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Deporte y política

Final de la Copa: banderas españolas, esteladas, pitos y aplausos al himno... y fútbol

La prohibición de la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, de introducir esteladas durante la final de la Copa del Rey en Madrid, anunciada en rueda de prensa durante la semana, provocó este domingo una marea de banderas y otros símbolos nacionalistas en las gradas del estadio Vicente Calderón, donde se enfrentaron por el trofeo el FC Barcelona y el Sevilla FC Por parte de la afición sevillana, se levantaron al comienzo del encuentro, en contraste, gran cantidad de banderas españolas.

El enfrentamiento comenzó a las 21.30 horas, con la zona blaugrana del campo de fútbol teñida de franjas rojas y amarillas formando un auténtico océano de esteladas. Ajustandose al protocolo, los altavoces del estadio reprodujeron, segundos antes del pitido inicial, el himno de España. Como viene siendo tradición en las finales en las que está presente el equipo catalán, nunca exentas de polémica, miles de personas de la afición blaugrana pitaron la melodía ante la mirada de las autoridades presentes en el palco. Sin embargo, los silbidos se combinaron con gente coreando y aplaudiendo el himno. En 2009, 2011, 2012, 2014 y 2015, el último partido de la competición también se caracterizó por la polémica de los silbidos, sobre todo en la final que enfrentó al Barcelona con el Athletic Club.

La final de este año ha estado marcada por los movimientos de la Delegación del Gobierno en Madrid para tratar de impedir que se intrudujese simbología independentista en el Vicente Calderón. Así, Concepción Dancausa dijo que el fútbol no debe ser un "escenario de lucha política" y, escudándose en el artículo 2.1 de la Ley contra la Violencia en el Deporte, anunció la prohibición de entrar al recinto con esteladas, una medida que desató la polémica y encontró el rechazo frontal de los expertos en Derecho Constitucional. La decisión provocó que tanto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, su homóloga en la capital, Manuela Carmena, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, anunciasen que no acudirían al encuentro en señal de protesta.

También fue criticada con dureza desde el mundo de la política. El pasado jueves los grupos parlamentarios en el Congreso de Democracia y Libertad y ERC tildaron la medida de "ataque grave a la libertad de expresión". Cargos del PSOE como el portavoz en el Senado Óscar López y exdiputado Eduardo Madina también criticaron la decisión, al igual que hicieron dirigentes de Podemos como el secretario general del partido, Pablo Iglesias. Mientras tanto, cargos del PP y del Ejecutivo en funciones la veían con buenos ojos: el portavoz de los conservadores en el hemiciclo, Rafael Hernando, la calificó como "bandera ofensiva" para muchos españoles, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, apuntó que la enseña estaba "fuera del orden constitucional".

Dos días después, el juzgado de número 11 de lo Contencioso-Administrativo de Madrid tumbó la prohibición de la Delegación del Gobierno en la capital al estimar parcialmente el recurso de la asociación de abogados Drets. El juez argumentó en el auto que "en ningún caso ha resultado probado" que la exhibición de esteladas "pueda incitar a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana", y que tampoco se ha justificado "en qué medida infringe el orden jurídico existente" o pudiera suponer una "perturbación grave de los intereses generales" la "manifestación de una ideología política o creencia".

Delegación dio un paso atrás nada más conocerse la decisión del juez y dijo que la "acatará" y que no la recurrirían, a pesar de tener a la Fiscalía a su favor. Mientras tanto, las declaraciones sobre el tema se han repetido hasta el mismo domingo. Así, durante la mañana, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, valoró que politizar el deporte "no es bueno". Por su parte, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, aprovechó el mitin en Madrid para dejar un recado al Ejecutivo en este sentido, acusándole de "agitar banderas para no hablar del multazo".

No es la primera ocasión en la que la estelada causa polémica en el deporte español. La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA –el órgano de gobierno del fútbol europeo– multó en junio de 2015 con 30.000 euros al Barcelona porque el público exhibió banderas independentistas en un partido contra el Juventus italiano. En octubre de 2015 el mismo organismo impuso otra sanción por el mismo motivo, aunque por un importe de 40.000 euros. Esa última sanción quedó, sin embargo, suspendida cautelarmente unas semanas después porque el equipo catalán recurrió a instancias superiores. En cualquier caso, es importante señalar que la UEFA dispone de su propio reglamento deportivo que se aplica en las competiciones europeas que organiza y que establece, en artículo 14, que "toda forma de propaganda ideológica, política o religiosa" está prohibida. El ámbito de la legalidad y el del reglamento deportivo de la UEFA no es, por tanto, comparable, informa Ibon Uría.

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