Elecciones 26-J

Un debate a cuatro en busca de la captación de indecisos

Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en el debate del lunes.

Seis meses después, y con la legislatura más breve de la democracia de por medio, los candidatos a la Presidencia del Gobierno Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Unidos Podemos)Albert Rivera (Ciudadanos) se medirán este lunes en un nuevo debate a cuatro con la vista puesta en las elecciones generales del próximo 26 de junio. Una cita que presenta varias diferencias en comparación con la del pasado 7 de diciembre: los dos partidos emergentes ya se han consolidado en el hemiciclo, Iglesias no sólo representa a su formación sino que también es la cara visible para los votantes de Izquierda Unida, y el PP, a diferencia del anterior debate a cuatro, pondrá tras el atril a su candidato y no a la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.

Los cuatro aspirantes tendrán que debatir alrededor de cuatro bloques: Economía y Empleo; Políticas Sociales; Regeneración democrática y reformas políticas e institucionales; y Política Exterior. Casi 40 minutos de duración para cada uno de los tres primeros y diez para el último. El enfrentamiento dialéctico, que se espera que finalice pasada la medianoche, se cerrará con ocho minutos en los que Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera se pronunciarán sobre su política de pactos postelectorales y el conocido como minuto de oro, en el que pedirán el voto de los ciudadanos dirigiéndose directamente a la cámara. Un turno que abrirá el candidato de Podemos y cerrará el del PSOE.

Entre la cita "crucial" y "un elemento más"

Las cuatro formaciones políticas se pronuncian con contundencia cuando se les pregunta por la importancia del debate. "Es fundamental", señalan desde Unidos Podemos, añadiendo que son necesarios más debates y celebrando que "por primera vez" estén los cuatro candidatos, en comparación con el del 7-D, cuando el PP decidió enviar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en el lugar de Mariano Rajoy. En la misma línea se posiciona Ciudadanos: "Es un debate crucial y es importante que los españoles conozcan las nuevas opciones, las opciones de toda la vida y los proyectos distintos, si queremos cambiar a mejor o a peor", apuntó Rivera el pasado jueves en la Cadena SerCadena Ser.

Más relevante parece el debate para el PSOE, a tenor de su desplome en las encuestas. Lo tienen marcado en rojo en el calendario e intentarán exprimirlo al máximo con el objetivo de remontar el vuelo. "Es importante ya que no esperamos una audiencia menor a 9 millones de personas. Es una oportunidad dirigirse a tanta gente", señalan fuentes del comité electoral socialista, que añaden, no obstante, que no será un elemento que marque la campaña "de forma irremediable". Las mismas fuentes aseguran a este diario que Sánchez tratará de subrayar que el PSOE es un partido con proyecto de Gobierno frente a una "suma de siglas", en alusión a Unidos Podemos.

Desde el PP le quitan hierro al asunto. Los conservadores consideran, según aseguró su propio candidato en el mismo programa radiofónico, que aunque la cita del próximo 13 de junio es "importante", sólo se trata de "un elemento más" a tener en cuenta en la carrera a La Moncloa. "En un debate no se juega uno la campaña electoral, no se juega un país la elección del presidente del Gobierno. Malo sería si fuera así", aseveró Mariano Rajoy.

Podemos, Ciudadanos y PSOE se muestran convencidos de que un acontecimiento de estas características puede determinar el sentido del voto de los indecisos: "Este debate va a servir para que mucha gente decida su voto y es de alguna manera la hora de la verdad", afirmó Iglesias durante su intervención en la radio. Sin embargo, Rajoy explicó que ha participado en otros debates en los que en las encuestas posteriores apenas se apreciaron alteraciones en el sentido del voto: "No hay demasiados cambios y eso tiene su lógica. La gente no va a decidir el voto en función de un debate solo o de dos o de tres sino que lo decide en función de la trayectoria que tienen los candidatos, el partido, su forma de pensar...", zanjó.

Pero entonces, ¿qué efecto pueden tener los debates en el posterior resultado electoral? infoLibre se pone en contacto con Julián Santamaría, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y exdirector del CIS; Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Valencia; y Daniel Ureña, experto en comunicación política y director general de Mas Consulting, firma internacional de asuntos públicos y relaciones gubernamentales.

Alteran de forma "muy poco significativa" el sentido del voto

"El debate a cuatro del próximo lunes es una de las citas más importantes de los próximos 15 días de campaña", apunta Ureña, que lo califica como "una oportunidad" para que los cuatro candidatos expongan a los ciudadanos su mensaje y como el "hito principal" de las dos semanas previas a la cita con las urnas. El director de Mas Consulting, además, pone el foco en lo relevante que puede llegar a ser la presencia de Mariano Rajoy, que en el anterior estuvo ausente: "Está llamando mucho la atención", señala. En cuanto al impacto en el votante y en el voto final, Ureña dice que es "muy difícil de demostrar": "El número de indecisos para la cita electoral del 26 de junio es muy elevado –un 32,4% de los que tienen intención de ir a votar, según el último CIS– pero también lo es el número de ciudadanos que han pedido el voto por correo desde el extranjero y en España o el miedo de que la abstención supere a la de diciembre", sentencia.

