El futuro del PSOE

Sánchez amaga con alterar el calendario del congreso y los críticos le acusan de una “huida hacia adelante”

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto a la candidata socialista a lehendakari, Idoia Mendia.

La olla a presión en la que se ha convertido el PSOE en los últimos tiempos se disparó al máximo este jueves al filtrarse –la información fue avanzada por Colpisa– que Pedro Sánchez planea convocar el congreso del partido pendiente desde hace meses para el mes de diciembre y apurar los plazos para permitir la celebración de una votación exprés del secretario general por parte de los militantes el día 23 de octubre.

Fuentes cercanas al líder socialista consultadas por infoLibre declinan confirmar o desmentir este calendario, si bien insisten en que "no se puede mantener permanentemente el ruido interno contra el secretario general". "Si alguien quiere dar el paso e ir a por el liderazgo del partido, tiene la vía abierta para hacerlo", señala este dirigente, que llama también a acabar con las "amenazas de amotinamiento". De ahí que se pueda interpretar este golpe de la dirección socialista como un intento de frenar la rebelión interna. 

El amago de Ferraz de alterar el calendario del congreso ha suscitado de inmediato la reacción de las federaciones críticas, que consideran ese paso como algo "inaudito" y casi una "provocación". De hecho, interpretan esta estrategia de Sánchez como una "huida hacia adelante" que le permita perpetuarse en la secretaría general. Algunas federaciones se enteraron de la operación el miércoles por la tarde, cuando supieron que la dirección había solicitado a los servicios jurídicos del partido un informe sobre el posible cambio de calendario. 

La celebración del próximo congreso del partido, en el que la militancia socialista deberá elegir a su secretario general para los próximos cuatro años, es una cuestión que aunque en público había estado aparcada hasta el momento, sí ha condicionado en los últimos meses los planteamientos de los dirigentes. El mandato de Sánchez, de hecho, está caducado desde el pasado febrero.

Según los estatutos el congreso del PSOE tendría que haberse celebrado a más tardar en febrero de 2016 pero, por distintas razones, se fue aplazando. Finalmente, el Comité Federal del 2 de abril de 2016 acordó postergarlo sine die hasta que hubiera Gobierno. De ahí que los críticos afeen ahora a Sánchez que dinamite el "ejercicio de responsabilidad" que asumió el Comité Federal de no abrir el melón del liderazgo interno del partido hasta que no estuviera resuelta la gobernabilidad del país. 

A priori, una convocatoria del congreso en diciembre sería beneficiosa para Sánchez porque, con un margen tan escaso de tiempo, dificulta la creación de una candidatura alternativa con opciones de disputarle el liderazgo. Sánchez dirige el partido desde julio de 2014, cuando fue elegido tras una consulta directa por el voto de la militancia. El mal resultado del PSOE en las europeas de mayo de ese año precipitó la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba y el partido optó por elegir al sustituto en primarias.

La consulta del 23 de octubre 

La estrategia de la votación exprés del secretario general también evoca el compromiso expresado por Sánchez el pasado enero de que sometería a la militancia cualquier posible acuerdo para llegar a la Moncloa. En aquel momento la dirección del PSOE ideó esa herramienta para hacer frente a las reticencias de los barones a un posible pacto con Podemos después de que Sánchez levantara ciertas suspicacias al asegurar tras las elecciones del 20D que tendería la mano "a izquierda y derecha". Al final, la única fuerza con la que pactó el PSOE fue Ciudadanos y ese fue el acuerdo que se sometió al voto de los militantes.

Ahora, fuentes de los sectores contrarios a Sánchez no descartan que la actual dirección apueste por celebrar ese 23 de octubre una "doble consulta": sobre el liderazgo del partido y sobre el posible acuerdo para pilotar un Gobierno alternativo. La idea no parece impracticable, pues el periodo de dos meses que marca la Constitución hasta la convocatoria de nuevas elecciones empezó a correr tras el fallido intento de investidura de Rajoy y ese plazo para otros intentos de investidura concluye el 31 de octubre. En Ferraz, sin embargo, niegan que se esté manejando la posibilidad de abordar la formación de Gobierno entre el 23 y el 31 de octubre. 

