La Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, llegaron juntos este lunes a las 8:10 horas, con semblante serio, a la sede de la Escuela Balear de Administración Pública (EBAP), donde a las 09.15 horas se prevé que dé comienzo la primera sesión del
caso Nóos, en el que la hermana del rey Felipe VI se sentará en el banquillo como
presunta cooperadora de su marido, Iñaki Urdangarin, en dos delitos fiscales.
Ambos, acudieron en el mismo vehículo, aunque no cogidos de la mano, y no hicieron declaraciones a la multitud de periodistas que se encuentran frente a la sede de la EBAP, ubicada en el Polígono Son Rossinyol de Palma. Accedieron a las dependencias donde se celebrará la vista oral, después de que ya hubieran llegado sus respectivos letrados Miquel Roca, Pablo Molins y Jesús María Silva y el de su marido, Mario Pascual Vives.
La defensa tratará de que se aplique a este caso la denominada
doctrina Botín, que impide enjuiciar cuando sólo acusa la acción popular. En este caso ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado, que representa a la Hacienda presuntamente perjudicada, presentaron cargos, por lo que de atenderse esta petición
evitaría el juicio.
No obstante, hasta el momento tanto el juez instructor
José Castro y otros tres magistrados de la Audiencia Provincial de Palma consideraron que, al haber sido acusada de cooperar en dos delitos por el que la Fiscalía sí acusa a su marido, la presencia de Cristina de Borbón en el banquillo de los acusados sí estaría justificada.
La hermana del rey está encausada al achacarle la acusación popular,
Manos Limpias, un papel imprescindible para que su marido defraudase 337.138 euros en el IRPF de 2007 y 2008 a través de la empresa de la que los dos son propietarios, Aizoon, una de las mercantiles
pantalla del conglomerado supuestamente urdido por Urdangarin y su exsocio
Diego Torres para defraudar hasta 6,2 millones de euros públicos.
Cabe recordar que Manos Limpias pide para Cristina de Borbón ocho años de cárcel como cooperadora necesaria de estos dos presuntos delitos fiscales, siendo la única acusación que apunta hacia la hermana del rey, ya que la Fiscalía no ve indicios de que haya cometido delito alguno aunque sí presuntamente se aprovechó de los fondos supuestamente defraudados por su marido.
Los abogados de la hermana del rey reivindicaron su inocencia en varios escritos remitidos al juzgado su inocencia justificando que ella se limitaba a firmar "sin pedir explicaciones aquellos escritos que, muy ocasionalmente" le pidió rubricar su marido, insistiendo en que ella estaba completamente al margen de la dirección y gestión cotidiana de Aizoon, de la que se encargaba su marido.
Urdangarín
Por otro lado, la Fiscalía solicita
19 años y medio de prisión para el que fuera Duque de Palma –Manos Limpias eleva esta petición a 26,5 años de cárcel, mientras que el PSPV pide para él 11 años y la Abogacía de la CCAA balear 8 años de cárcel–. Se le acusa de prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencias, contra la Hacienda Pública, falsedad, estafa, falsificación y blanqueo de capitales.
En el caso Botín el Tribunal Supremo no hizo otra cosa que bajarse los calzones ante el poder real, es decir, ante el poder económico-financiero que es el único y verdadero poder, lo diga Agamenón o su porquero. Ese mismo Tribunal Supremo en el caso Atutxa se subió momentáneamente los calzones e hizo creer a los más ilusos creyentes que "la justicia es igual para todos", pero aclaró que para todos los 'botines', y que el señor Atutxa no era un Botin. Después de esa "patriótica" subida de calzones ante Atutxa, ahora toca la sumisa bajada y dejar sus supremas posaderas al aire, y para ello ese mismo Tribunal Supremo tendrá inclusive la excusa de argumentar la similitud entre el Botin y la Borbón, justificándola en que ambos apellidos empiezan por B.
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