El catedrático emérito y exdirector del CIS Julián Santamaría afirma que no se puede dar "una respuesta única" a esta pregunta porque, en su opinión, depende mucho "del contexto" de la cita, de "la mayor o menor igualdad entre los candidatos" y de la interpretación posterior que los medios hacen del debate. Sin embargo, afirma que atendiendo a lo que ha ocurrido históricamente "la mayor parte de los debates que se han celebrado han alterado de forma muy poco significativa las decisiones de los espectadores". En este sentido, añade que también es importante tener en cuenta si esta decisión de la gente se altera en "diferentes direcciones" o, si por el contrario, uno de los candidatos logra "canalizar la opinión en su propia dirección en detrimento de los demás".

En la misma línea se posiciona en conversación telefónica con infoLibre Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política. "Los debates electorales, por lo general, no suelen ser tan decisivos", explica, añadiendo a renglón seguido que estas citas no están concebidas "para convencer a los electores o para alterar el sentido del voto". El politólogo argumenta que la mayor parte del electorado es "más o menos estable o predecible", y pone el foco sobre el porcentaje de personas que ya tienen decidido su voto para el 26-J –un 66,9% según el último CIS– y en los que todavía dudan. "Un porcentaje de estos últimos pueden acabar decidiendo su voto en función del debate de este lunes", afirma.

Según las encuestas postelectorales de 2008 y 2011 elaboradas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el debate electoral ayudó a decidir su voto a un 3,9% y a un 3% de los espectadores, respectivamente. En este sentido, un 63,5% de los encuestados que vieron el cara a cara de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero aseguraron que la cita ante las cámaras no les influyó en absoluto a la hora de votar, un porcentaje que se eleva hasta el 68,9% tras el enfrentamiento dialéctico entre el actual candidato del PP y Alfredo Pérez Rubalcaba. Sólo un 1,5% y un 1,3% respondieron que el acontecimiento le animó a votar por otro partido diferente del que tenían pensado.

Sin embargo, el postelectoral tras las generales del pasado mes de diciembre no se interesó por las consecuencias que el debate a cuatro había tenido sobre los electores, por lo que no se puede saber la influencia que tuvo sobre el electorado. Tan sólo recogió el porcentaje de personas que vio el enfrentamiento –un 32,8% permaneció frente al televisor todo el debate mientras que un 21,9% sólo vio una parte– y el candidato que había resultado más convincente: un 31,3% se decantó por Pablo Iglesias, un 18,3% por Soraya Sáenz de Santamaría, un 12% por Albert Rivera y el 8,9% vio más convincente a Pedro Sánchez.

¿Ayuda a movilizar a los potenciales votantes?

Santamaría asevera que un debate "puede ayudar" a movilizar al electorado indeciso, pero añade que "depende mucho de cuál sea el mensaje o mensajes que se hagan llegar" a través del mismo: "Con frecuencia hay partidos que están interesados en movilizar a su electorado y otros que buscan movilizar a los suyos y desmovilizar al electorado de los demás". En este sentido, asegura que es importante tener en cuenta si la confrontación dialéctica se realiza de forma ordenada o si se convierte en una bronca que haga que "el contenido se diluya" y los telespectadores no reciban los mensajes que se quieren transmitir.

Teniendo en cuenta las encuestas postelectorales del CIS de 2008 y 2011, un 7,3% y un 8,7%, respectivamente, afirmaron que los cara a cara les animaron a acudir a las urnas. Un 18,6% y un 12,5% aseguraron que las citas en las que Rajoy se midió con Rubalcaba y Zapatero, respectivamente, reforzaron su decisión de votar al partido que pensaban.

Rodríguez Teruel tiene claro que acontecimientos de este tipo pueden ayudar a movilizar a esos votantes más indecisos, que ahora mismo se encuentran en el punto de mira de las cuatro formaciones políticas. Principalmente porque un pequeño movimiento del voto dudoso hacia uno u otro partido, "aunque sean unos centenares o miles de sufragios", pueden decidir el destino de un escaño en el próximo Parlamento en algunas circunscripciones. Por eso, el politólogo está convencido de que este lunes el enfrentamiento va a ser "muy duro, áspero y a cara de perro".

La macroencuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas el pasado jueves apuntaba que del 32,4% de futuros votantes indecisos, la duda más frecuente es entre el PSOE y las distintas formaciones que integran Unidos Podemos: el 12,3% de los electores que aún no sabe a quién votará duda entre esas dos listas. Por detrás aparece la duda entre PP y Ciudadanos (el 10% de quienes no tienen decidido el sentido de su voto), entre PSOE y Ciudadanos (8,9%) y entre los partidos de Unidos Podemos y Ciudadanos (3,9%).

Los ¿beneficios? del ganador

Uno de los elementos que marca el postdebate es la disputa para tratar de discernir quién ha sido el vencedor del enfrentamiento dialéctico. El exdirector del CIS alerta de la dificultad que existe a la hora de determinar cuál de los cuatro candidatos ha estado mejor. "¿Quién gana o pierde cuando tenemos un electorado tan fragmentado y decidido políticamente en una dirección?", se pregunta Santamaría, que añade que los espectadores que estén muy movilizados tienden a considerar que su candidato es el que sale victorioso. Sin embargo, el sociólogo asegura que si la diferencia de uno en relación con los otros tres ha sido muy grande, será considerado claro ganador y "arrastrará tras él una cierta corriente de opinión que le será favorable".