Los desafectos a Sánchez, entre los que se incluyen muchos de los dirigentes que apoyaron su candidatura en 2014, interpretan también estos movimientos de la actual dirección socialista como un intento del secretario general de "desviar la atención" respecto a los resultados de las elecciones autonómicas que este domingo se celebran en Galicia y en el País Vasco y donde las encuestas no vaticinan buenos resultados para los socialistas. 

Por otro lado, este miércoles el PSOE anunció que el Comité Federal que venían reclamando con insistencia los contrarios a Sánchez se celebrará finalmente el 1 de octubre, el primer sábado tras las elecciones gallegas y vascas, que es la opción que defendían la mayoría de barones críticos. La cuestión es que ese órgano será convocado el próximo lunes por la comisión permanente del partido, donde los miembros afines a Sánchez son mayoría; y no por la ejecutiva en pleno, donde hay más voces discrepantes. Ese gesto ha sido interpretado como una muestra de "desconfianza" o de "debilidad" de Sánchez hacia los órganos del partido.

Contactos para un Gobierno alternativo 

Aunque rehúsen dar más detalles sobre este nuevo calendario congresual, en el entorno de Sánchez señalan que, en cualquier caso, este planteamiento no sería incompatible con la propuesta de intentar un Gobierno alternativo que saque a Mariano Rajoy de la Moncloa. infoLibre avanzó este jueves que el PSOE y Podemos están negociando un acuerdo en este sentido sobre la base de las dos propuestas de pacto que la coalición valenciana Compromís presentó a ambas formaciones tras las citas electorales del 20D y del 26J. Oficialmente, esa negociación ha sido negada tajantemente por miembros de la dirección de Podemos, que además se muestran escépticos acerca de los movimientos de Sánchez. "Su prioridad es su supervivencia al frente del PSOE, y en esa clave hay que interpretar todos los gestos que está haciendo", sostiene una fuente cercana a Pablo Iglesias.

Al acabar el mitin de Pedro Sánchez en Bilbao en la mañana de este jueves, desde la dirección socialista trasladaron a los periodistas que siguen la campaña que el secretario general comunicará en el Comité Federal –el máximo órgano entre congresos– convocado para el próximo 1 de octubre su voluntad de explorar la posibilidad de intentar conformar un Gobierno alternativo. Tal y como publica este viernes infoLibre, Compromís propondrá a PSOE y Unidos Podemos una mesa a tres después del 25S. 

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En la posibilidad de explorar esos acuerdos también tendrá consecuencias el conflicto entre las dos formas de entender qué estrategia tiene que seguir Podemos y que Iglesias y su número dos, Iñigo Errejón, mostraron el pasado martes en Twitter: seguir "dando miedo" al poder, apuesta de Iglesias, o "seducir" a quienes aún no confían en el partido morado, según Errejón. En el sector de este último son más optimistas sobre posibles pactos con el PSOE.

De hecho, fuentes de la formación morada admiten que mientras Iglesias sigue siendo partidario de poner como condición a ese hipotético acuerdo con el PSOE un Gobierno de coalición aunque "con menos exigencias" que las planteadas tras el 20D, los afines a Errejón y también al secretario de Organización, Pablo Echenique, estarían dispuestos a aceptar un Gobierno a la aragonesa, es decir, apoyando al PSOE pero desde fuera. Cualquier acuerdo, no obstante, sería sometido a la decisión de las bases de la formación morada. 

Los contactos entre el PSOE y Podemos se establecieron en cuatro niveles. Los líderes de ambas formaciones, Sánchez e Iglesias, se comunicaron por teléfono la semana pasada y tenían prevista una reunión que finalmente fue suspendida por Sánchez. Por otro lado, también mantiene un cauce abierto el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, con Iñigo Errejón. La tercera de esas vías es la abierta entre los jefes de gabinete de ambos secretarios generales: Irene Montero, por parte de Iglesias, y Juan Manuel Serrano, por la de Sánchez. El cuarto y último canal es el que exploran Pablo Echenique, que además de secretario de Organización lidera Podemos en Aragón, y la diputada del PSOE por Zaragoza Susana Sumelzo, a quienes une su conocimiento del acuerdo que hizo al socialista Javier Lambán presidente de la comunidad aragonesa. Desde ambas formaciones se asegura que en las últimas dos semanas, con todos los focos puestos en la campaña electoral del 25S, las conversaciones han sido "prácticamente inexistentes".

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