Operación Púnica

Los pinchazos prueban que el presidente de Murcia tomó la iniciativa para verse con el conseguidor de Púnica

El presidente de la Región de Murcia, Pedro Antonio Sánchez.

Los pinchazos telefónicos a Alejandro de Pedro, experto en lavar reputaciones en Internet y considerado uno de los grandes conseguidores de la trama Púnica, han dejado en evidencia la versión del presidente de Murcia sobre sus relaciones con ese empresario. Pedro Antonio Sánchez sostiene -y así lo remarcaron de nuevo este lunes sus portavoces a preguntas de infoLibre- que jamás llegó a contratar nada y que, con una sensación "negativa", se limitó a escuchar durante un año las ofertas que "con gran agresividad comercial" le hizo el equipo de De Pedro. Pero tanto los sms como las conversaciones intervenidas a De Pedro, dueño entre otras de la firma Eico, indican lo contrario.

Fue Pedro Antonio Sánchez quien el 21 de septiembre de 2014 envió un sms a Alejandro De Pedro en el que le comunicaba que al día siguiente estaría en Madrid. "Si puedes, nos vemos", finalizaba el mensaje. Como De Pedro no respondió, Sánchez insistió el día 22: "Hola, Álex, ¿nos podremos ver?". El dueño de Eico sí contestó entonces. Y lo hizo en sentido afirmativo. En una de las conversaciones intervenidas, De Pedro le explica esa misma tarde a su socio José Antonio Conesa por qué había tardado en dar una respuesta y cerrar un desayuno que, finalmente, tuvo lugar a la mañana siguiente -23 de septiembre- en un bar próximo al Congreso y elegido por Pedro Antonio Sánchez.

El diálogo entre Conesa y De Pedro, ambos ajenos a que sus teléfonos estaban intervenidos por la Guardia Civil, resulta elocuente:

–J.A.Conesa (JAC): Lo de Pedro Antonio, ¿es que no te acordabas de eso?

–Alejandro de Pedro (AP): No, es que me mandó un mensaje el viernes y salía mal y me dijo tu nombre y como no me ponía Pilar [Barreiro, entonces alcaldesa de Cartagena y hoy senadora por el PP] por ningún lado, me ponía que nos conocimos del tema de Murcia y yo creí que era uno de tus amigos y no le contesté.

–JAC: Ah, hiciste muy bien, hiciste muy bien, ja ja.

–AP: Y esta mañana me ha contestado otra vez y me dice: ¿Oye, nos vamos a ver mañana? Y entonces ya digo, hostia, que no le he contestado a este y es cuando te he mandado el correo y justo te lo estoy mandando y digo: ¿no será el de Pilar este tío? Que además ha quedado como que iba de supersobrado, ja ja ja, porque le he contestado: hostia, perdona que este fin de semana he estado muy liado.

–JAC: Bueno, pues nada, a este hay que cerrarlo. Oye, como este es el de Educación a ver si además de lo de su reputación le cuentas alguna cosa de las que estés haciendo con Figar [Lucía Figar, entonces consejera de Educación de Madrid] hay otras cosas que estoy haciendo en Madrid con Lucía y como para este a ver si le pudiéramos vender algo más.

–AP: Ah, vale.

–JAC: Este lo que él quiere es lo suyo, por su problema, pues nada, eso a tope, eso como es sumar a nosotros nos viene como Dios pero dile: oye, hay otras cosas que estoy haciendo en Madrid con Lucía, y como para este la otra es su referencia a ver si por ahí le clavas alguna cosa.

–AP: Vale, vale, pues se lo digo.

