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La situación en el PP

La continuidad de Cospedal y el debate sobre las primarias agitan el congreso del PP de febrero

La continuidad de Cospedal y el debate sobre las primarias agitan el futuro congreso del PP

El Partido Popular tenía pendiente desde principios de 2015 celebrar un congreso nacional. El último se había celebrado en febrero de 2012 y los estatutos actuales marcan que este tipo de cónclaves deben tener lugar cada tres años. Mariano Rajoy había justificado el retraso, primero, en la proximidad de unas elecciones generales y, después, en que no había un Gobierno con plenas funciones. Ahora que ya ha superado el debate de investidura y sigue en la Moncloa ha llegado el desbloqueo. La Junta Directiva Nacional del PP, celebrada este lunes, dio luz verde al XVIII Congreso Nacional del partido para los días 10, 11 y 12 de febrero. Se celebrará en Madrid. La Comisión Organizadora la liderará la presidenta del PP de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y estará presidido por Cristina Cifuentes en calidad de anfitriona al ser la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Como ocurrió en el XVII Congreso Nacional, celebrado en 2012 en Sevilla, Rajoy llega a este cónclave sin un sector crítico potente y organizado en frente. El presidente del Gobierno fue el candidato más votado el 20D, mejoró sus resultados el 26J y ha logrado ser investido. Podría disolver las Cortes en mayo para convocar elecciones en junio si se le complica la aprobación de los Presupuestos. Pero en su entorno creen que la legislatura no va a ser corta, que "hay Rajoy para rato". Que no hay que buscarle recambio todavía. En definitiva, que este cónclave no puede entenderse en clave sucesoria aunque el jefe de los conservadores podría dar algunas pistas oscilando la balanza hacia uno u otro sector.

La dirección nacional pretende que en esta cita se hable más de contenidos, de las políticas de un partido de Gobierno, que de nombres, de ahí que Rajoy mandara frenar en seco las especulaciones sobre el papel que jugará a partir de febrero la secretaria general y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Si nada cambia hasta el congreso, Génova va a conseguir este objetivo a medias: gran parte del foco va a estar puesto en el grado de renovación que el presidente imprima en su equipo. Y también en una cuestión de contenido, muy polémica, con la que Rajoy nunca oculta su incomodidad: las primarias.

A continuación, infoLibre detalla algunas claves que vertebrarán el XVIII Congreso Nacional del PP:

La continuidad de Cospedal

"Estoy muy centrada en mi papel en el Ministerio [de Defensa]". Con estas palabras intentaba la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, salir al paso de la polémica generada por ella misma hace poco más de una semana cuando, en su toma de posesión como titular de Defensa, dio a entender a los periodistas que iba a compaginar su cargo orgánico en el PP con el del Gobierno.

Sus palabras –"No os vais a librar de mí", dijo– provocaron malestar en sectores de su partido hasta el punto de que el lunes pasado, en el Comité de Dirección del partido Rajoy dio la orden de silenciar el tema con la consigna de que decisiones de este tipo se toman en el congreso y no antes y que son los compromisarios los que, en última instancia, acaban votando a un candidato y a los 30 miembros que integran su lista.

Al primero que le tocó el papelón de matizar los deseos de Cospedal de seguir como número dos del PP –la secretaria general conocía de antemano que iba a intentar cerrar el debate– fue a Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario de Organización del PP. Ese asunto, dijo, se decidirá en febrero. Lo mismo sostuvo Rajoy este lunes en rueda de prensa en la Moncloa tras reunirse con su homólogo portugués, Antonio Costa.

"Hoy hemos convocado el congreso. Queda mucho tiempo y ya lo comunicaré en su día y en un marco más razonable", respondió el presidente del Gobierno preguntado sobre el futuro de su número dos.

A día de hoy, el PP está dividido sobre cuál puede ser la decisión que Rajoy acabe tomando respecto a su ahora mano derecha en el partido. Un sector cree que ambos lo tienen hablado y que seguirá. "Que siga en Génova es una forma de mantener una cuota similar de poder que la de Soraya [Sáenz de Santamaría] y no desequilibrar la balanza", señala un diputado convencido de la continuidad de la secretaria general. La vicepresidenta y Cospedal llevan años enfrentadas internamente.

Otro sector del partido está convencido de que prescindirá de ella y le buscará sustituto. Creen que en Rajoy pesará la tesis de que una ministra de Defensa no es el perfil adecuado para ostentar la Secretaría Generalministra de Defensa.

Quienes son partidarios de que se dedique en exclusiva al ministerio señalan que el fondo del asunto no está en que no se pueda ser a la vez secretaria general y ministra. Está en el tipo de ministerio. "Defensa requiere una especial imparcialidad. Es un ministerio de Estado, no político", defiende un dirigente regional.

En todo caso, como todo en el PP, la última palabra la tiene Rajoy, que podría esquivar mojarse del todo reinstaurando la figura del coordinador general del partido. Esto permitiría a Cospedal seguir conservando el cargo y ceder algunas de sus competencias al coordinador.

