Jesús Arturo Martínez Iglesias,
exsubdirector de la oficina principal de la entonces
Novacaixagalicia (ahora Abanca) en Santiago, ha aceptado este lunes seis años de prisión por apropiarse indebidamente de
5,6 millones de euros de cuentas de sus clientes entre 2005 y 2011.
De este modo, con un reconocimiento de los hechos y una suerte de "dación en pago", tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares –ejercidas entre otros, por la Xunta y la USC–, han aceptado
rebajar sus peticiones iniciales
de nueve y diez años de cárcel, respectivamente.
En concreto, este trabajador de banca jubilado detrajo unos
500.000 euros de doce clientes que buscaban depósitos de alta rentabilidad, sumados a cerca de
300.000 euros de la Universidade de Santiago de Compostela y
4,3 millones de euros de la Xunta.
Por un
delito continuado de
apropiación indebida, en concurso con otro continuado de falsedad en documento mercantil, Jesús Arturo Martínez acepta una pena de cárcel de seis años y una multa que no llega a
2.000 euros en la que era la primera jornada del juicio contra él, en la Sección Sexta de la
Audiencia Provincial de A Coruña, en Santiago.
En cuanto a los fondos detraídos, su abogado, Mariano Sierra, ha explicado a los medios de comunicación en su mayoría se destinaron a una empresa que poseía su cliente de fabricación de
muebles de cocina y que acabó cerrando a causa de la crisis inmobiliaria.
Aportó 250.000 euros para reparar lo defraudado
A modo de
compensación a la entidad bancaria –que ha cubierto las
cuentas de los clientes–, el ya condenado aportó unos
250.000 euros (su casa, ahorros y plan de pensiones).
"En relación con la cantidad defraudada puede ser mínimo, pero en términos absolutos... quien entrega todo lo que tiene, evidentemente, hizo todo lo que estaba en su mano para repararlo", ha esgrimo el letrado de la defensa, quien ha avanzado que intentará hacer valer esta circunstancia para conseguirle el
tercer grado a los 18 meses. "Él está arrepentido, no previó que la magnitud de los hechos sería la que fue", ha explicado.
¡Vaya justicia!, cobra bastante más por día que al que condenan siendo inocente, bueno se comprende que los jueces son de letras.
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