Violencia machista

Por qué la opinión pública no percibe la violencia machista como un gran problema

Por qué la opinión pública no percibe la violencia machista como un gran problema

La expresión última de la violencia contra las mujeres, el feminicidio, ha dejado en lo que va de año un total de 28 víctimas. Pero no sólo los asesinatos de corte machista, sino otras formas de violencia como el acoso, las violaciones o la discriminación por motivos de género, están aparentemente a la orden del día a través de medios de comunicación y propuestas políticas de todas las ideologías. Sin embargo, en la práctica la violencia contra las mujeres se encuentra estancada a la cola entre los principales problemas percibidos por los ciudadanos.

La encuesta hecha pública el pasado lunes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela que sólo un 0,6% de la población percibe la violencia contra las mujeres como el principal problema en España. El 0,2% lo entiende como el segundo problema más importante, y el 0,3% como el tercero.

Los resultados de la encuesta sitúan a la lacra de la violencia machista como uno de los problemas que menos inquietud genera entre la ciudadanía, pese a las cifras que evidencian la urgencia de herramientas para combatir este tipo de agresión sistémica.

Diversas expertas en cuestiones de género consultadas por infoLibre analizan los resultados de la encuesta y sugieren las posibles medidas necesarias para allanar el camino hacia una mayor concienciación.

Un problema público y político

Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, recalca que el dato "no es nuevo", sino que ronda "aproximadamente las mismas cifras" cada año. Aunque no lo valora como positivo, deja espacio para un ápice de optimismo: "No se ha caído del listado, y los primeros temas son problemas de carácter muy general, como el desempleo o la economía. La violencia de género ha perdido posiciones pero sigue estando ahí".

Se refiere, asimismo, a las variaciones percibidas en el ránking, y subraya que "en los momentos en los que ha habido mayor actividad de carácter institucional o legislativa, como la aprobación de la ley de violencia de género, la cifra experimenta algunos picos", lo cual le lleva a interpretar que "cuando hay un esfuerzo institucional de sensibilización y trabajo es cuando la sociedad reacciona". A juicio de Soleto, cuanta más información, "no sólo sobre los casos de violencia de género, sino también sobre cómo combatirla", habrá una mayor reacción que generará una opinión de rechazo y condena.

La abogada y activista Violeta Assiego lamenta que, en la actualidad, "las cifras no impactan a la población". Por ello, añade, "en la medida en que este no sea un problema público que asuman los agentes sociales, tampoco va a ser una preocupación para la gente", que únicamente lo percibirá como tal "cuando le afecte de una manera personal". Al otro lado de la balanza, cuestiones como la economía, la sanidad, la educación o la corrupción política "son considerados problemas de todos, problemas que afectan al país", destaca la experta, quien a su vez sostiene que "la gente sigue sin entender la esfera".

Nina Infante, vicepresidenta del Foro Feminista de Castilla y León, sostiene que el machismo esté "tan incrustado en la población, que no se entiende como un problema". Infante se refiere no únicamente a "la parte última" del fenómeno, que atribuye a los asesinatos, sino a "todo lo demás que lo rodea: los chistes, expresiones, actitudes en el deporte, en la sanidad o en la política", que a menudo no son entendidos como problemas reales, denuncia.

Trabajo institucional y medidas educativas

Como parte de la solución, Violeta Assiego reclama una mayor dedicación en "políticas públicas que vayan más allá de la víctima". Asimismo, asegura que el hecho de no visibilizar el problema a través de "encuestas como el CIS, portadas o discursos políticos", contribuye a agravar la situación real del problema, y además tiene influencia en la paralización de las políticas enfocadas a buscar soluciones. En este sentido, la letrada pone como ejemplo estancamiento la Ley de la Infancia y la Adolescencia, que en el 2015 comenzó a contemplar a los menores expuestos a violencia de género como víctimas. "Sin embargo, una vez su madre es asesinada" la norma no hace efectivo un cambio en las acciones enfocadas a la protección de los menores: "Sí existen políticas relacionadas con la violencia de género durante todo el procedimiento, pero cuando se quedan huérfanos quedan en la misma situación que el resto de menores, de modo que están siendo desprotegidos", apunta.

Además del cambio de perspectiva en las políticas públicas, Assiego enfatiza en la importancia de un mayor trabajo en el ámbito educativo. En opinión de la activista, "invertir en educación formal y no formal es clave". Respecto al ámbito educativo a nivel de institutos y colegios, la abogada subraya lo fundamental de hacer pedagogía para educar sobre "tratamientos machistas, micromachismos y sistemas de dominación de hombres sobre mujeres". En cuanto a la educación no formal, apuesta por "un código ético y unas reglas periodísticas para cuidar el tratamiento, porque hoy en día los medios y la publicidad son clave a consecuencia de los mensajes que lanzan", concluye.

Para Infante resulta evidente que "no está calando prácticamente nada lo que es en el fondo la esencia de la igualdad", que debería ser inculcada desde "la más tierna infancia". El problema, sostiene la experta, es que "ya tenemos normativas, pero luego no hay aplicación". 

El 62% de los universitarios han vivido situaciones de violencia machista o las conocen

El 62% de los universitarios han vivido situaciones de violencia machista o las conocen

"Falta formación permanente y transversal, tanto en los ayuntamientos como en las comunidades autónomas, y a nivel estatal", continúa Infante, quien por otro lado no olvida la necesidad de visibilizar los problemas derivados del machismo y la brecha de género, lacras que a su juicio subyacen "en las estructuras", de modo que un cambio "además de mudar las cosas, cala en las conciencias de las personas". Considera fundamental contribuir a través de instituciones y medios de comunicación a visibilidad esta realidad, porque, remacha, "cuando se oculta se está siendo cómplice".

Marisa Soleto, por su parte, apuesta por campañas de sensibilización "para explicar que esto es un delito, y como tal hay que erradicarlo". Considera esencial "explicar adecuadamente cuáles son los términos, sin caer en la justificación, y aclarar falsas atribuciones para que la gente pueda identificar de que estamos hablando".

Finalmente, alude a un al avance de los compromisos puestos en marcha en la legislación en torno al Convenio de Estambul, que profundiza en cuestiones como la protección de los menores o la trata. "Todo esto debe seguir siendo contenido institucional para la puesta en marcha de campañas de sensibilización", insiste, "que son fundamentales a todos los niveles".

Más sobre este tema
stats