Rajoy seguirá “intentándolo” tras el fracaso de sus citas con PSOE y C's

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, culminó este miércoles su ronda de contactos con los que considera sus socios preferentes de cara a una investidura con una reunión con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Y, al igual que ocurrió el día anterior tras un encuentro con Pedro Sánchez (PSOE), constató que está solo. Transcurrido un mes de las elecciones y una semana después de haber recibido el encargo del rey de formar Gobierno, su único apoyo siguen siendo los 137 diputados que el Partido Popular Partido Popular obtuvo el 26J. Pero Rajoy, dijo, seguirá "intentándolo".

Así lo comunicó en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados tras reunirse durante poco más de una hora con Rivera. El clima de la cita fue bueno, según admitieron ambos. Pero no se avanzó nada de cara a la investidura. Sí se acordó,en cambio, que ambos líderes hablen sobre cuatro temas en cuya importancia, según Rajoy, coincidieron: objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública, techo de gasto, medidas para cumplir la nueva senda de déficit de Europa y Presupuestos Generales del Estado para 2017.

El Gobierno sigue insistiendo en que es preciso que estos temas estén cerrados a finales de septiembre y en que el 15 de octubre la Comisión Europea tendría que tener en sus manos el informe sobre el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por España. Estos plazos, dijo Rajoy, también los contempla Rivera.

Además, avanzó que PP y Ciudadanos, e invitarán el resto de fuerzas, fijarán una posición común para hacer frente al desafío independentista. "Queremos contar con todos, pero de manera muy particular con el PSOE", señaló.

"Hoy hemos dado un primer paso.

Y sabe usted [dijo a una periodista] que la más larga caminata comienza siempre con un primer paso. Nadie ha dicho que esto iba a ser ni fácil ni rápido. Ya me gustaría a mí...", señaló.

Como ya hizo el día anterior, Rajoy subrayó que, sin algún tipo de compromiso del PSOE, no habrá Gobierno y EspañaGobierno caminará hacia unas terceras elecciones. Pero también trasladó presión al partido de Rivera al sostener que "sin compromiso de Ciudadanos, no habrá estabilidad para gobernar". Lo repitió en otra ocasión: "España necesita un Gobierno y un Gobierno estable. Creo que la aportación del señor Rivera y de su partido es imprescindible a estos efectos".

Rajoy entregó a Sánchez tres documentos. El primero, con el esquema de trabajo para la negociación; el segundo, con los grupos de trabajo que propone y el tercero con las coincidencias PP-PSOE-Ciudadanos.

La idea del PP sigue siendo convencer a Rivera para que su partido vire al 'sí' y que este gesto provoque un movimiento en el PSOE hacia la abstención. En este contexto, ofreció a Ciudadanos una negociación "abierta y sin límites" y dejó claro que empezará por hablar con Rivera del techo de gasto y de los Presupuestos Generales del Estado para 2017, con la esperanza de que avancen hacia un entendimiento más amplio de cara a una investidura.

Dudas sobre la investidura

Sobre el debate de investidura, siguió alimentando las dudas respecto a cuál va a ser su postura. "Lo que no tiene sentido y que no es urgente es que haya un debate de investidura. Lo necesario es que haya una persona investida. Hacer un debate de investidura el 2 o el 3 de agosto [en las actuales condiciones] es algo que no tiene ningún sentido [...] Lo urgente no es hacer un debate, lo urgente es hacer un Gobierno", zanjó su comparecencia. Minutos antes había señalado que su primer objetivo sigue siendo que no se repitan las elecciones por tercera vez. "No pretendo ir a un debate de investidura para hacer un discurso que sería el primero de una campaña electoral. A partir de ahí, no doy nada por supuesto".

Rajoy abandonó el Congreso de los Diputados rumbo a Génova, 13, donde a las 12.00 había convocado al Comité de Dirección de su partido para trasladarles sus impresiones tras la ronda de reuniones con Ciudadanos y el PSOE. Ya por la tarde, mantendrá su habitual despacho semanal con Felipe VI, un encuentro que en esta ocasión escapa de lo rutinario al producirse una semana después de que le encargara formar Gobierno.