu mujer'. '¿Cómo?', dije yo. 'Ya le he dado tu nombre a Garaikoetxea', me respondió. Me resistí como pude, porque no quería dedicarme a la política. Pero al final, por romanticismo, véase amor al País Vasco y sentido del deber, acepté.

P.: ¿Cuál es el origen del Concierto?

R.: El Concierto Económico nace en 1878, aprobado por un ministro muy hábil, Antonio Cánovas del Castillo. Fue suprimido por Franco para Bizkaia y Gipuzkoa en 1937. Estas dos provincias representan el 85% de la población y del PIB del País Vasco y entró en vigor el 21 de julio de 1981, tras una ardua negociación. En 2002, se negocia un nuevo Concierto, que tiene carácter indefinido.

P.: Vayamos a 1980, ¿en qué situación estaba el país en aquel momento?

R.: Euskadi estaba en una situación crítica, pre-revolucionaria. En 1980, ETA batió un trágico récord de atentados y asesinatos. La situación económica era catastrófica, con un paro en la margen izquierda [zona industrializada del Bilbao metropolitano] superior al 40%.

P.: Usted explica que "con 37 años, sin dinero y una silla, así fue la negociación del Concierto económico". ¿Cómo vivió aquel difícil pero crucial momento?

R.: La negociación, cerrada el 29 de diciembre de 1980, fue durísima. Un economista, consejero de Economía y Hacienda, sin silla ni mesa, sin presupuestos ni conocimientos, negoció con la poderosa Administración del Estado, entre los que estaban un ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, y un gran político y ministro de Administraciones Públicas, Rodolfo Martín Villa. Iniciamos la negociación en mayo y la cerramos el 29 de diciembre de 1980. Siete meses con sesiones de 16 a 18 horas, sometidos a una estricta dieta de jamón serrano y queso manchego, porque el Presupuesto del Estado no daba para más. Terminamos la negociación pero no se mandó el proyecto de ley a las Cortes generales.

P.: ¿Qué dificultades políticas sufrió la negociación?

R.: El presidente del Gobierno era entonces Adolfo Suárez, que un mes después dimitió. Se planteó la investidura de Calvo Sotelo, que fracasó en la primera vuelta. Hubo un golpe de Estado y nombraron presidente de Gobierno a un hombre que no había participado en la negociación y que no estaba muy de acuerdo con el Concierto Económico. Hubo que iniciar otra negociación para tramitarlo en las Cortes Generales, porque desde 1878 los Conciertos se habían aprobado por acuerdo entre dos administraciones, pero nunca se ratificaban en el Parlamento.

P.: ¿Cuándo se hizo efectivo?

R.: Ya en mi etapa de consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco. Ahí tienes una de esas lecciones que da la vida, cuando hay que superar un desafío desconocido, el ser humano tiene capacidades latentes que despiertan para ser capaz de superar todo tipo de retos.

P.: ¿Y qué características tuvo la votación?

R.: Se presentó el pacto mediante un trámite distinto a los habituales, para que lo ratificaran o rechazaran en bloque las Cortes Generales. El Concierto se aprobó con un 90% de votos a favor.

P.: Usted dice que su libro, dividido en once partes, es una obra polémica, ¿por qué?

R.: Porque rebato distintas falsedades, una de ellas que el Concierto se concediera por la presión de ETA. Cuando ETA nació, en 1957, el Concierto llevaba ya en vigor sesenta y nueve años. ETA quería romper la relación con el Estado central y el Concierto era precisamente un acuerdo con Madrid.

P.: ¿Y gratuito?

R.: Es una obra social y lo he volcado en www.elconciertoeconomico.com. Lo que pido a la gente es un donativo a Cáritas, Alboan, Unicef o Aventura Solidaria, organizaciones con las que estoy colaborando. Está orientado a cualquier persona que pueda leer un periódico, es riguroso, pero escrito con lenguaje coloquial. Tiene chistecillos y anécdotas personales, para que el lector se entretenga por el camino. Es un deber ciudadano que me he autoimpuesto.

P.: ¿De qué manera explicaría a un joven vasco que el Concierto Económico no tiene nada que ver con un espectáculo musical?

R.: Es un acuerdo por el cual se regulan los impuestos entre el Estado y la autonomía vasca. El Concierto es complejo, no es algo que los vascos arrancan al poder central, sino que Madrid lo impone. Es un acontecimiento histórico, porque las provincias vascongadas estaban en una situación de sometimiento militar y firmaron un acuerdo, que viene de la noche de los tiempos, el 28 de febrero de 1878. Con sucesivas renovaciones, hasta que Franco elimina el Concierto en 1937, para Bizkaia y Gipuzkoa, y en 1980 me toca la papeleta de renovarlo.

