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Las once diferencias entre los programas del PSOE de Rubalcaba y de Sánchez

El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez.

Ibon Uría

Han pasado cuatro años desde las últimas elecciones generales, en las que el PSOE cosechó su peor resultado histórico hasta la fecha. Los socialistas se enfrentaron a aquella cita electoral con un líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, que construyó un programa a contrarreloj: entre su proclamación como candidato el 9 de julio y las elecciones del 20 de noviembre apenas transcurrieron cuatro meses. El grueso de las propuestas se conoció ya a principios de octubre, en una conferencia política celebrada para lanzar su candidatura.

La interpretación mayoritaria entonces fue que el partido viraba a la izquierda, especialmente después de que Zapatero decretara importantes recortes a partir de mayo de 2010. En su programa los socialistas propusieron un impuesto a los ricos y otro a la banca, pidieron garantizar que la educación concertada no tuviera ningún coste para las familias y avanzaron también en propuestas de regeneración democrática y supresión de duplicidades: figuraban medidas como el desbloqueo de las listas electorales y la eliminación de las Diputaciones, entre otras cuestiones.

Fuentes próximas al entonces candidato Rubalcaba admiten que el programa de 2011 estaba "menos elaborado" que el actual –en 2011 las propuestas abarcaban apenas 150 páginas y ahora rozan las 300– y recuerdan que tras las generales se centraron los esfuerzos en la conferencia política de 2013, donde se "perfilaron, profundizaron y revisaron" los grandes planteamientos de los socialistas y el "núcleo de pensamiento" del partido a partir de tres grandes principios: la laicidad, el feminismo y el ecologismo. Por eso, concluyen, "el programa actual se parece mucho más al contenido de esa conferencia y no al programa de 2011".

En cualquier caso, niegan que haya grandes cambios en estos últimos cuatro años. ¿Pero, qué queda, negro sobre blanco, del programa del PSOE de Rubalcaba en el programa del PSOE de Pedro Sánchez? Estas son once diferencias entre las propuestas de 2011 y 2015, un tiempo en el que han desaparecido algunas de las medidas económicas más escoradas a la izquierda, pero donde se ha avanzado en la inclusión de ideas más ambiciosas para hacer efectiva la separación de la Iglesia y el Estado.

1. Impuesto a los ricos

Una de las grandes medidas que incluyó el programa de los socialistas en las pasadas elecciones generales fue la creación de "un nuevo impuesto sobre las grandes fortunas" para hacer efectivo el principio de progresividad fiscal y para imponer a las Sicav una "nueva fiscalidad". Cuatro años después, sin embargo, el programa para el 20-D habla únicamente de crear una comisión de expertos que, en el plazo de seis meses, proponga medidas para "mejorar la incorporación de la riqueza al sistema general de tributación", pero sin mención alguna a figuras específicas para gravar la riqueza.

Sobre las Sicav ya no se propone que paguen más, sino únicamente medidas para un mayor control: que la Agencia Tributaria pueda supervisarlas, establecer un techo al porcentaje de participación que puede tener un inversor individual y estudiar la introducción de un periodo máximo durante el que las plusvalías acumuladas no tributan.

2. Impuesto a los bancos

El impuesto a los ricos no fue la única reforma fiscal que propuso el PSOE de Rubalcaba. En el programa también se incluyó la petición de "crear un impuesto sobre los beneficios de las instituciones financieras" para "pedir un esfuerzo a las empresas que más beneficios han obtenido (...) para que contribuyan a financiar medidas encaminadas a favorecer la creación de empleo, reactivar la economía y salir de la crisis". El documento de 2011 aseguraba que ese nuevo gravamen supondría un "incentivo" para que la banca actuara "de forma responsable en la gestión del crédito". Cuatro años después, las entidades financieras se escapan de pagar nuevos impuestos en el programa del PSOE.

3. Impuestos especiales

Además del impuesto a los ricos, a los bancos y de la reforma de la tributacion de las Sicav, el PSOE de 2011 propuso "incrementar" los impuestos sobre el tabaco y el alcohol –con las únicas excepciones del vino, la cerveza y "otras bebidas de baja graduación"– para garantizar la financiación de la sanidad pública. Ahora no se contemplan cambios en los impuestos especiales que soportan estos productos.

4. Igualdad

Entre las medidas para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres los socialistas proponen en su programa electoral para las generales del próximo 20-D introducir una cuota mínima del 40% de mujeres en los consejos de administración de las "grandes empresas cotizadas" y "todas las empresas públicas". La propuesta es similar a la de 2011, pero han desaparecido los plazos concretos para materializar el cumplimiento de la medida: en el programa de hace cuatro años se precisó que en una legislatura todas las grandes empresas debían de contar con un 20% de mujeres en su consejo y que en ocho años debían alcanzar el citado 40%.

