Corrupción

El equipo de Rato en Bankia adjudicó una gran obra al diputado del PP que luego dimitió para no publicar sus bienes

El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato (i), a su llegada a los Juzgados de Plaza Castilla para declarar ante el juez de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal.

Una de las empresas del diputado autonómico del PP madrileño que en octubre de 2015 dimitió para no verse obligado a publicar su declaración de bienes, José Cabrera Orellana, fue contratada en 2012 por Bankia para acometer la reforma de uno de sus edificios principales. Así lo acreditan los documentos a que ha tenido acceso infoLibre y lo han confirmado fuentes oficiales de Bankia.

Aprobada por el equipo que entonces todavía dirigía Rodrigo Rato, que es vecino de Cabrera en el municipio madrileño de Carabaña, la obra fue encomendada el 25 de abril de aquel año a Under Construcciones y Obras SL. Fuentes conocedoras de aquel episodio cuantifican la adjudicación en no menos de 600.000 euros. Ni los portavoces oficiales del banco ni el exparlamentario madrileño del PP han accedido a verificar ese dato. 

Uno de los informes de Hacienda incorporados a la causa donde un juez de Madrid investiga a Rato por graves delitos de corrupción desvela que la empresa Kradonara 2001 SL, la misma que supuestamente habría utilizado el exvicepresidente del Gobierno para blanquear dinero, pagó a Under Construcciones 171.828 euros entre 2011 y 2013.

Fechado en julio de 2015, el informe de la Agencia Tributaria sostiene que los pagos de Kradonara obedecían a que Under Construcciones estaba “posiblemente realizando obras” en un chalet adquirido por Rato en la localidad asturiana de Cabueñes. Ni Cabrera Orellana ni Rato han accedido a confirmar o desmentir ese extremo. 

Del monto total satisfecho por Kradonara 2001 SL a Under Construcciones SL, 78.381 euros le fueron abonados en 2012, el mismo año en que Bankia encargó a la empresa de Cabrera Orellana la adaptación de su centro de datos informáticos a la normativa antiincendios. Se trata de un edificio de casi 70.000 metros cuadrados ubicado en la localidad madrileña de Las Rozas.

Cabrera Orellana no solo era entonces diputado autonómico del PP. También ocupaba todavía, e igualmente bajo la presidencia de Rodrigo Rato, el cargo de consejero general de la asamblea de Caja Madrid, una de las siete entidades de ahorro cuya fusión originó el nacimiento de Bankia. Y había sido asimismo consejero de RTVE. Rato dimitió como presidente de Bankia el 7 de mayo de 2012 tras hacerse pública la entrada en escena del FROB. Y se mantuvo al frente Caja Madrid hasta noviembre de ese mismo año.

Bankia se ha limitado a confirmar que la adjudicación a Under Construcciones de la reforma del centro de datos fue aprobada el 25 de abril de 2012 por el comité de medios de la entidad tras un “concurso” en el que se eligió “la mejor oferta”. Y que la obra perseguía en efecto adaptar a la normativa antiincendios el centro de proceso de datos. El banco no ha desvelado cuáles fueron las otras ofertas recibidas y qué empresas las formularon. Bankia, recalcan sus portavoces, nunca se pronuncia sobre asuntos sub iudice.

La entidad ha rehusado ratificar si ha entregado ya documentos sobre las contrataciones de Bankia con Under Construcciones al juez que investiga a Rato. La relación entre el banco y esa sociedad emergió en los interrogatorios a los que la Guardia Civil sometió en calidad de testigos a distintos altos cargos de Bankia.

En una conversación telefónica con este diario, el exdiputado Cabrera Orellana se negó a confirmar, desmentir o matizar ninguno de los datos que infoLibre le fue exponiendo para recabar su versión. Dueño de sociedades que facturaban más de seis millones al año en el momento de su dimisión como diputado, según el diario El País, Cabrera considera que no debe dar explicaciones a los medios de comunicación sobre las actividades empresariales que desarrollaba mientras ocupaba un cargo público y otro en el órgano de gobierno de Caja Madrid.

En 2012, Caja Madrid ya no operaba en el mercado financiero pero seguía existiendo también con Rodrigo Rato como máximo responsable. La Asamblea General se disolvió en noviembre de aquel año, cuando la caja pasó a convertirse en fundación especial.

En su conversación con infoLibre, Cabrera reiteró que solo ofrecerá explicaciones si se las pide “la Policía, Hacienda o un juez”. Y eso –remachó- nunca ha sucedido. El exdiputado defendió su trayectoria como la de un hombre honesto que ha forjado su patrimonio personal a base de trabajo. Y se reservó acciones legales si su honor se ve dañado.

