Energía nuclear

El movimiento antinuclear insiste en pedir el cierre de la central de Almaraz en 2020

Central nuclear de Almaraz.

La central nuclear de Almaraz (Cáceres) recibió un regalo por Navidad: la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de un nuevo Almacenamiento Temporal Individualizado (ATI) de residuos radioactivos. Los ecologistas creen que la construcción de esta infraestructura es una estrategia para alargar la vida de la central más allá de su permiso de explotación, que se cumple el 10 de junio de 2020. Las dos unidades principales cumplen 40 años de funcionamiento en 2021 y 2023. El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), que agrupa a más de 50 organizaciones de España y Portugal, se opone a que en Almaraz siga existiendo una instalación de este tipo y defiende que no se renueve la licencia.

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"Las organizaciones del MIA consideran que no tiene sentido someter a los dos reactores a profundas y costosas inspecciones en términos económicos y de dosis radiactivas recibidas por los trabajadores. La central pone en riesgo no solo el territorio español sino también el portugués a través de la posible dispersión de radiactividad por la atmósfera y por el río Tajo en caso de accidente con escape radiactivo", advierte Ecologistas en Acción en un comunicado. El MIA cree que el ATI solo se entiende si el Gobierno pretende dar vía libre a la ampliación del permiso y solicita a las autoridades lusas que se posicionen a favor de una fecha definida de cierre. Al Ejecutivo español le piden que, ya que está en su mano, que no prolongue el funcionamiento de la instalación.

El diseño original de las centrales nucleares prevé su funcionamiento hasta los 40 años, aunque no existe un límite legal. Según recoge una información de El Independiente, los planes de la central de Almaraz (controlada por Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa) pasan por empezar con el proceso de renovación de licencia a mediados de 2017. La misma noticia asegura que la instalación sufrió dos averías en cuatro meses, en septiembre de 2015 y en enero de 2016. Críticos con la dirección del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aseguran que el organismo se negó a parar la planta para su revisión, dado que los incidentes no fueron considerados graves, en contra del criterio de los propios inspectores.

El MIA se concentrará este jueves a las 12 frente al Ministerio de Medio Ambiente y junto al Consulado de España a Lisboa a las 18 horas (hora portuguesa), para exigir a ambos gobiernos "un calendario de cierre de esta peligrosa central".

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