El debate de investidura

Rajoy lee un discurso desganado

Rajoy se presenta ante el Congreso con un discurso de perdedor

El Mariano Rajoy de este debate de investidura, al menos en lo visto y escuchado este martes, dista mucho del Mariano Rajoy que se presentó a la Cámara cuando el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, se sometió al mismo trámite tras las generales del 20 de diciembre. Evidentemente, los contextos son diferentes: ahora es el jefe de los conservadores el que busca ser investido presidente del Gobierno. Pero tanto en la oposición como muchos de los suyos coinciden en que su tono destiló sensación de derrota. De pesimismo. "Llega sin apoyos, es verdad. Pero ya que ha dado este paso es mejor afrontarlo de cara. Seguro que este miércoles en la réplica se crece. Ahí veremos al mejor Rajoy", valoraba un diputado conservador.

Si hace unos meses Rajoy llegó al Congreso para sacudir con saña a Pedro Sánchez por lo que él consideraba una "irresponsabilidad", la de acudir a las Cortes sin apoyos, este martes, en su discurso [aquí, en PDF], no se atrevió a ir directamente contra el líder del PSOE. Optó por un discurso plano, sin emoción en ningún sentido. Porque del mismo modo que evitó sacudir a Sánchez evitó también atenciones especiales a Ciudadanos y Coalición Canaria, las fuerzas que hacen posible que se presente a la investidura con el apoyo de 170 parlamentarios. 

A ojos de la oposición, uno de los motivos por los que Rajoy trazó un discurso tan frío y distante es el de que el viernes, en la segunda votación, saldrá derrotado. Parte de las críticas más duras le llegaron precisamente desde Ciudadanos, formación con la que el domingo selló un pacto para la investidura. "Si no se pone la voluntad, la energía, ni la fe necesarias para que te invistan a ti mismo, no se la van a poder poner los demás", se lamentó el portavoz parlamentario de la formación naranja, Juan Carlos Girauta, tras escuchar al líder del Partido Popular.

"¿De verdad Mariano Rajoy quiere ser investido presidente?", se preguntó Miguel Gutiérrez, secretario general del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en su cuenta de Twitter. Previamente habían escuchado al presidente del Gobierno en funciones que él no ve otro escenario posible que el de seguir en La Moncloa. "Sin acuerdo, ni siquiera será posible evitar nuevas elecciones", sentenció. Pero no se le escucharon apelaciones directas a Sánchez ni al PSOE para la abstención.

"Ha hecho lo que tocaba"

En el entorno del presidente del Gobierno cruzan los dedos para que el más que posible fracaso de Rajoy en la votación de este miércoles, y en la del viernes, no minen el estado de ánimo del PP. Por ello, tras el discurso de investidura, desde el equipo del líder del PP se afanaban en justificar su tono defendiendo que es lo que tocaba. Que en el discurso de investidura tradicionalmente los candidatos presentan su programa de Gobierno y sus ofertas a sus posibles socios, bien de cara a este debate o de cara a la legislatura.

Las mismas fuentes sostenían que Rajoy, al que le faltan apoyos para ser investido, intentó hacer un discurso conciliador, poco agresivo con el resto de fuerzas parlamentarias. Sin alusiones directas a Pedro Sánchez (PSOE). Lo que, subrayan, no fue inconveniente para que sus planteamientos fuesen "firmes". El cuerpo a cuerpo y las alusiones directas quedan reservadas, según aseguraban en su equipo, a los próximos días. Será en ese momento cuando Rajoy pueda enfrentarse dialécticamente a sus rivales en las réplicas. 

"El jefe es un excelente parlamentario que se crece en el debate. Todo lo que tenga que responder a Pedro Sánchez y al resto de dirigentes políticos lo responderá", mantiene un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular en conversación con infoLibre.

A micrófono abierto, el encargado de reaccionar al discurso de su jefe fue el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando. Intentando desinflar las críticas de la oposición, defendió que el mensaje había sido "sólido, brillante y coherente con los compromisos" que el PP había adoptado con los electores y con los "acuerdos firmados antes de las elecciones con Unión del Pueblo Navarro (UPN), Foro Asturias y Partido Aragonesista, y estos últimos días con Ciudadanos y Coalición Canaria".

