18 congreso nacional del PP

Los militantes del PP cuestionan la acumulación de poder de Cospedal

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Y. González | E. Herrera

El debate de la ponencia de Estatutos del Partido Popular avanzó en la tarde de este viernes con uno de los focos puestos en la cuestión de las incompatibilidades. Un asunto que afecta de forma directa a María Dolores de Cospedal, que además de secretaria general es presidenta del PP de Castilla-La Mancha y ministra de Defensa. El presidente del PP ha decidido mantener el secreto sobre su equipo hasta el sábado, pero todo el partido da por hecho que mantendrá a su número dos. Un convencimiento que la propia Cospedal llegó a verbalizar el día que asumió la cartera de Defensa.

En todo caso y pese a que la sensación es que primará la continuidad, en la inauguración del 18 Congreso Nacional del PP quedó claro que la corriente interna que no quiere que Cospedal acumule cargos tiene fuerza.

Esto se evidenció, sobre todo en la votación de una enmienda de un militante del PP de Cuenca que citaba expresamente el caso de la actual número dos del partido. El abogado Francisco Risueño reclamaba a la dirección nacional del partido que incorporase a las normas internas del partido la imposibilidad de compaginar un cargo dentro del partido con otro en el Gobierno

La votación fue muy ajustada: 328 votos en contra frente a 303 a favor. Ocho delegados optaron por abstenerse. Por decisión de la comisión organizadora del congreso, en esta ponencia podían votar la totalidad de los compromisarios (3.128). Sin embargo, sólo participaron 639, el 20%. La votación fue muy polémica con gritos de "pucherazo", silbidos y algunos momentos de tensión.

El diario El Mundo publica este sábado una grabación del momento de la votación en el que puede escucharse decir que "a ojo de la mesa, [la enmienda] queda rechazada".

"Separación gradual"

"Defendemos el diálogo y la moderación como ejes de nuestros Gobiernos. Por ello promoveremos una gradual separación y limitación en la acumulación de cargos institucionales de gobierno y orgánicos del Partido". Esta es la enmienda transaccional que se incorpora a los estatutos del partido. No cita a Cospedal, pero sí supone una especie de vacuna para que, en el futuro, no proliferen casos como el suyo. El texto es fruto de las negociaciones entre la dirección nacional del PP e Íñigo Henríquez de Luna, portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Madrid.

Henríquez de Luna, mano derecha de Esperanza Aguirre en el consistorio, presentó sus enmiendas hace unas semanas. Evitando personalizar estge a propuesta concreta en casos como el de María Dolores de Cospedal, reclamaba a la dirección nacional del PP que debatiese sobre la conveniencia de ir promoviendo la separación de Gobierno y de partido. En definitiva, de limitar la acumulación de cargos.

El concejal madrileño ha sido muy insistente en la idea de que Aguirre no está detrás de sus enmiendas. La expresidenta de la Comunidad de Madrid no ve inconveniente en que Cospedal siga ocupando los puestos que tiene en la actualidad.

"Consideramos que el PP debería avanzar de forma gradual hacia un modelo de tienda a separar las funciones de Gobierno y de partido, que limite la acumulación de cargos, y limite los mandatos en las responsabilidades de gobierno", proponía incluir Henríquez de Luna en el preámbulo de los estatutos.

Ahora, la transaccional recoge, además el "compromiso inquebrantable con la libertad, los derechos individuales y la separación de poderes, así como la existencia de pesos y contrapesos como marco de convivencia y progreso de nuestra sociedad".

En la justificación de la enmienda, Henríquez de Luna señalaba que "la acumulación del poder político e institucional y su prolongación en el tiempo es uno de los factores que más ha propiciado la corrupción que tanto ha dañado la confianza de los ciudadanos en el sistema de partidos".

Reivindicar la gestión

Consciente de este debate, horas antes del inicio de la María Dolores de Cospedal se subió al escenario principal de la Caja Mágica para reivindicar su gestión.

La número dos del PP sabe que no todos sus compañeros comparten que siga al frente de la secretaría general del PP, del Ministerio de Defensa y de la Presidencia de los conservadores de Castilla-La Mancha. También sabe que el debate interno sobre su acumulación de cargos viene de lejos en el partido. Quizá por ello, trazó un discurso con altas dosis de reivindicación de su gestión en los últimos cinco años. Los que han transcurrido desde el 17 congreso.

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La secretaria general dibujó un PP que ha sido la muleta del Gobierno en los años de crisis, cuando Rajoy llegó a la Moncloa. Dijo que el PP había sido el "faro y pararrayos" del Gobierno. Y fue más allá al señalar que la formación dio "un paso al frente y asumió solidariamente el desgaste político del Gobierno".

Se trata de todo lo contrario que, a ojos de muchos dirigentes del PP, hizo el Ejecutivo cuando se trataba de defender al partido cuando había que reaccionar a los continuos escándalos de corrupción. No es un secreto que Cospedal está internamente enfrentada a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y que no siempre ha

"Salimos a defender al Gobierno, defendimos nuestras políticas en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos que fueron consecuentes, gobernando el PP, con la situación. Hicimos pedagogía del sacrificio, encajamos sin rechistar las embestidas políticas y asumimos las críticas de la lógica y legítima incomprensión social porque tuvimos que pedir esfuerzos. Y volvimos muchas veces con la cara partida, aunque no nos pareciera justo que el castigo fuera para quienes estábamos curando al enfermo y no para quienes habían provocado la enfermedad", insistió.

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