Cuando acabó el desayuno con Pedro Antonio Sánchez, Alejandro De Pedro llamó a una empleada suya para darle instrucciones: debía preparar una oferta "para ponerle 3.000 pavos al mes" más la contratación de un periodista por 1.000 euros netos al mes a cambio de una campaña de reputación online que duraría siete meses. De Pedro le comenta a su empleada que acaba de estar con el consejero de Educación de Murcia, cuyo apellido -le dice- no recuerda pero que no obstante cree que a ella le sonará porque ya le hicieron un "informe de percepción" que debe ser actualizado. Incorporado al sumario, ese informe "de percepción" incluía un diagnóstico de situación -a Pedro Antonio Sánchez le afectaba entonces el llamado caso dúplex, que acabó archivado- en qué consistiría el trabajo de limpieza de imagen en la red si finalmente se llevaba a cabo.

 

Apenas transcurridas cuatro semanas de aquella conversación, De Pedro anunciaba el 22 de octubre a otro subordinado que acababa de cerrar "lo de la reputación de Pilar Barreiro [entonces alcaldesa de Cartagena y hoy senadora] y la reputación del Pedro Antonio, el consejero de Educación". "¡Madre mía, Murcia a tope!", exclama su interlocutor con visible entusiasmo por los ingresos que ambos trabajos generarían a Eico. 

Cinco días antes, el 17 de octubre, De Pedro se había quejado de nuevo en una charla con su socio José Antonio Conesa de que Pedro Antonio Sánchez no había contestado ninguno de los tres mensajes que le había enviado. "Oye –le dice De Pedro a Conesa–, si hablas con Pilar [Barreiro] dile que le he mandado tres mensajes al Pedro Antonio este, tanta prisa y tanta hostia y..."

"Yo te di su móvil, no?", tercia Conesa, a lo que su interlocutor asiente: "Sí, sí, si le he mandado al móvil". "Y el chaval suyo tampoco, ¿no?", inquiere aquí Conesa en lo que, a tenor del contexto, parece una referencia clara a David Conesa, que era miembro del equipo de comunicación de Sánchez y quien negó ante la Policía que su jefe hubiera tenido nunca interés en nada relacionado con Alejandro de Pedro. Si fue la intervención de Pilar Barreiro o cualquier otro factor el que hizo que las aguas volvieran con rapidez al cauce que quería el dueño de EICO no se sabe. Los investigadores del caso sostienen que fue el estallido de la Operación Púnica, el 27 de octubre de aquel año, lo único que abortó la puesta en marcha de los trabajos de lavado de imagen de Pedro Antonio Sánchez.

 

El juez instructor de Púnica, Eloy Velasco, entiende que Sánchez pudo haber incurrido en tres delitos -fraude, cohecho y revelación de información reservada- y aunque el fiscal general del Estado ordenó a las fiscales del caso no actuar contra el político otras fuentes del caso creen inminente que el magistrado envíe su exposición razonada al Tribunal Superior de Murcia. Es decir, la resolución por la que formalmente pedirá que el presidente de esa Comunidad, ya imputado en el caso Auditorio, sea también investigado por Púnica.

 

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El equipo de Sánchez mantiene, por el contrario y como la Fiscalía, que el político no pudo cometer ningún delito por cuanto nada se contrató ni se pagó por tanto con fondos públicos. "Las empresas de la trama Púnica estuvieron más de un año haciendo ofertas y se les escuchó, como a cualquier otra empresa", enfatizó este lunes un miembro del equipo de comunicación de Sánchez.

La fuente prosiguió así: "Como ha manifestado en numerosas ocasiones el presidente –anterior consejero de Educación-, se les escuchó y nada más. De hecho, la sensación fue negativa y en ningún momento se tuvo intención de contratar. Nunca hubo ningún encargo, ni contrato, ni expediente ni factura, porque jamás se hicieron, ni con fondos públicos ni privados. Así lo acreditan una docena certificados oficiales. Durante más de un año insistieron con diferentes propuestas y una gran agresividad comercial, pero nunca se acordó nada, porque no había interés. Los funcionarios de la Consejería de Educación han acreditado que nunca recibieron instrucciones ni tomaron ninguna medida para contratar esos servicios, ni a esas empresas, ni existía partida presupuestaria alguna como formación".

 

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