La nueva legislatura

El PSOE se vuelca con Compromís e IU para presionar a Podemos

Ibon Uría

La cuenta atrás para que Pedro Sánchez se someta al Pleno de investidura avanza sin que el PSOE cierre acuerdos con otras fuerzas. En Ferraz confían en lograrlo con Ciudadanos, pero esperan que el contenido de ese pacto sea también asumible para IU y Compromís. La dirección del partido ha dado orden de cuidar especialmente a Alberto Garzón y los suyos. El objetivo es claro: el sí de esos dos partidos a Sánchez complicaría a Podemos explicar su rechazo. La estrategia, no exenta de riesgos y que podría reavivar tensiones internas, está en marcha.

Lo cierto es que las conversaciones más avanzadas son las que se mantienen con el partido de Rivera. Tras semanas de diálogo, sin embargo, hay todavía flecos pendientes y difíciles de encajar. Las discrepancias giran giran en torno a dos puntos: política fiscal y mercado laboral. Ciudadanos rechaza reformas fiscales que impliquen aumentar los tributos y quiere que el PSOE presente una alternativa concretas a su contrato único. El vicesecretario general del partido, José Manuel Villegas, advirtió este mismo jueves de que no habrá acuerdo si los socialistas se empeñan en subir impuestos.

Fuentes socialistas admiten que "hay que ceder en algo" para lograr el apoyo de la organización naranja. No hacerlo, explican, implicaría el riesgo de que su candidato solicitará la confianza de la Cámara a principios de marzo y sufriera el revés de cosechar únicamente el voto de sus 90 diputados. En Ferraz esa posibilidad se quiere evitar a toda costa. Pero si el pacto con Ciudadanos se lograra, sería fundamental incorporar a más actores que introdujeran una suerte de contrapeso de izquierdas. Es decir: el PSOE desea el acuerdo con el partido naranja... pero no sólo con él.

Las sombras de la fórmula PSOE-C's

Uno de los motivos que desaconsejan entenderse en exclusiva con Ciudadanos es que cualquier acuerdo debe pasar por el voto de la militancia, tal como anunció Sánchez el 30 de enero. Si los aproximadamente 190.000 militantes socialistas fueran llamados a pronunciarse sobre un pacto sólo con Ciudadanos, la dirección del partido no cree que el resultado fuera directamente de rechazo, pero sí teme que se redujera drásticamente la participación, lo que deterioraría la imagen del proceso. No en vano, la consulta fue diseñada por el equipo de Sánchez para sortear las reticencias de los barones del partido a un pacto con Podemos.

La otra razón es que incorporar únicamente a Ciudadanos dejaría a Podemos vía libre para hacerse con todo el espacio de la izquierda. El partido de Pablo Iglesias ha insistido en numerosas ocasiones en que una solución PSOE-C's es un pacto con el PP de Mariano Rajoy "en diferido". A esa teoría ayuda el deseo de los de Rivera de incorporar a los conservadores al entendimiento con el PSOE. "No se puede avanzar sin que el PP participe", dijo por ejemplo el presidente de la formción naranja inmediatamente después de su primera reunión con Sánchez, un mensaje que cargos de su partido han repetido en numerosas ocasiones.

Esas dos cuestiones –más allá de la artimética parlamentaria, que indica que la investidura de Sánchez no saldría adelante con los votos de PSOE (90) y Ciudadanos (40)– llevan a los dirigentes socialistas a buscar el apoyo de IU-Unidad Popular y Compromís, que concurrió el 20-D junto a Podemos en la lista valenciana És el Moment, pero que en el Congreso está en el Grupo Mixto y no en el de Iglesias. Al tiempo, fuentes del PSOE admiten que el pacto con Podemos sería el más "natural", pero insisten en que el enfado por las formas de Iglesias es importante y en que no hay negociación por ahora, ni siquiera fuera de los focos de las cámaras.

Cuidar a IU-Unidad Popular

El respaldo de IU-Unidad Popular a Sánchez sería importante para el PSOE. No por el valor cuantitativo de sus dos diputados, sino en términos cualitativos. De acuerdo con las fuentes consultadas por este diario, Ferraz ha dado orden expresa de "cuidar" a la candidatura de Alberto Garzón yde no dar por acabadas sus siglas, que atraviesan uno de sus peores momentos. En definitiva, de darles "todo el aire que se pueda". La dirección socialista cree que el apoyo de IU –con quien el diálogo avanza– puede servir para "dar el salto" hacia Podemos y atraer a Iglesias. Como mal menor, sería también positivo de cara a unas nuevas elecciones.