Cuando dimitió el 15 de octubre de 2015, el grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid expresó públicamente su sospecha de que Cabrera se marchaba para no verse forzado a desvelar que había compartido patrimonio inmobiliario con Rato en Carabaña. El exdiputado tampoco ha accedido a confirmar o desmentir si en algún momento ha tenido negocios o bienes en común con el antiguo presidente de Bankia.

En 2012, Ecologistas en Acción desveló que Rato y Cabrera poseen en Carabaña fincas contiguas junto al río Tajuña. Y sostuvo públicamente que ambos habían acometido obras ilegales que afectaron al cauce y al bosque de ribera localizado en ese tramo. Portavoces de la organización ecologista han confirmado a este diario que la denuncia pública no se vio acompañada de acciones judiciales.

Además de la reforma del centro de proceso de datos, otras fuentes aseguran que Under Construcciones ya había efectuado con anterioridad otras reformas de locales para Bankia, estas de rango menor. Y que en las Navidades de 2011, el equipo de Rato eligió como regalo corporativo unas minibotellas de aceite de oliva envasadas por otra empresa de Cabrera Orellana, Vega Carabaña SL. Cabrera Orellana tampoco accedió a desmentir ni a confirmar la veracidad de esos datos.

Este diario envió también un mensaje telefónico al expresidente de Bankia para recabar su versión sobre la obra adjudicada a Under Construcciones y la ya referida compra de minibotellas de aceite. Rato respondió en los siguientes términos: "Desconozco ese contrato". Lo dijoen referencia al adjudicado por Bankia a Under Construccionesp para la reforma del centro de datos. El exvicepresidente no quiso responder a ninguna otra pregunta.

De la relación personal entre Rodrigo Rato y José Cabrera ha trascendido poco hasta el momento. Paradójicamente, fue un antiguo dirigente del PP madrileño, Santiago de Munck Loyola, presidente del partido en Rivas-Vaciamadrid hasta 2003, quien arrojó a través de su blog luz sobre esa amistad una vez que Cabrera había abandonado ya el escaño.

De Munck escribió sobre Cabrera y Rato lo siguiente en su blog: “¿Cómo llegó Cabrera a ser diputado autonómico del Partido Popular? Pues gracias al molino de la casa de Rodrigo Rato en Carabaña”.

Instalado en Alicante desde 2003 y expulsado del PP en 2013 por exigir “ejemplaridad”, el expresidente del PP de Rivas-Vaciamadrid sustentó su afirmación con el siguiente relato: “En abril de 1994 Rodrigo Rato fue acusado por el alcalde de Carabaña, de Izquierda Unida, de haber desviado el agua del cauce del río Tajuña para llevarla al molino de su casa. Aparte de muchas críticas, Rodrigo Rato recibió el apoyo de un vecino de Vallecas y veraneante en Carabaña que formaba parte del movimiento asociativo de la localidad, José Cabrera. Y este respaldo tuvo premio. En 1996, José Cabrera, comercial de venta de baterías, votante de izquierdas, sin experiencia ni formación política y recién afiliado al Partido Popular fue nombrado, nada menos, que secretario de Pueblos del Partido Popular de Madrid”.

¿Poseía José Cabrera Orellana autorización de la Asamblea de Madrid para compatibilizar su escaño, al que accedió en 1999, con sus negocios privados? Ni siquiera ese es un dato público.

Fuentes oficiales de la Cámara regional madrileña dicen carecer de cualquier información al respecto porque las actas de la comisión del Estatuto del Diputado, encargada de aprobar las declaraciones de compatibilidad, eran secretas. Hasta la reforma de 2015 los parlamentarios autonómicos madrileños ni siquiera entregaban a la Asamblea su declaración de bienes para que fuese allí custodiada aun sin posibilidad de acceso público. Se limitaban a notificar en qué notaría la habían depositado y bajo qué número de protocolo.

El caso de Cabrera Orellana no es el único que pone sobre la mesa la cuestión de si Rodrigo Rato diferenció con claridad sus intereses y/o relaciones personales de aquellos a los que se debía como presidente de Bankia.

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La investigación judicial ha hecho aflorar dos datos de relevancia sobre ese cruce de intereses: el primero afecta a cómo Rato aprobó créditos y avales de casi 350 millones de euros para un grupo inmobiliario, Aedifica, donde él mismo participaba como accionista secreto. Aquella operación, ligada a los terrenos del Valencia CF, fue anulada por el equipo de José Ignacio Goirigolzarri: el dinero no llegó a salir de las arcas de Bankia. 

La segunda revelación de calibre en esa materia se refiere a cómo Bankia abonó 9,3 millones a Lazard por trabajos realizados durante la presidencia de Rato, que durante una etapa prestó servicios simultáneos para las dos entidades financieras. 

Las pesquisas han desvelado igualmente la envergadura de los pagos realizados por Bankia a quien había sido su cuñado, Santiago Alarcó.

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