El PP sostiene que es complicado que haya legislatura si Ciudadanos no pasa al ‘sí’

"Presión [sobre todo a PSOE y Ciudadanos] y mano tendida. Cero líneas rojas". Estas son, a grandes rasgos, las líneas de la estrategia que seguirá Mariano Rajoy y el Partido Popular a partir de ahora a fin de lograr apoyos de cara a su investidura como presidente del Gobierno. Cerrada con éxito la constitución de las Cortes habiendo logrado que Ana Pastor se haga con la Presidencia del Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno en funciones busca sumar los votos necesarios que le permitan ser investido en las primeras semanas de agosto. 

Este es el escenario ideal. Rajoy repite con insistencia que no tendría sentido dejar para septiembre aquello que se pueda hacer en julio o a principios de agosto. Y, para ello, en la dirección nacional del Partido Popular consideran "fundamental" el concurso de Ciudadanos. A los conservadores no les basta con la abstención prometida por Albert Rivera para la segunda de las votaciones, cuando se requiere mayoría simple. Necesitan que la formación naranja dé un giro hacia el 'sí' y que este gesto empuje, de paso, al Partido Socialista o a los nacionalistas vascos y catalanes a una abstención. De lo contrario, admiten, "es muy difícil que haya legislatura". "Sería un paso más hacia esas terceras elecciones de las que todos los partidos reniegan", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP consultado por infoLibre.

Esta condición que el PP ve imprescindible choca, no obstante, con los plazos que Rajoy tiene en mente. Dirigentes de esta formación coinciden en apuntar que Ciudadanos necesitaría algo de tiempo para explicar y digerir internamente el cambio de postura. Hace sólo una semana que su ejecutiva se reunió para votar cuál iba a a ser su sentido del voto ante una eventual sesión de investidura de Rajoy: 'no' en la primera votación y abstención en la segunda.

"Un paso importante". Pero sólo un paso

A la espera de cómo avancen las negociaciones de estos días, PP y Ciudadanos se cuidan mucho a la hora de circunscribir el pacto para la Mesa del Congreso estrictamente a este ámbito. Sostienen que no condiciona para nada la votación para una investidura. No obstante, en el PP creen que se trata de un "paso importante para ir allanando el camino".

Por este pacto, el partido de Albert Rivera, al que no le correspondía puesto en el órgano de Gobierno de la Cámara baja, logró dos puestos –una vicepresidencia y una secretaría– y el PP se garantizó los votos de Ciudadanos para que Ana Pastor arrebatase la Presidencia al socialista Patxi López. Pero no sólo Pastor es la tercera autoridad del Estado gracias a C´s. La abstención de los nacionalistas catalanes y vascos ha sido clave.

Este hecho, unido a que en la votación para las vicepresidencias de la Mesa, los candidatos de Ciudadanos (Ignacio Prendes) y PP (Alicia Sánchez Camacho) sumaran 179 votos, diez por encima de los 169 que dan como resultado los parlamentarios conservadores (137) más los de la formación naranja (32), hicieron disparar la tesis de que Rajoy ha llegado ya a un pacto con PNV y con CDCun pacto.

El papel de los nacionalistas

¿Es así? ¿Tiene el PP en sus manos ya cerrado un acuerdo con nacionalistas catalanes y vascos? Fuentes de la dirección nacional de la formación conservadora señalan que no. Que una cosa son los órganos de Gobierno de las Cámaras y otra, la investidura.

No obstante, no ocultan que van a intentar ser generosos con CDC para que obtenga grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados y que lo han sido con el PNV cediendo uno de sus puestos en la Mesa del Senado a favor de los nacionalistas vascos. Entre esto y que Rajoy tenga ya en el bolsillo el apoyo o la abstención de CDC y PNV hay un abismo, interpretan fuentes conocedoras de estos contactos.

A día de hoy, el PP interpreta la abstención de los nacionalistas vascos y catalanes como el primer paso para una legislatura colaborativa. Para esos apoyos que Rajoy necesitaría para sacar leyes adelante si al final se mantiene en La Moncloa con un Gobierno en minoría.

En todo caso, este acercamiento del PP a los nacionalistas pone al partido en un aprieto. La hemeroteca está plagada de críticas a los socialistas cuando Pedro Sánchez intentó buscar apoyos en estas fuerzas hace cinco meses, cuando se presentó a la investidura. Además de las críticas, los conservadores aireaban el rumor de que tras estas conversaciones estaba la posibilidad de hacer cesiones a los nacionalistas. Donde hace unos meses veían gestos reprochables, ahora no ven tal cosa. Es más, en el partido que ostenta el Gobierno en funciones alababan este martes el "pragmatismo" de PNV y CDC.

En este sentido, interpretaban que se habían acercado al PP porque sólo ellos tenían en su mano, para el PNV, la llave de entrada a la Mesa de la Cámara alta y la del grupo en el Congreso para CDC. Y advertían: "Ellos [los nacionalistas] saben que hay cuestiones como la unidad de España o determinados términos que en el PP no vamos a explorar nunca", mantiene un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular.

En el PP mantienen también que estas conversaciones con los nacionalistas son la prueba de que Rajoy está hablando con todos y que, como le reclamó Sánchez, está explorando todas las opciones con los partidos de derechas. Pero también pueden ser la prueba, subrayan, de que o hay acuerdo con Ciudadanos o PSOE, aunque sea para permitir un Gobierno en minoría, o la posibilidad de unas terceras elecciones no es remota.

El PSOE está aprovechando la abstención de PNV y CDC para que Pastor sea presidenta para agitar una alianza entre Rajoy y los nacionalistas, pero los socialistas son conscientes de que es complicado que estos vayan a facilitar un Gobierno de Mariano Rajoy, aunque desde las elecciones han insistido en que el PP debe pactar con las fuerzas afines ideológicamente, en referencia precisamente a PNV y CDC.

En el País Vasco habrá elecciones en otoño y el PNV no parece dispuesto a arriesgar poniendo en bandeja a sus rivales políticos la crítica de haber sido clave para mantener a Rajoy. En el caso de CDC, la pretendida independencia de Cataluña y el choque permanente entre Gobierno y Generalitat de la pasada legislatura también lo hacen muy difícil.

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En el PP señalan que Rajoy está obligado esta vez a aceptar el encargo, pero el presidente en funciones advirtió de que sólo se someterá a una sesión de investidura si tiene el panorama despejado. 

Por su parte, Pedro Sánchez parece decidido a que el líder del PP pase por el mismo trámite que él pasó: dos votaciones sin apoyo.