Rajoy esquiva la corrupción “porque no aporta nada a este debate”

El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, recibió una buena tanda de bofetadas dialécticasbofetadas dialécticasde Pedro Sánchez en el Congreso. Y su respuesta fue tirar de ironía y de un tono burlón para responder a un duro discurso que, a tenor de su actitud, le había dolido. Y mucho.

"Ya he entendido todas las partes del no; así que tranquilícese", le espetó nada más subir a la tribuna. Desde el minuto uno Rajoy se encargaba de ubicar al socialista como el principal culpable de que España pueda tener que volver a convocar unas elecciones en dos meses.

El jefe de los conservadores intentó desarmar las palabras de su rival, que había usado como hilo conductor su discurso de cuando el candidato a la investidura era él señalando que sus palabras habían estado desfadadas. En este sentido, sostuvo que mientras Sánchez ha llevado al PSOE a los peores resultados de la historia, el PP ha mejorado su marca el 26J respecto al 20D.

El jefe de los conservadores, sin abandonar la ironía, mantuvo que no creía que Albert Rivera y él vayan a pasar a a historia por el pacto que firmaron el domingo. Pero sí dijo estar convencido de que su interlocutor, Sánchez, iba a pasar a la historia por llevar a España a unas terceras elecciones en un solo año.

Sin alternativa

Rajoy se quejó de que Sánchez, pese a haber asegurado que no quiere que haya terceras elecciones, no ofrece más alternativa que la de criticar todos sus movimientos. En este sentido, se mostró convencido de que el socialista hubiese criticado la fecha elegida para este debate de investidura de todos modos, independientemente de que la fecha de las elecciones fuese a ser el 25 de diciembre, como ocurre ahora, y otra.

En materia de corrupción, Rajoy optó, como el día anterior por pasar de puntillas. Recurrió al típico argumentario conservador que apunta a que todos los partidos tienen este tipo de casos en sus filas y sacó pecho de las medidas tomadas por el PP en la X Legislatura. Ventiló el tema en un par de minutos de nuevo. Peor que la corrupción, dijo, "es no hacer nada contra ella".

Después, en la réplica, justificaría su escasa atención a estos escándalos: "No voy a entrar en datos, casos, financiaciones irregulares... aunque podría. Creo que no aporta nada a este debate".

Rajoy fue muy insistente en todos sus turnos de palabra en que había comprendido perfectamente que no puede contar con el PSOE. Pero igual de insistente fue en pedir que se rompa el "bloqueo". "No le pido que me otorgue su confianza. Le pido que dé usted una salida. Le pido que se abstenga, no le pido que comparta nada con el PP", cerró el jefe de los conservadores su última réplica a Sánchez.

Contraste de intervenciones

Sólo 24 horas antes, Rajoy había leído desde la tribuna del Congreso de los Diputados un discurso desapasionado en el que sólo se le vio algo suelto cuando abordó la situación en Cataluña. 

Rajoy lee un discurso desganado

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Este miércoles, salvo sorpresa mayúscula, Rajoy saldrá derrotado en la primera de las votaciones de la sesión de investidura. Necesita 176 escaños, mayoría absoluta. Y sólo cuenta con el voto de sus 137 diputados, los 32 de Ciudadanos y el de Ana Oramas (Coalición Canaria).

Cuarenta y ocho horas después, el viernes, toca una segunda votación en la que le bastaría con mayoría simple. De momento, no tiene amarrados más apoyos que esos 170 votos.

De todos modos, con esta sesión de investidura algo se mueve. Si en dos meses no hay candidato investido, las Cortes serán disueltas y se convocarán elecciones. En principio, esto ocurriría el 25 de diciembre.