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Gas y Electricidad

La pobreza energética puede matar, aunque las estadísticas no lo recogen

Estado en el que quedó la vivienda de Reus donde falleció una anciana de 81 años al incendiarse el colchón de su cama.

Desde el inicio de la crisis, los incendios en viviendas han aumentado más de un 20% en España. El último informe sobre las víctimas de incendios, realizado por la Fundación Mapfre, revela que una gran parte de los accidentes de este tipo con víctimas mortales fueron provocados por aparatos productores de calor –en el 38,5% de los casos conocidos–.

El resto de causas de los incendios se dividen en fuga de gas, fallos eléctricos, accidentes al cocinar y fuego directo. Las causas de la muerte de las víctimas de este tipo de incendios también se recogen en el estudio. De esta manera, la intoxicación por inhalación de humo es la primera razón de muerte, con casi el 60% de los casos, seguida de muertes por quemaduras y otras causas, como los paros cardiacos que se producen ante el pánico a las llamas y al humo.

Además, la estadística del informe recoge y organiza los datos en base a criterios como el sexo, la edad, el mes, el día y el año en que murieron las víctimas, el tipo de vivienda, la nacionalidad o la Comunidad Autónoma en la que se produjo el incendio. Sin embargo, a pesar de lo detallado del informe, no hay ni una sola mención explícita a la pobreza energética, que se ha duplicado en los últimos años y que en la actualidad afecta ya a unos dos millones de familias españolas.

El último incendio doméstico con víctimas mortales se produjo este martes en Reus (Tarragona), cuando una vela incendiaba el colchón en el que una anciana de 81 años, fallecida en el accidente, dormía. Su compañía eléctrica, Gas Natural Fenosa, le había cortado la luz dos meses antes del suceso, por lo que la mujer utilizaba velas para iluminar las estancias de la casa. La víctima y una familiar que vivía con ella se encontraban en una situación tan precaria que recibían la ayuda de una empresa municipal para pagar los recibos del agua, aunque no recibía ninguna prestación para pagar el suministro eléctrico.

Los Bombers de Barcelona, Badalona y Cornellá denunciaron el pasado año que el 70% de los accidentes relacionados con incendios en viviendas se producían a causa de la pobreza energética. Los trabajadores relataban cómo la gente a la que se le había cortado el suministro de energía utilizaban todo tipo de técnicas rudimentarias y peligrosas para calentarse. Además de las velas, que es uno de los recursos más utilizados por las personas que sufren pobreza energética, los bomberos denunciaban situaciones de riesgo, desde la quema de periódicos en el suelo al no tener chimenea, hasta una señora mayor fallecida en el incendio que se produjo mientras quemaba sus alpargatas para calentarse.

El sindicato UGT Bombers también se sumó a las denuncias del riesgo mortal que supone la pobreza energética. Además de destacar la estrecha relación entre este tipo de pobreza y los incendios, el sindicato hace hincapié en la falta de transparencia e información de las administraciones públicas sobre los accidentes. De los 14 fallecidos en incendios domésticos en 2015, los bomberos aseguran desconocer si las víctimas se encontraban en ese momento en riesgo de exclusión. Sin embargo, en 2014 –cuando murieron 10 personas solo en el primer trimestre del año a causa del fuego– al menos siete pudieron atribuirse de forma directa e indirecta a los efectos de la pobreza en general, y seis de estos a la energética.

Sin embargo, a pesar de las denuncias de bomberos y profesionales, no existe una información estadística que recoja la relación entre la pobreza energética y los incendios con víctimas mortales. Es más, no existe una estadística de la relación entre pobreza energética e incendios. Una Iniciativa Legislativa Popular contra la pobreza energética y los deshaucios elevada al Parlament y a la que se adherieron bomberos de la Generalitat también denunciaba la problemática de los incendios.

Según publicó el Periódico, los bomberos explicaban cómo se encontraron con incendios mortales causados por una vela que era usada para alumbrarse porque no tenían luz en el piso o por un brasero para calentarse porque no tenían calefacción. Los impulsores de la iniciativa aseguraron que "en la gran mayoría de incendios domésticos encontramos un patrón común: un corte de suministro por falta de recursos que deja a las familias sin acceso a bienes de primera necesidad como la luz o la calefacción".

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El informe Pobreza, vulnerabilidad y desigualdad energética de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) define la pobreza energética como "una situación en la que un hogar es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda". En ese sentido, el propio informe recoge que la electricidad sufrió en España un encarecimiento del 73% desde 2008 hasta 2014, siendo el país que más ha encarecido su factura eléctrica y el cuarto estado con los mayores precios de la UE.

El estudio también destaca que el 15% de los españoles –6,2 millones de personas– destinaron más del 10% de sus ingresos anuales a la compra de energía para la vivienda, mientras que el 8% –4,2 millones– declaró tener retrasos en el pago de las facturas de la vivienda, y el 11% –5,1 millones– admitió que era incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante los meses de invierno.

Entre los factores que agravan la pobreza energética en los hogares, el informe apunta al bajo nivel educativo, las familias monoparentales, aquellas con miembros que tienen problemas de salud o enfermedades crónicas, las que cuentan con personas en paro, familias de inmigrantes, las que viven en viviendas alquiladas y las que emplean combustibles sólidos o líquidos como el butano.

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