La XII Legislatura

El PP apuesta por negociar con C's para presionar al PSOE

El PP quiere abrir la negociación con Ciudadanos para añadir presión al PSOE

El Partido Popular tiene claro que Mariano Rajoy, su líder, debe gobernar. Lo tiene claro desde la noche del 26J cuando vieron mejorar su marca del 20D en 14 escaños, desde los 123 a los 137. Menos claro tiene que vaya a ser así y, sobre todo, que vaya a ser tan pronto como había marcado su candidato: a finales de julio o principios de agosto. En el origen de estas percepciones está la postura del Partido Socialista, que no se mueve del "no es no" que Pedro Sánchez lleva respondiendo a Rajoy desde diciembre. Ahora, en una semana clave para las negociaciones en la que Ciudadanos, por un lado, y socialistas, por otro, se verán las caras con el presidente del Gobierno en funciones, los conservadores confían en que un acercamiento a Albert Rivera tenga su réplica en el PSOE y la posición de Sánchez "se ablande".

Las fuentes consultadas se muestran convencidas de que, tarde o temprano, Sánchez tendrá que dar marcha atrás a sus posiciones de las últimas semanas porque algunas de ellas son contradictorias entre sí. A ello se refirió el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maillo, en rueda de prensa cuando sostuvo que no se podía decir que 'no' al PP y, a la vez, decir 'no' a nuevas elecciones. Y, en este contexto, consideran que tener andado algo de camino con Albert Rivera podría servir para "aflojar" posiciones.

Ya no sería el PSOE, subrayan, quien acude en auxilio del PP para que Rajoy sea presidente, sino la formación que permite "por responsabilidad" desbloquear 200 días de Gobierno en funciones cuando el PP ya se ha buscado otros apoyos. Tendría menos coste para Sánchez, consideran. Sumados los escaños de PP (137), Ciudadanos (32)  y Coalición Canaria (1), a los conservadores le faltarían seis escaños para la mayoría absoluta (176). La condición de "socios" que PSOE y Ciudadanos adquirieron tras el 20D podría ser, insisten los dirigentes del PP consultados, un elemento a favor de ese posible entendimiento.

Con todo, para el PP este no es el escenario ideal y admiten que sus planes iniciales se han torcido porque siguen manteniendo que el plan A, ya prácticamente desechado, el de la 'gran coalición', era el mejor para España en estos momentos para continuar "en la senda de la recuperación económica".

¿Un coste asumible?

Dar prioridad a Ciudadanos para, por ese camino, intentar lograr una abstención del PSOE supone un coste para el PP que ahora está dispuesto a asumir. Tras el 20D y también los días posteriores al 26D, la consigna de Génova fue no dar mayor relevancia a Rivera. Podían unirse a su oferta de 'gran coalición', pero a modo de invitados y no como actores principales porque al PP le bastaba con los escaños de Pedro Sánchez para llegar a la mayoría absoluta. Mucho escocía en el PP que un partido que se había hecho con parte de su electorado tuviese como eje de su discurso que Rajoy debía apartarse para dar paso a otro compañero porque es incompatible con la regeneración. "El problema es que con ellos no sumamos, no le demos más vueltas", responde un miembro de la dirección nacional del PP preguntado por si ha habido algún "giro o cambio de estrategia" hacia el partido de Rivera.

Cuando Rajoy vea a Sánchez el miércoles en el Congreso de los Diputados ya tendrá una idea de por dónde va a ir Ciudadanos en estas rondas de contactos porque se habrá visto con Rivera un día antes, este martes.

Salvo cambios de última hora, Rajoy acudirá a las citas "con muy buena disposición y sin líneas rojas", según su partido. Pero sin ofertas concretas. Esta primera ronda ha sido tomada como una toma de contacto, una puesta al día tras las generales. Se trata, apuntan, de ver la disposición de cada uno y de recomponer las relaciones tras los roces y enfrentamientos de la campaña. Y, a partir de ahí, si es buena, se articulará una segunda ronda en la que se empezará a hablar de la letra pequeña.

