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Podemos

La propuesta de Iglesias para Vistalegre II logra una ajustada victoria entre las bases de Podemos

La consulta entre las bases de Podemos sobre el sistema de votación que marcará el próximo congreso estatal, conocido como Vistalegre II, ha resultado en una victoria de la propuesta del secretario general de la formación, que ha recibido un apoyo del 41,57% de los votos emitidos en la consulta, frente al 39,12% que se ha decantado por la iniciativa errejonista, bautizada bajo el nombre de Recuperar la ilusión, y al 10,5% que ha prestado su apoyo a la alternativa anticapitalista, Podemos en movimiento.

Así lo ha revelado este jueves el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, quien ha valorado positivamente la participación registrada: 99.077 personas, un 22,71% sobre el censo total.

La opción de Iglesias –basada en el sistema de votación Desborda, diseñado por el propio Echenique–, se ha hecho con un total de 40.830 votos, mientras que la propuesta de Errejón ha logrado 38.419 apoyos y los anticapitalistas 10.313.

El secretario de Organización del partido ha incidido en que "no es el liderazgo de Pablo Iglesias lo que se vota, sino el sistema de votación para Vistalegre II", y ha subrayado que "estar unidos y llegar a acuerdos" es el "mandato de la gente, además de una convicción de Pablo Iglesias" porque "ya tenemos adversarios lo suficientemente poderosos".

El secretario general del partido, por su parte, aseguró en un mensaje de Twitter que trabajará "por la unidad y la pluralidad" y que no hay "ni vencedores ni vencidos", sino que "ha ganado Podemos". Asimismo, Íñigo Errejón ha asegurado en declaraciones a infoLibre: "Nunca quisimos esta consulta, que se planteó como un plebiscito. Es una victoria política. La gente ha votado entendimiento pero ha reconocido pluralidad".

Las propuestas presentadas

La militancia de Podemos pudo participar en una consulta, celebrada entre el 18 y el 20 de diciembre, para elegir el sistema de votación de cargos internos que marcará el congreso estatal fijado para mediados de febrero, conocido como Vistalegre II. Los tres principales sectores de Podemos han presentado su propia propuesta.

Pablo Iglesias apuesta por una votación de los documentos político, organizativo y ético obligatoriamente vinculados a una lista al Consejo Ciudadano o a un candidato a la Secretaría General. Defiende, además, una modificación del sistema Borda, por el cual el elector daría 80 puntos a su candidato favorito, 79 al segundo, e iría descendiendo hasta otorgar un punto a quien, de entre quienes cree que deben formar parte de la dirección regional, le genere menos simpatía. La alternativa introduce dos cambios, basados en garantizar que las listas menos votadas obtengan una mínima representación en el Consejo, y en premiar a las candidaturas fruto de la fusión de varias listas.

El equipo de Íñigo Errejón plantea con su propuesta una votación en la que los cargos y los documentos se escojan en votaciones separadas el próximo mes de febrero, y que además el secretario general se elija en una votación independiente a la de los miembros que deben ocupar el Consejo Ciudadano. Defiende, además, la implantación de un sistema "proporcional puro", por el cual cada persona que participe en la votación podrá emitir un máximo de 62 votos que distribuirá libremente entre las diversas candidaturas, sin que se establezca orden preferencial entre las personas elegidas. Este mecanismo introduce una novedad que persigue limitar los poderes del secretario general: que el peso de cada corriente en el Consejo Ciudadano se traslade a la Ejecutiva, que ahora mismo es nombrada directamente por Iglesias.

Por su parte, el sector anticapitalista se inclina hacia una elección de las candidaturas al Consejo Ciudadano asociada a un proyecto político, mientras que el documento organizativo –el que establece el modelo de estructuras del partido– será escogido mediante una votación separada. Son partidarios, asimismo, del sistema Dowdall, el mismo que se utilizó en las primarias de Ahora Madrid y En Marea. Se trata de una modificación del sistema Borda, que en este caso está pensada para potenciar la representación de las listas minoritarias.

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