Movimientos sociales

David contra Goliat: la lucha de los trabajadores de Coca-Cola

La lucha del David organizado contra el Goliat de los refrescos

"Teníamos el mejor convenio y las mejores condiciones. A pesar de eso, éramos los más productivos. El objetivo y fin último de esta nueva directiva era frenarlo y acabar con ello porque podría ser el espejo donde se podrían mirar el resto de trabajadores". "Se te viene el mundo abajo porque tú piensas que has entrado en una buena empresa, que tienes un futuro. (...) No puede haber crisis con esta marca. Todo el mundo bebe Coca-Cola". Son tan sólo dos ejemplos de las lapidarias frases recogidas en el documental Coca-Cola en lucha. Cuando David se enfrenta a Goliat, que este sábado se proyectó en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO y que inundó de emoción la sala durante los 47 minutos de duración

Los protagonistas de la cinta, un grupo de trabajadores de la planta de Fuenlabrada afectada por el ERE de 2014, pudieron verse reflejados en la pantalla grande desde sus respectivas butacas y recrear así los más de dos años de lucha contra una de las multinacionales más poderosas del mundo, Coca-Cola. El enfrentamiento de un David organizado contra un Goliat que consiguió en 2015 un beneficio neto atribuido de 7.351 millones de dólares (6.622 millones de euros). Pero también un combate sin cuartel que pone de manifiesto los estragos de una reforma laboral que está, como resume uno de los protagonistas, "diseñada para que este tipo de empresas (...) puedan hacer un ERE aunque tengan beneficios".

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"Es muy artesano y sin ningún tipo de productora o presupuesto detrás", señala en conversación con infoLibre Georgina Cisquella, directora del documental junto a Pere Joan Ventura, que hace ahora un año presentó en el festival de San Sebastián No estamos solos, un trabajo que retrata los movimientos sociales surgidos al calor del 15-M. No es la primera vez que ambos trabajan codo con codo. De hecho, en 2003 consiguieron el Premio a la mejor película documental en la XVII edición de los Goya con su obra El efecto Iguazú, una cinta que muestra la lucha de los 1.800 trabajadores de Sintel despedidos tras la venta de la empresa.

Diez años después de aquello, y con la noticia del ERE de Coca-Cola en los medios, periodista prejubilada y cineasta se embarcaron en un nuevo proyecto similar. "Pretendemos dar la voz a los trabajadores. [El documental] es bastante testimonial y emocional. Muestra la experiencia de vivir dos años pendientes de un conflicto", cuenta Cisquella. Empezaron a grabar con el comienzo de la huelga indefinida de los empleados y su marcha desde Fuenlabrada a Madrid. Tras esto, les han acompañado en el campamento que montaron a las puertas de la embotelladora –"un gabinete psicológico", como lo definen en la cinta–, en la Audiencia Nacional, en el Tribunal Supremo, en su entrada a la fábrica tras la reapertura en septiembre de 2015...

"Este documental hace que el tema permanezca incluso después de haber desaparecido de las noticias", completa la directora. Es, añade Cisquella, la lucha de "gente digna" que se atreve a defender su puesto de trabajo "plantando cara a las multinacionales". Personas que rechazan la fórmula "toma el dinero y corre" y alzan la voz contra las grandes marcas, que se benefician de una reforma laboral "que permite que empresas con grandes beneficios puedan hacer lo que quieran". Cuarenta y siete minutos de recuerdo, de lágrimas de alegría y tristeza, de enfrentamientos con la policía, de apoyo a los trabajadores de otras empresas que se encuentran en la misma situación. Cuarenta y siete minutos de "película activista".

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