P.: ¿Qué significa el Concierto?

R.: Que en el País Vasco los impuestos los recaudan las Diputaciones forales, mientras que en el resto del Estado lo hace la Agencia Tributaria. A cambio de recaudar los impuestos, Euskadi paga un cupo al Estado, una parte de lo recaudado. La Constitución española, en su disposición adicional I, dice que la Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales. Son dos modelos diferentes, reconocidos constitucionalmente.

P.: ¿Puede explicar cuáles son las denominadas "fuentes de legitimación" del Concierto Económico vasco?

R.: Esto no es un invento de los vascos, han pasado 16 leyes por las Cortes Generales, desde 1981 hasta 2014, que hacen referencia al Concierto. Las modificaciones del Concierto han tenido un apoyo aplastante, menos del 1% han votado en contra. El Concierto está incorporado al Estatuto de Autonomía del País Vasco. Tiene una legitimación legal-formal fortísima y también moral, después de la supresión del Concierto por la dictadura franquista. Por lo tanto, lo que no se entiende bien es que algo que tiene ese respaldo constitucional, legal, moral, etcétera, sea tan criticado.

P.: ¿Qué críticas se han vertido?

R.: Por un lado críticas políticas, de partidos minoritarios como UPyD; y por otro, un partido que puede jugar un importante papel en las próximas elecciones, Ciudadanos, que inicialmente hizo un planteamiento de liquidación del Concierto, quizás por su origen catalán y antinacionalista, pero que ahora está haciendo planteamientos mucho más matizados. Dicen 'vamos a modificar la Constitución española para avanzar hacia un Estado Federal, y esa modificación debe ser simétrica'. Un planteamiento político factible, pero, como todos los planteamientos políticos, también perfectamente cuestionable. También hay críticas académicas, de catedráticos de Hacienda y economistas que no están de acuerdo con la manera en cómo se hacen las cuentas,  si fuera necesario, habría que llegar a un acuerdo con estas personas

P.: ¿Cómo ha actuado el Estado durante la crisis?

R.: El Estado, ante la crítica situación de muchas provincias, envió un préstamo masivo para seguir funcionando, pero dos comunidades no han pedido un euro y por este motivo quieren quitar a Euskadi y Navarra su situación de privilegio. Este es el motivo por el que el Concierto Económico Vasco y el Convenio Navarro están tan mal vistos.

P.: ¿Qué importancia tiene para los vascos su Concierto Económico?

R.: Mucha, porque para una persona de a pie, como yo, es fundamental. Es la columna vertebral de nuestro Estado de bienestar. Lo que recibimos de educación, sanidad, cultura o carreteras viene del Concierto Económico. A los que más afecta la pérdida del mismo es a las personas más jóvenes, débiles y necesitadas. Creo que es un argumento moral poderoso.

P.: ¿Qué desea comentar respecto al rechazo del Concierto Económico catalán?

R.: Ramón Trías Fargas dijo no a la posibilidad de acceder a un Concierto Económico. Ahí se ve cómo reacciones racionales a veces se convierten en perjudiciales. Durante una serie de años le fue mejor que al País Vasco teniendo el paraguas protector del Estado, pero la economía vasca consiguió estabilizarse, empezó a recaudar más y a mejorar la calidad de los servicios públicos. Todo ello unido a la eficiencia de la Administración vasca, la inexistencia de fracaso escolar y la escasez de corrupción, ha llevado a que el País Vasco esté en una situación más que aceptable. Y en mayo de 2015, Artur Más reconoció la gran equivocación de rechazar la oferta que recibieron en 1980.

P.: ¿Usted dice que su libro se puede leer sin un orden preestablecido?

R.: ¿Has leído Rayuela de Julio Cortázar? Pensé en escribir una obra innovadora, que se leyera sin seguir un orden, pero me di cuenta de que Cortázar ya lo había hecho. Este libro tiene once partes y se puede leer por capítulos y en desorden.

P.: ¿Su proyecto didáctico está aún inacabado?

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R.: Sí, voy a desagregar cuarenta o cincuenta capítulos, que considero de gran interés y construiré un documento reducido. Y también un minilibro para ninis (ni tiempo, ni idea), también inusual, porque estará formado por una serie de cuadros power point, con su correspondiente explicación, si Cortázar no me quita la idea (bromea).

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Pedro Luis Uriarte fue consejero delegado y presidente de BBV y BBVA y consejero de Economía y Hacienda en el primer Gobierno vasco, entre 1980 y 1984, surgido tras la promulgación del Estatuto de Autonomía. El año 1981 consiguió cerrar el acuerdo del Concierto Económico, que se mantiene en la actualidad.

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