'Caso Ausbanc'

El 'padre patera' dice que no sabe cuánto dinero le daba Ausbanc

El presidente de Ausbanc, Luis Pineda, en una imagen de 2015.

Isidoro Macías Martín, miembro de la congregación Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca y más conocido como padre patera por la casa de acogida para inmigrantes que dirigía en Algeciras, recibió este miércoles sin estruendo, sin indignación ostensible y sin preguntas la noticia de que Ausbanc podría haber utilizado su iniciativa solidaria como coartada para desviar fondos hacia la trama empresarial de Luis Pineda.

“Hacían el bien por mí y por la gente que estaba conmigo y ya está. No sé cuánto me daban al año”. Esas palabras cerraron su larga conversación telefónica con infoLibre, en la que una y otra vez recalcó que no sabe ni nunca supo ni hay nadie que pueda saberlo a cuánto equivalía la comida o los pañales o los bienes de cualquier naturaleza que Ausbanc hacía llegar a la casa de acogida de inmigrantes. “Me regalaron hasta una furgoneta”. ¿Cuándo? No lo recuerda.

Durante años, la figura del padre patera alcanzó una formidable proyección mediática fuera de Algeciras. Ahora, Isidoro Macías está “jubilado”. Y, aunque el dato no había trascendido hasta la fecha, él mismo desvela esto: “Hace unos tres años se cerró la casa de inmigrantes, ahora es para otra cosa de servicios sociales y eso”.

Para recaudar fondos con destino a la casa de acogida del padre patera, la asociación de Luis Pineda organizaba galas benéficas cuya financiación en el trienio 2009-2011 ha destapado ahora el BBVA en el escrito por el que persona en el caso como acusación particular. Solo ese banco desembolsó 300.000 euros en esos tres años. Si había otros patrocinadores y a cuánto se elevó la recaudación total de cada gala es una incógnita. El escrito del BBVA no facilita detalles ni explica por qué la entidad que preside Francisco González no denunció que estaba siendo víctima de un chantaje cuyos términos cabría resumir así: o me pagas o hundo tu reputación. Algunas fuentes jurídicas indican que el BBVA no acudió a la justicia por la dificultad que entrañaba demostrar la extorsión.

“Nunca me interesé por eso”

Con la entrada en escena del padre patera el caso Ausbanc sube otro peldaño: ya no se trata del presunto uso espurio y delictivo de dinero sacado a grandes del Ibex para comprar loas o silencio sino de otro que en teoría debía convertirse en colchón para los más pobres de una comarca pobre. Pero si el Oskar Schindler de la célebre película de Spielberg calculaba cuántas vidas habría salvado un anillo de oro, el padre patera no entendía de dinero. “Nunca me interesé por eso”, dice al otro lado del teléfono.

Ni lo sabe él ni, según su testimonio, nadie puede arrojar luz sobre el destino de los 300.000 euros que, por lo conocido ahora, desembolsó el BBVA durante el trienio 2009-2011 para “la labor humanitaria del padre patera” a propuesta de Ausbanc. El escrito del banco no da cifras pero fuentes jurídicas aseguran que son exactamente esas.

Prorrateados por tres años –aunque la aportación no fue idéntica en cada uno de los tres ejercicios-, aquellos 300.000 euros necesariamente habrían supuesto una inyección descomunal para un proyecto que, según Macías, se sostenía gracias a “Asubanc y gentes particulares, porque oficial –sostiene- no teníamos nada”. En enero de 2014, el diario El Mundo publicó que el Gobierno le acababa de denegar “una ayuda anual que en 2013 le llegó en forma de 70.000 euros”. "A ver si se creen que yo ayudo por la gracia de Dios", se lamentaba entonces Macías. 

Hoy, es él mismo quien alega ignorancia total sobre el importe al que equivalía la comida y el resto de la ayuda “en especie” que Luis Pineda hacía llegar a uno de los refugios de sin papeles más conocidos del país. “Yo de dinero no sé, hacía acto de presencia en las galas y ya está”. “A veces me daban dinero, pero no 200.000 ni 300.000 euros”. ¿Recuerda más o menos cuánto y con qué periodicidad? No.

Las galas eran para su casa de acogida, concede el franciscano. “Pero yo de las cosas del dinero no sé nada”, agrega de nuevo. ¿Y quién lo sabe entonces? “Soy yo el que estaba al frente de la casa pero no sé nada”.

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El administrador de la sociedad representó a Pineda en el registro policial

El BBVA no denunció en ningún momento a Ausbanc. Pero cerró definitivamente el grifo tras comprobar que las facturas que presumiblemente debían llegarle con cargo a las “galas benéficas” con que la pretendida asociación de usuarios de banca debía apadrinar al padre patera habían sido giradas por una desconocida empresa de informática.

Esa empresa, Infortécnica Servicios Informáticos SL, tiene como administrador a una de las dos personas a las que Pineda designó como sus representantes durante el registro policial de la sede de Ausbanc.

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