Cumbre del Clima

Los seis objetivos ecologistas para la Cumbre del Clima

Las seis propuestas ecologistas para la Cumbre del Clima

Este lunes da comienzo la XXI Cumbre del Clima (COP21) impulsada por Naciones Unidas y que durante doce días reunirá en París a los principales representantes de 195 países, todos ellos firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992, acordada con el fin de combatir el calentamiento global.

Las potencias reunidas trabajarán para llegar a un acuerdo que sustituya al protocolo de Kioto, acordado en 1997, y que organizaciones ecologistas consideraron como un fracaso por comprometer únicamente a 37 países, cuya contaminación sólo representa el 12% de la global, y quienes además optaron, en determinados casos, por comprar emisiones. En la actualidad, el objetivo principal gira en torno a evitar una subida de las temperaturas superior a dos grados hasta final de siglo.

Sin embargo, los planteamientos de los Gobiernos que se reúnen este lunes en París parecen distar de una efectividad rotunda. La temperatura para 2100 subirá, según estimaciones, 2,7 grados. Por otro lado, que el acuerdo sea vinculante o la aplicación de sanciones son asuntos especialmente polémicos para las diferentes partes, que no logran alcanzar un acuerdo al respecto. Unido a esto y a las carencias en la construcción de un nuevo modelo sostenible, las propuestas de partidos y grupos ecologistas ponen sobre la mesa cuestiones clave para la lucha contra el cambio climático.

1. Acuerdo vinculante

Uno de los puntos más controvertidos en las proposiciones de cara a la Cumbre del Clima, es que el acuerdo producto de las negociaciones sea vinculante. La Unión Europea apuesta por que algunos de los apartados suscritos lo sean, sin embargo EEUU se ha mostrado reacio, como ya ocurrió con Kioto.

La coportavoz de Equo, Rosa Martínez, explicó a infoLibre la importancia de que "el acuerdo sea vinculante y que los países se comprometan a reducir las emisiones como algo obligatorio". Sus palabras son ratificadas por la responsable de la campaña por el clima de Greenpeace, Tatiana Nuño, quien apunta a un "tratado ambicioso y vinculante".

2. Limitar el aumento de la temperatura

Frente a los dos grados fijados como aumento máximo de la temperatura global hasta finales de siglo, los grupos ecologistas aseguran que lo ideal sería limitar este ascenso a 1,5 grados.

"El compromiso debe apuntar a que el aumento de la temperatura, que se va a producir de todos modos, esté por debajo de un grado y medio", señala Martínez. "Si superamos los dos grados las consecuencias del cambio climático serían incontrolables", advierte. Sin embargo, reducirlas a un grado y medio supondrá "un coste social y económico, pero con margen para actuar. De otro modo se nos iría de las manos", concluye.

Javier Andaluz, responsable de la campaña por el clima de Ecologistas en Acción, también destaca el objetivo de fijar el horizonte del calentamiento global en un grado y medio, del mismo modo que recalca Tatiana Nuño, atendiendo a las recomendaciones de los expertos.

3. Disminuir el uso de combustibles fósiles

El empleo de combustibles fósiles es señalado por ecologistas como una de las principales causas del cambio climático. Los depósitos geológicos de materiales orgánicos en descomposición, como plantas y animales, se convierten en petróleo crudo, carbón o gas natural que la industria emplea habitualmente, generando contaminantes nocivos para la salud. Además, la extracción, elaboración y el transporte de estos combustibles tienen consecuencias directas sobre el efecto invernadero.

Javier Andaluz propone establecer "la necesidad de no explotar el 80% de los combustibles fósiles descubiertos hoy en día", del mismo modo que Tatiana Nuño, quien habla de "marcar claramente el fin del uso de los combustibles fósiles como gas, petróleo o carbón". Lo que propone Greenpeace, por su parte, es "establecer un objetivo a largo plazo, pongamos hasta 2050, en el que dejen por completo de utilizarse estos combustibles, y las emisiones se reduzcan a cero".

Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, también propone 2050 como año límite para "descarbonizar la energía mundial". Del Olmo señala esta medida como "la más importante para que se sienten las bases hacia un modelo 100% renovable". "Si ese objetivo queda difuso estamos perdidos", alerta. Para ello, apunta a la necesidad de "eliminar las subvenciones destinadas a su explotación" y remacha que "se acabó de jugar a dos bandas: no se puede continuar con estas subvenciones y a la vez apoyar las energías limpias". 

4. Plan de adaptación para los países subdesarrollados

Otro de los asuntos candentes versa sobre las políticas de adaptación. Se trata de medidas destinadas a que los países subdesarrollados puedan prepararse para el cambio climático. Estos países son de los que menos emisiones producen, sin embargo sí reciben los efectos nocivos del calentamiento global.

Rosa Martínez traslada la propuesta de Equo de "comprometer fondos para proyectos de adaptación al cambio climático que lleguen a las personas que más los necesitan". Esta cuestión ha trascendido entre los países participantes en la Cumbre, que han planteado la creación del llamado Fondo Verde del Clima, con el objetivo de aportar 100.000 millones de dólares anuales por parte de los países desarrollados a partir de 2020, aunque la decisión de quién debe contribuir y cuánto sigue aún abierta.

Del Olmo asegura que "es fundamental que demuestren una generosidad suficiente y se dote adecuadamente ese fondo", de forma que, aclara, "no nos vale que se incluya todo en esa contabilidad".

5. Compromisos a corto plazo

Greenpeace aboga no sólo por los objetivos a largo plazo, sino por "establecer mecanismos a corto plazo, antes de 2020, para actuar desde ya", explica Nuño. "La finalidad es asegurar que los compromisos de los países siempre tengan que ser mejorados, mediante una evaluación cada cinco años". A esta propuesta se ha sumado la UE, que apuesta por un sistema periódico de revisiones con el fin de que "no sea una foto fija", según explicó el pasado 10 de noviembre el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra.

6. Suprimir falsas soluciones

Ecologistas en Acción denuncia además el planteamiento por parte de las grandes potencias de "falsas soluciones", como son la "captura y almacenamiento de carbono, los mercados de carbono o los mecanismos de desarrollo limpio que siguen con el modelo de producción y consumo que tenemos en la actualidad", tal y como destaca Javier Andaluz. Frente a ello, propone "la agroecología y el comercio local de proximidad", que caminarían a un horizonte 100% renovable.

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Las asociaciones y partidos ecologistas coinciden en que, una vez celebrada la Cumbre, lograr el cumplimiento de los objetivos mencionados y que el acuerdo sea vinculante, apuntando a un compromiso real, sería un éxito. 

La representante de Greenpeace asegura que de las negociaciones "tiene que salir un tratado", y matiza que este debe ser "ambicioso, al contrario de lo que pasó en Copenhague, y que recoja los objetivos que marquen ese cambio para todos los países". "Lo contrario sería un fracaso", concluye. Opinión que es compartida por Juan Carlos del Olmo: "Que no saliera ningún tipo de compromiso formal o de obligación legal" supondría un fracaso, de modo que "los países deben comprometerse a avanzar hacia un modelo basado en energías limpias".

La coportavoz del partido verde señala que "es duro, se está negociando y las negociaciones no siempre van por esta línea". "Pero se está presionando y vamos a ver a quién escuchan: a la ciudadanía o a las multinacionales", remata.

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