El grado de renovación

Ligado al futuro del Cospedal surge otro tema: ¿qué grado de renovación introducirá Rajoy en la cúpula del partido? Despejada la incógnita de la formación del Gobierno, en el PP se ha instalado la idea de que los vicesecretarios nombrados por Rajoy el verano pasado para introducir caras nuevas en la dirección tras la debable de las autonómicas y municipales continuarán formando parte del núcleo de poder del partido. Esto no es óbice para que se haga algún tipo de ajuste, que podría venir motivado por la continuidad o no de la secretaria general.

Más dudas suscita el papel de Javier Arenas, vicesecretario de Política Autonómica. Hay fuentes que consideran que Rajoy no va a desprenderse de su amigo, de la persona con la que coincidió en los consejos de ministros de José María Aznar. Pero también hay quien cree que podría tomar la misma decisión que tomó hace unas semanas como José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz, ya fuera del Consejo de Ministros.

También hay sectores del PP que creen que una legislatura como esta va a ser necesario que el perfil del portavoz en el Congreso de los Diputados sea "muy conciliador" y que sería bueno que Rajoy sustituyese a Rafael Hernando, al que se identifica con la última etapa de su legislatura con mayoría absoluta.

¿Un militante, un voto?

El PP lleva arrastrando, y aplazando, el debate sobre las primarias desde el XVI Congreso Nacional, celebrado en Valencia en junio de 2008. La dirección nacional del partido defiende que su sistema de elección de líderes es tan democrático como el de otros partidos. Es más, critican que a sus rivales políticos se les llene la boca hablando de primarias y de democracia interna y después el grueso de los procesos estén teledirigidos desde los respectivos aparatos o faltos de transparencia.

Los dirigentes del PP, sobre todo los más jóvenes, creen que el debate ahora es inaplazable y que el partido perdería una gran oportunidad si de esta cita no sale una reforma estatutaria inspirada en el "un militante, un voto" que en otros congresos defendió el entorno de Esperanza Aguirre con Íñigo Henríquez de Luna, ahora portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Madrid, como cabeza visible. 

En el otro lado, los dirigentes más veteranos, son menos optimistas sobre el futuro que vayan a correr las iniciativas que se presenten en este sentido. Y dudan de que en la ponencia que se redacte antes de que se abra la fase de enmiendas vaya a apostarse por las primarias.

En Génova destacan que en el congreso se hablará de todo y, "evidentemente", también de democracia interna. Pero hace una semana advirtieron de que cualquier cambio en los estatutos no afectará a la elección del próximo presidente nacional –Rajoy, salvo sorpresa mayúscula–, sino a la de los siguientes. Es decir, que Rajoy sería reelegido con las normas de 2008, mediante el sistema de compromisarios. Y que, en el supuesto de que se aprueben las primarias, esto afectaría al XIX Congreso Nacional, previsto para 2020.

A las fuentes consultadas no les ha pasado inadvertido que el Martínez-Maillo, el número tres del partido, sea el coordinador de la ponencia "política y de estatutos". Hay quienes interpretan este gesto de Rajoy como una forma de tener "controlada" una de las partes más polémicas del congreso.

¿Cuál es el sistema actual?

En el apartado "Democracia interna y procedimiento electoral" de los estatutos del PP se garantiza el "derecho de sufragio" de todos los afiliados. "Todos los militantes del Partido Popular tienen derecho a elegir al presidente nacional y a los presidentes autonómicos, provinciales e insulares del partido por sufragio universal libre, igual y secreto, de acuerdo con el sistema que se especifica en estos estatutos", sostiene el artículo 31. Más adelante se precisa el sistema: "La elección del presidente nacional y de los presidentes autonómicos, provinciales e insulares del PP se llevará a cabo mediante compromisarios elegidos en listas abiertas". Es decir, que a día de hoy los militantes sí votan pero no directamente a los candidatos, sino a los compromisarios. Estos son, a su vez, los que acuden a los congresos a votar.

Desde las 14.00 horas de este lunes a las 14.00 horas del 24 de noviembre pueden presentarse las candidaturas a la Presidencia del PP. Los candidatos requieren sólo el apoyo de cien militantes. Si hay más de un candidato proclamado, del 26 al 13 de diciembre habrá un periodo de campaña. Llegado al congreso, el candidato necesita el 20% de los avales de los compromisarios (626) para que su lista sea sometida a votación.

En base a estos estatutos, el líder del PP electo también sale proclamado candidato del partido a las elecciones generales que se celebren hasta el siguiente cónclave. Un hecho, este último, que enlaza con el próximo punto.

Limitación de mandatos

El silencio de Rajoy alimenta el debate sobre el futuro de Cospedal como secretaria general

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Más claro tienen las fuentes consultadas el tema de la limitación de mandatos. Sobre todo porque es uno de los acuerdos a los que Rajoy llegó con Albert Rivera (Ciudadanos) en su pacto de investidura.

En el punto 96 del documento, ambas partes se comprometen a  "establecer el compromiso de que quien haya ostentado durante ocho años consecutivos el cargo de presidente del Gobierno no opte a la reelección". "En el seno del pacto de Estado por la regeneración y la calidad de la democracia, se procurarán las fórmulas precisas para regular este compromiso", añade.

Esto implica que, de agotarse la legislatura, las elecciones del 26J habrían sido las últimas a las que Rajoy habría concurrido como candidato del PP.

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