El politólogo de la Universidad de Valencia, por su parte, también afirma que esto "tiene mucho de construcción mediática", a no ser que alguno de los cuatro "cometa errores" o haya "un candidato mucho más sólido que el resto": "Si al final un 30% dice que ha ganado Rajoy, el 20% Iglesias, el 15% Sánchez y el 12% Rivera, eso no nos dice mucho porque más o menos todos los votantes van a decidir como ganadores a los que está más próximos a su ideología", añade. En este sentido afirma que en el debate es importante si "alguien claramente comete errores" porque ello puede "reforzar o debilitar tendencias durante la campaña.

¿Marca la posterior campaña electoral?

Tras el debate a cuatro, Rivera, Rajoy, Iglesias y Sánchez tendrán once días para tratar de enmendar los errores cometidos. "Si alguno de los cuatro candidatos lo hace realmente mal este lunes, todavía tendrá por delante dos semanas para corregirlo", afirma Ureña. Por eso, tal y como recuerda el director de Mas Consulting, "algunos candidatos querían debates en días más cercanos a la votación o hacer varios como en el resto de democracias más consolidadas". "Hubiera tenido mucho más sentido que se celebrase el debate en los últimos días, cuando ya los candidatos tengan argumentos frente a los demás en función de los que ha dicho en la campaña", agrega Santamaría.

Pero, ¿puede la confrontación dialéctica marcar el sentido de la campaña electoral? Santamaría y Rodríguez Teruel consideran que tanto el debate como los posteriores once días girarán en torno a los mismos asuntos. "A no ser que aparezca algún tipo de error o algún otro tema que capte la atención por la forma en que se trate durante la cita de los candidatos ante las cámaras", señala el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Valencia, aunque añade que "no está previsto" que suceda eso. "Si emerge un tema nuevo, como por ejemplo el 'Brexit', habría que ver hasta que punto contribuye a orientar la discusión durante la campaña", añade el exdirector del CIS.

¿Quién se juega más en el debate?

Con los últimos sondeos sobre la mesa y con un posible sorpasso de Podemos en escaños y votos en la atmósfera electoral, cabe preguntarse cuál de los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno se juega más este lunes. Los dos politólogos ponen el foco sobre Rivera y Sánchez. "Para Pablo Iglesias, si cuenta con una corriente de opinión muy sólida a favor de Unidos Podemos, que lo haga un poco peor en el debate no va a cambiar gran cosa, al igual que pasa con Mariano Rajoy. Sin embargo, Sánchez y Rivera tienen que hacerlo muy bien para ganar algo y pueden perder mucho en el caso de que venga algún patinazo", explica el exdirector del CIS. 

¿Qué puede hacer el PSOE para dar la vuelta a la campaña?

¿Qué puede hacer el PSOE para dar la vuelta a la campaña?

"Son los que a priori parecen verse perjudicados por la repetición de elecciones, según las encuestas", apunta por su parte Rodríguez Teruel. En este sentido, el politólogo de la Universidad de Valencia intensifica el foco sobre el candidato socialista: "Sobre todo Pedro Sánchez, cuyo futuro político depende de lo que vaya a suceder en las dos próximas semanas. Es el que tiene que salir a jugar, más que nada porque está comenzando el partido con un uno a cero en contra", culmina. Sobre Rajoy, vaticina que irá a la cita "a conservar y a no cometer errores", intentando que el resto de candidatos se enfrenten entre ellos, mientras que en el caso de Pablo Iglesias considera que tratará de reforzar la imagen que "se está cuajando como nuevo partido de referencia de la izquierda".

En este sentido, fuentes de Génova consultadas por Europa Press asumen que el enfrentamiento se caracterizará por los ataques contra el candidato conservador. "Creo que van a ir todos a por Rajoy, como se está viendo en otros debates de esta campaña", según resume un cargo del Ejecutivo. Sin embargo, están convencidos de que Rajoy se va a manejar bien este lunes porque el formato de debate a cuatro permite a los participantes contar con más tiempo a la hora de preparar sus respuestas. En este sentido, algunos de los colaboradores del presidente del Gobierno en funciones ya le han recomendado que opte por "aguantar" mientras Sánchez e Iglesias cruzan dardos. Sobre Rivera, auguran que propinará sus golpes a Rajoy, pero afirman que el candidato del PP tiene munición para responder.

Para el director de Mas Consulting, sin embargo, "todos corren los mismos riesgos y pueden obtener los mismos beneficios. Por ese motivo, los cuatro tienen que hacer "un buen debate" con el objetivo de que "el malestar general no siga en aumento y se traslade a las urnas". Y por ello se lo toman en serio. Sánchez, por ejemplo, no tendrá ningún acto de campaña ni el domingo ni el lunes para poder preparar el enfrentamiento.

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