"Ha sido un discurso para que no haya nuevas elecciones, para que los problemas de los ciudadanos tengan solución", añadió Hernando.

La corrupción... de puntillas

Mucho tendrá que responder Rajoy este miércoles sobre los escándalos de corrupción que afectan a su partido. En el PP asumen que va a ser el tema estrella. Pero es un asunto que evitó en su discurso de forma concreta. Optó por hablar de corrupción y de regeneración de forma genérica.

"La corrupción se persigue hoy más que nunca, y los castigos son los más elevados que se han conocido. En España, hoy, no queda ningún resquicio para la impunidad. Nuestro país es más transparente, disponemos de controles más férreos sobre la financiación de los partidos políticos, nuevos requisitos para los altos cargos, y hemos puesto en marcha mecanismos para recuperar hasta el último euro robado por los corruptos", sacó pecho el líder de los conservadores.

Acto seguido, Rajoy señaló que en esta materia "la tarea nunca se puede dar por concluida". "Por eso, hemos incorporado en el acuerdo de investidura con Ciudadanos un conjunto de medidas que vienen a reforzar aún más la exigencia y la ejemplaridad en la vida pública", añadió. "La lucha por la regeneración debe ser un objetivo que nos vincule a todos y contenga compromisos concretos, como la negativa a conceder indultos a los condenados por corrupción, de la misma manera que no se conceden tampoco a los delitos de violencia doméstica o terrorismo".

Además, sumó a estos compromisos otros tres puntos más. Uno: una regulación de los lobbies "que salvaguarde la defensa del interés público en todo momento, por encima de cualquier otra consideración". Dos: "Reforzar la prevención frente a la corrupción en la contratación pública y en la concesión de subvenciones. Y tres: "Un mayor control y obligaciones de transparencia en los partidos políticos". 

Llamada a la responsabilidad

Como ya había hecho el día anterior tras reunirse con Pedro Sánchez, Rajoy recalcó que, a su juicio, desbloquear la situación política no es sinónimo de apoyar una opción política determinada. En este caso, la que él representa. "Obviamente debe haber una oposición, porque alguien debe controlar al gobierno, pero eso pasa porque haya gobierno. Como éste no vendrá solo, es evidente que, o colaboramos para crearlo, o no podrá haber ni gobierno ni oposición", sostuvo.

Acto seguido, se dirigió a la totalidad de la Cámara. Pero a nadie le pasó inadvertido que a quienes apelaba era a los socialistas: "Señorías, estamos en una situación excepcional y lo importante es que sepamos afrontarla con esa responsabilidad y ese interés por el servicio a los españoles del que todos los presentes hacemos gala", solemnizó.

Los próximos pasos

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El miércoles será el turno del resto de formaciones y de la votación. Rajoy y los suyos esperan que, salvo Ciudadanos y Coalición Canaria, fuerzas con las que ha sellado sendos pactos para la investidura, el resto de partidos políticos sacudirá con dureza a Rajoy, sobre todo a cuenta de los escándalos de corrupción. Será el “todos contra el PP” del que los conservadores y su líder querían huir a toda costa, máxime cuando el resultado de este primer pleno de investidura va a ser un 'no' a Rajoy. Los 170 escaños que tiene amarrados distan de los 176 en los que está ubicada la mayoría absoluta de la Cámara.

El miércoles, tras los discursos de los representantes del resto de partidos y las correspondientes réplicas, se producirá la primera votación. Salvo sorpresas, Rajoy volverá el viernes, 48 horas después, a someterse de nuevo al criterio de los parlamentarios. Ya no necesita mayoría absoluta, pero, a día de hoy, las cuentas tampoco le salen. Tiene 170 votos a favor y 180, en contra.

Con este primer pleno de investidura se activa el llamado “reloj de la democracia”. Si en dos meses ningún candidato logra ser investido presidente del Gobierno, las Cortes serán disueltas automáticamente y se convocarán de nuevo otras elecciones. Serían las terceras en un año.

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