Abiertos a retocar leyes

Hasta la fecha, de todas las reuniones mantenidas por Rajoy –CC, PNV y ERC–PNV, la única que tendrá segunda parte será la de los nacionalistas canarios. El PP confía en que la de este martes con Ciudadanos también pase de esta fase y se pueda ya hablar de propuestas concretas, de una agenda que diese los pasos para una investidura de Mariano Rajoy. A priori, en Génova no se cierran a nada. Sobre la mesa podrán ponerse nuevas leyes o retocar algunas de las ya aprobadas en la XI Legislatura. 

Martínez Maillo señaló que desde el PP acudían con la mejor disposición a esta encuentro, pero que también esperaban de Ciudadanos que Rivera llegase "con la misma actitud de diálogo que tuvo con Pedro Sánchez [tras el 20D]".

De todos modos, los conservadores no las tienen todas consigo. Se agarran a declaraciones de socialistas como el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que recientemente se preguntó que “quién es el guapo” que se opondría a una investidura de Rajoy si pacta con C's y CC, a los que se considera sus aliados naturales. Pero admiten que el escenario al que tienen que hacer frente no es el que habían pensado en un primer momento. Así, se siguen mostrando convencidos de que "lo mejor para España" es que haya un Gobierno a finales de julio o principios de agosto, pero no tienen nada claro que vaya a ser así. Y ya nadie descarta que la tarea quede para septiembre.

El PP cree que Rajoy debe acudir a la investidura

En la dirección nacional del PP sí creen que ahora Rajoy no puede no presentarse a la investidura. Pero recuerdan que ese paso ya pone el contador hacia unas nuevas elecciones y que hay que ir al Congreso con las cuentas hechas y con la garantía de que la legislatura que de allí puede salir va a ser estable. "Sin unos acuerdos mínimos esto puede durar un año. Hay que ser serios", valora un diputado conservador. Esto supone todavía más presión al PSOE si se tiene en cuenta que la idea del PP es poder pactar una serie de asuntos que considera "claves" como los Presupuestos, el techo de gasto y las políticas europeas. O sea, que una abstención sin condiciones, sin contenido, no bastaría.

En todo caso y, convencidos de que sin el PSOE absteniéndose para permitir gobernar a Rajoy vamos a unas terceras elecciones, el PP ya está construyendo el relato descargando toda la responsabilidad sobre Sánchez. Señalan que el PNV, con quien Rajoy intentó una aproximación la semana pasada reuniéndose con Aitor Esteban, no dará un paso hasta después de las elecciones vascas. Y que el Partit Demòcrata Català (PDC), que sustituye a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), se ha alejado bastante este fin de semana abogando por la independencia. Como ocurre con el PNV, los conservadores creen que en la legislatura podrían contar con ellos para sacar adelante iniciativas concretas, sobre todo en lo económico. Pero no para la investidura. "Algunos tratan de decir: 'aparte de mí ese cáliz' buscando  todo tipo de excusas. Pero para que haya Gobierno es imprescindible por activa o por pasiva el concurso del Partido Socialista".

Rajoy y Rivera se conjuran para forzar la abstención del PSOE

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Constitución de las Cortes

A diferencia de lo que ocurrió tras el 20D, el PP sostiene que "la idea", "lo lógico" sería que el PP ostentase la Presidencia de la Cámara baja. Aunque Martinez-Maillo subrayó este lunes que las negociaciones para la formación de Gobierno no tienen por qué mezclarse con las de la constitución del órgano de gobierno del Congreso, también admitió que se trata de un planteamiento inicial

¿Estaría dispuesto el PP a ceder la Presidencia del Congreso a Ciudadanos a cambio de una abstención y un apoyo estable en la legislatura? "No hay ninguna línea roja", responde un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP. "Está todo muy abierto", completa.

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