El futuro del PSOE

Los principales barones del PSOE presionan para retrasar la fecha del congreso

Susana Díaz vincula su candidatura a liderar el PSOE a la fecha del congreso

Ibon Uría

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tiene "prácticamente decidido" disputar a Pedro Sánchez el liderazgo del PSOE en el próximo congreso federal. Así lo confirman en su entorno, donde desde hace semanas se venía comentando con insistencia que la presidenta andaluza barajaba dar el paso al frente. Fuentes de los socialistas andaluces aseguran a infoLibre que el anuncio de su decisión está vinculado a la fecha del cónclave: si se mantiene el calendario previsto, afirman, las opciones de que Díaz presente su candidatura son "menores", aunque en ningún caso se descarta. Si se retrasa, en cambio, se multiplicarían.

Los principales barones territoriales socialistas coinciden en que lo mejor sería retrasar la elección interna. El argumento es que no conviene mezclar los tiempos orgánicos con los de la formación de Gobierno. En sus conversaciones con Ferraz han transmitido ya a la dirección federal que preferirían que se postergara el congreso. Y otros dirigentes territoriales que todavía no han hablado con la dirección federal están en la misma postura. "Los ciudadanos no entenderían que nos pongamos con nuestro congreso mientras Pedro está negociando un pacto de Moncloa", explica uno de ellos a este diario.

Distintos sectores del partido señalan de forma igualmente unánime que todos están esperando a que sea Pedro Sánchez quien mueva ficha y decida si mantiene o propone alterar el calendario del partido. En este último caso, tendría que convocar un Comité Federal para que ratificase la decisión. Si decide seguir adelante con los planes actuales, los candidatos al congreso deberán hacer pública su intención de competir por el liderazgo del PSOE el 14 de abril a más tardar. Después se abrirá un plazo de 10 días para la recogida de avales. El proceso culminará el 8 de mayo, cuando los casi 190.000 afiliados socialistas elegirán en primarias a su líder. El ganador será proclamado dos semanas más tarde, los días 20, 21 y 22 de mayo. 

Una fecha polémica

Las tensiones por la fecha del congreso no son nuevas en el PSOE: comenzaron apenas 24 horas después del 20-D, cuando Sánchez proclamó que se presentaría a la reelección. El anuncio de que quería repetir estaba justificado, según sus partidarios, porque había "salvado los muebles" en las urnas. Para sus detractores, en cambio, era completamente extemporáneo. Fuera como fuera, abrió el debate. Varias federaciones críticas reclamaron inmediatamente después que el retraso del calendario fuera el mínimo posible. En otras palabras, que la cita tuviera lugar en febrero –cuatro años después del cónclave que Rubalcaba ganó a Chacón– o, como mucho, marzo.

Con respecto a la situación actual los papeles estaban intercambiados en aquellas semanas: la dirección federal quería retrasar el congreso, y quienes más cuestionaban a Sánchez eran los que deseaban celebrarlo cuanto antes. Esa tónica se mantuvo hasta el Comité Federal del 30 de enero, que aprobó el calendario ahora vigente. El día anterior a esa reunión clave Sánchez y los suyos aún insistían en llevar el cónclave a junio. Los críticos no dieron su brazo a torcer e impusieron una fecha anterior: mayo. Ferraz cedió a última hora para que la imagen fuera de consenso y para evitar que la decisión se sometiera a votación: temía una derrota.

¿Qué ha cambiado, entonces, para que ahora sean los críticos quienes piden retrasar el congreso? Los cargos socialistas críticos preguntados por infoLibre dicen que "el escenario cambió cuando el rey encargó a Sánchez que formara Gobierno". En palabras de un cargo regional, el partido no puede hacer "un congreso de trámite", de forma que la cita no puede estar "interferida" por cuestiones que "distorsionan", como la formación de Gobierno. "El contexto ha cambiado mucho. Se pide lo contrario porque la situación ha cambiado radicalmente", insiste.

Control de los tiempos

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En el partido, además, incluso quienes opinan que Sánchez no es el mejor líder admiten que ha manejado bien los tiempos. Porque ha respetado las líneas rojas que le impuso el Comité Federal para la negociación –que se resumen en votar no al PP y en no contar con los independentistas para llegar a la Moncloa–, porque salió relativamente airoso de la consulta a las bases que sirvió de termómetro de su liderazgo y, sobre todo, porque ha logrado escenificar una serie de conversaciones que hacen que, incluso tras su doble fracaso en el debate de investidura en el Congreso, no puedan darse por completamente agotadas sus opciones de gobernar. Al menos formalmente y de cara a la opinión pública, porque dentro del PSOE son muy pocos los que confían en la posibilidad de llegar a la Moncloa.

Ese es precisamente uno de los factores clave: en el partido no se entendería que Díaz diera la batalla si el secretario general conserva aún alguna posibilidad de convertirse en presidente del Gobierno. Cuanto más prolonga Sánchez los contactos con otras fuerzas –este miércoles se anunció que se verá el próximo día 30 de marzo con el líder de Podemos, Pablo Iglesias– al tiempo que retrasa la decisión sobre el calendario del congreso, más achica el margen temporal de Susana Díaz y, consecuentemente, más complica la hipotética irrupción de la líder andaluza.

En resumen, si el congreso se celebrara antes de unas nuevas elecciones la recogida de avales se tendría que desarrollar cuando Sánchez aún negocia con otros partidos. Los socialistas andaluces admiten que ese calendario complicaría el paso al frente de Díaz y así las cosas el actual secretario general, salvo sorpresas, estaría más cerca de revalidar su cargo. Si se retrasa el congreso sólo habría primarias antes de la repetición de las elecciones generales. La andaluza podría competir por la candidatura electoral y reservarse para un posible asalto a la dirección del partido una vez aclarado quién accede al Gobierno tras el nuevo paso por las urnas. Sin embargo, el entorno de Díaz asegura que hoy por hoy tiene prácticamente decidido optar al liderazgo sea cuando sea el congreso.

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