5. Educación concertada

Antes de que la situación política de Cataluña y los atentados yihadistas de París centraran buena parte de la atención de la precampaña, los socialistas habían elegido la educación como uno de los grandes ejes con los que atraer voto en estas elecciones generales. Entre sus propuestas en esta materia no figura, sin embargo, una que sí incluyeron hace cuatro años: "asegurar" la "gratuidad efectiva" para las familias de todos los centros educativos "sostenidos con centros públicos". Esto es, tanto de las escuelas de carácter público como de los centros privados concertados. En el programa de 2015 no hay ninguna referencia a la escuela concertada.

6. Listas desbloqueadas

El debate sobre las listas electorales cerradas y bloqueadas que se emplean en las elecciones municipales, autonómicas y al Congreso –las listas para elegir miembros del Senado, en cambio, son abiertas– viene de largo. Y ya en 2011 los socialistas propusieron "la posibilidad de aplicar listas electorales desbloqueadas" al Congreso, lo que permitiría a los electores expresar sus preferencias por los distintos candidatos de un mismo partido. Además, se afirmaba: "Estableceremos para las elecciones municipales un sistema desbloqueado de listas". Ahora, en 2015, se ha relajado este último punto: se proponen listas desbloqueadas para la elección de diputados, pero sobre las municipales sólo se dice que "se considerará la posibilidad de desbloquear las listas".

7. Iniciativa Legislativa Popular

La Iniciativa Legislativa Popular ha sido objeto de frecuentes críticas por el elevado número de firmas que tienen que reunir sus promotores y por el largo proceso de tramitación que implica. En la legislatura que ahora toca a su fin sólo se ha aprobado una ILP de las 34 presentadas por los ciudadanos. Tanto en 2011 como ahora el PSOE ha propuesto "facilitar y mejorar" los procedimientos "rebajando limitaciones y requisitos" para iniciar una ILP. Sin embargo, un elemento incluido en el programa de hace cuatro años ha desaparecido ahora: el PSOE de Rubalcaba pedía "establecer dietas" para que los promotores de las ILP no sufrieran "ningún tipo de perjuicio económico", una cuestión que Pedro Sánchez no ha incluido.

8. Diputaciones

¿Suprimir las diputaciones o reformarlas? El PSOE de 2011 apostó por la primera opción y propuso la "transformación de las Diputaciones Provinciales en Consejos de Alcaldes". El objetivo de la medida era la "delimitación de sus competencias, la simplificación de su estructura y la reducción significativa de la representación política". En la práctica, por tanto, las diputaciones desaparecían con su actual configuración. Ahora, en cambio, los socialistas se conforman con una reforma que sirva para "modernizar" las diputaciones, "reformulando su papel como espacio de encuentro entre los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes y dotándolas de competencias prestadoras de servicio".

9. Senado

Al margen de las propuestas para mejorar el funcionamiento de la Cámara alta, que los socialistas incluyeron ya en 2011 y repiten ahora, el PSOE propuso hace cuatro años la creación de una nueva circunscripción para los españoles residentes en el exterior, de modo que estos pudieran elegir a una serie de senadores. Esa idea ha desaparecido del programa para el 20-D.

10. Iglesia y Estado

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Uno de los puntos donde se aprecia una mayor evolución en las propuestas es en el capítulo dedicado a la relación entre la Iglesia católica y el Estado. Al margen de repetir la promesa de "asegurar la neutralidad religiosa" del Estado en espacios y actos públicos, que ya figuraba en el programa de hace cuatro años, el PSOE pide ahora "denunciar los Acuerdos de España con la Santa Sede", suprimir la exención del IBI que disfruta la Iglesia salvo en el caso de edificios destinados al culto o a usos de carácter "social" y reclamar la titularidad de todos los bienes inmatriculados por la Iglesia desde 1998, siempre que se trate de inmatriculaciones de bienes de dominio público o de inscripciones realizadas sin que existiera un título previo que justificase esa operación.

11. Prostitución

El PSOE también ha ampliado sus propuestas para combatir la prostitución y la explotación sexual. En 2011 reclamó en su programa "una estrategia decidida para combatir esta lacra social", pero la única medida concreta que incluyó fue la prohibición de los anuncios de prostitución. Ahora vuelve a contemplar esa medida como parte de una Ley Integral contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pero va más allá: pide introducir en el Código Penal la figura de la "tercería locativa" o, dicho de otro modo, castigar a las personas que alquilan habitaciones para el ejercicio de la prostitución con el fin de "desmantelar la industria del sexo". También se introduciría una "penalización" de "todo tipo de proxenetismo lucrativo", con independencia de que haya o no consentimiento de la persona prostituida. Y, por último, los socialistas plantean "sancionar la demanda y compra de prostitución".

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