Partidos políticos

Primarias: luces y sombras de un sistema en conflicto con los aparatos de los partidos

Alfredo Pérez Rubalcaba, Felipe González, Eduardo Madina, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfonso Guerra, Ximo Puig y Javier Lambán escuchan a Susana Díaz durante la presentación de su candidatura a las primarias del PSOE.

Las elecciones primarias llegaron a España hace unos años y, por el momento, parece que lo hicieron para quedarse. Hasta hace poco, lo habitual era que las cúpulas de los partidos fueran elegidas a través de delegados, pero formaciones como PSOE o IU ya establecen en sus estatutos que la elección de sus dirigentes se realice a través de votaciones abiertas a la militancia y, en el caso de Podemos, a cualquiera que se inscriba en su página web. Sin embargo, hace unos días, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, alertaba de que esta herramienta ha provocado que los partidos se hayan "sentido exonerados de hacer un trabajo de renovación y apertura a la sociedad", y los expertos señalan que las primarias tienen defectos y no están libres de la influencia de los aparatos de las formaciones.

"Las primarias se inventaron para ayudar a los partidos a salir de sus cuadros y poner la decisión de quién les representa en manos de los ciudadanos; en su momento fue una buena idea" pero "quizá los partidos se han sentido exonerados, como había primarias, de hacer un trabajo de renovación y apertura a la sociedad", sostenía Hidalgo el pasado martes en unas declaraciones en las que abogó por "la superación de los aparatos" de las formaciones políticas. Y es que, pese a que a primera vista pueda parecer que la elección directa de los dirigentes limita el poder de las cúpulas para decidir sobre el futuro de una formación, las primarias no son la panacea, ya que los dirigentes pueden hacer que la votación se decante a su favor de diferentes maneras. El aparato sigue pesando y mucho.

Hidalgo tiene "parte de razón, porque las primarias están sujetas a unas normas que impone el aparato del partido y que condicionan sus resultados", explica a este respecto Lluís Orriols, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). El politólogo apunta tres aspectos que dependen del control de la cúpula de la formación y que son vitales para definir el resultado final del proceso de votación: el electorado que vota en las primarias, los criterios que se establecen para postularse como candidato y el sistema electoral que se utilice, fundamentalmente en el caso de la elección de órganos compuestos por varias personas.

"Si las primarias son muy abiertas, el aparato puede fácilmente perder el control de la votación, pero si existen muchos filtros a la hora de poder votar o de poder presentarse", la cúpula mantiene una importantísima capacidad de influir, abunda Orriols, que pone como ejemplo las primarias del Partido Laborista británico, donde los aspirantes necesitan el apoyo de decenas de diputados para poder concurrir a la elección. "Muchos politólogos dicen, incluso, que las primarias lo que provocan es que el aparato quede reforzado" porque controla el proceso, apunta el experto.

"No es una regla de oro, pero lo cierto es que el aparato tiene mucho poder y su apoyo moviliza muchos votos", coincide Ignacio Lago, profesor de Ciencias Políticas en la Universitat Pompeu Fabra (UPF), que pone como ejemplo la recogida de avales que se ha llevado a cabo para las primarias del PSOE, que tendrán lugar en las próximas semanas. "Se trata de un reparto de incentivos: el candidato llama a un secretario provincial y le promete algo si le apoya, y este llama a las agrupaciones locales y hace lo mismo", esboza el experto.

El apoyo del aparato, "un arma de doble filo"

Esta dinámica, no obstante, no funciona de manera tan efectiva en la elección final, ya que "el voto es secreto por algo", recuerda Orriols. Y, además, la situación política actual juega en contra de los aparatos de los partidos. Pese a que "quienes dirigen la organización parten siempre con ventaja, porque pueden acceder al militante y pedirle el apoyo" desde una posición de fuerza y además tienen "muchos más recursos para hacer llegar su mensaje a la militancia", "ahora mismo tener el apoyo de las élites puede ser un arma de doble filo", plantea el experto, ya que ese apoyo puede retratar al candidato en cuestión como un miembro de unas élites denostadas por el cuerpo electoral.

Los ejemplos a este respecto son varios. Manuel Valls en el Partido Socialista francés o Marco Rubio en el Partido Republicano de EEUU perdieron sus primarias frente a Benoît Hamon y Donald Trump, respectivamente, pese a ser los favoritos de los establishment de sus partidos políticos. Y el relato de Pedro Sánchez, en las primarias del PSOE, está basado en la necesidad de que el partido dé un giro a la izquierda, pero también en retratar a la cúpula de la formación como una élite desconectada del sentir mayoritario de la militancia que, según abandera Sánchez, defendía inequívocamente el rechazo a la investidura de Mariano Rajoy hace unos meses.

Lago apunta otro eventual efecto negativo de los procesos de primarias: la menor integración que, a su juicio, lleva a cabo el líder recién elegido de los sectores opositores del partido en la dirección. "El modelo está importado de EEUU, pero allí se escoge un candidato que puede, o bien ganar y convertirse en presidente, o bien perder y desaparecer. Pero no se elige al líder del partido", recuerda el politólogo, que señala que el hecho de que en España se utilicen las primarias para escoger a las cúpulas de las formaciones implica "que se crea un foco de tensión constante a nivel interno", porque se entrega "todo el poder" a un dirigente.

"En el modelo europeo, el que gana se lo lleva todo, y eso implica que se tiende a tener mucho menos en cuenta el peso de las corrientes del partido" a la hora de configurar la nueva dirección, sostiene Lago, que opina que el tradicional modelo de elección a través de delegados genera una mayor propensión a los pactos entre sectores.

Óscar López niega que dirigentes del entorno de Patxi López le hayan aconsejado que se retire de las primarias

Óscar López niega que dirigentes del entorno de Patxi López le hayan aconsejado que se retire de las primarias

Las primarias tienen sus ventajas

Pero, más allá de las desventajas que tienen las primarias, los expertos señalan también algunos puntos positivos del sistema. El primero es obvio: el aumento de la capacidad de decisión de una fracción mayor del electorado. "Es verdad que algunos politólogos son escépticos con respecto a la capacidad de empoderar a la militancia que tienen las primarias, pero dado el deseo que tienen tanto los militantes de los partidos como la opinión pública de mayor participación y democracia directa, satisfacerlo ya supone un valor" que puede impulsar al partido que celebre primarias, sostiene Orriols.

De igual manera, Lago señala que el hecho de utilizar este método de elección atrae el foco mediático sobre la formación en cuestión, lo que facilita la difusión de su mensaje y puede beneficiar, a corto plazo, sus expectativas electorales. Pero el politólogo matiza: "Si gana el candidato promovido por el aparato, el mensaje de regeneración que se pretende transmitir con las primarias es menos creíble, y además el efecto de impulso que tiene ganar las primarias dura poco tiempo".

Más sobre este tema
stats