El razonamiento es que Podemos tendría complicado explicar, en términos programáticos, por qué queda fuera de un pacto PSOE-IU. "¿Si puede estar IU, por qué no va a poder apoyarlo Podemos?", comentan en el PSOE. Si el acuerdo fuera asumible sólo para Ciudadanos, reiteran, la imagen sería que el PSOE ha virado a la derecha. Si ese pacto fuese también del agrado del grupo de Alberto Garzón, la cosa cambia. Este jueves, Garzón propuso una reunión a cuatro entre PSOE, Podemos, su propio grupo y Compromís para desencallar la situación. Los socialistas no han respondido por ahora, pero aseguran que estudiarán la propuesta.

Una brecha en las confluencias

En el caso de Compromís, el apoyo a Sánchez tampoco sería especialmente destacado desde el punto de vista numérico –la coalición valenciana tiene cuatro asientos en el Congreso de los Diputados–, pero serviría a Ferraz para hacer una doble mella en el discurso del partido morado. Los dirigentes socialistas quieren jugar, en este caso, la baza de que Sánchez cuenta con el respaldo de fuerzas de izquierda como IU, pero también visibilizar que un aliado de Podemos apoya la investidura de Sánchez. "Sería abrir una cuña en las confluencias de Podemos", comentan fuentes socialistas, que creen que Podemos tendría así más presión para negociar y transigir en la investidura del candidato socialista o que, si no lo hiciera, vería empeoradas sus perspectivas en unas nuevas elecciones.

A falta de conocer el desenlace, las conversaciones también avanzan con la formación valenciana, según las mismas voces, si bien este jueves el portavoz del partido valenciano en el Congreso, Joan Baldoví, afirmó que no ha cerrado ningún preacuerdo con el PSOE y que hasta ahora lo único que existe es "voluntad" de alcanzarlo para favorecer un Gobierno alternativo al del PP. Baldoví reiteró que "aún quedan aristas" por pulir, principalmente relacionadas con la "agenda valenciana": la necesidad de acabar con el "déficit" de las inversiones estatales en la comunidad, reformar el modelo de financiación autonómica y reconocer la "deuda histórica" del Estado.

El aviso de Susana Díaz

Este último punto, el reconocimiento de la "deuda histórica" del Estado para con la Comunitat Valenciana, amenaza con reavivar las tensiones internas en el seno del PSOE. La consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, advirtió este jueves de que la Administración presidida por Susana Díaz está "permanentemente atenta" a las conversaciones para formar Gobierno y a la "tentación de acuerdos bilaterales" que puedan "perjudicar" a la comunidad autónoma o no "beneficiarla" de la misma forma que a otras.

Fuentes del PSOE andaluz consultadas por infoLibre señalan que la reforma de la financiación autonómica es una "reivindicación que viene de años atrás" porque Andalucía "ha recibido por debajo de la media". En ese sentido, y aunque insisten en desvincular las declaraciones de Montero de la formación de Gobierno, un cargo próximo a Susana Díaz señala que "si la Comunitat Valenciana recibiera algo, no se entendería que Andalucía no recibiera, al menos, lo mismo". "¡Qué menos", concluyen, para recordar que la región sufre un "déficit de financiación" por parte del Estado desde hace años.

En Ferraz esta advertencia no ha pasado desapercibida. Tampoco la gira que ha anunciado Susana Díaz con motivo del Día de Andalucía. La presidenta visitará este domingo Valencia y el martes, Madrid, y los más próximos a Sánchez –con quien no está previsto que coincida en la capital– aseguran que "toman nota" de ello. Fuentes próximas a Díaz afirman que Andalucía tiene que "salir y plantear su posición sobre el debate territorial". El equipo de Sánchez, por su parte, asume que si el líder socialista fracasa en la investidura "vendrán semanas movidas" en el partido, y que acabará la calma vivida desde el pasado Comité Federal.

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