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Primarias del PSOE

Sánchez y Díaz orillan a López y convierten el debate en un cara a cara cargado de reproches

Los tres candidatos minutos antes del debate.

Tres candidatos fueron los que estuvieron en los atriles, pero el debate entre los aspirantes a la Secretaría General del PSOE se convirtió en una cosa de dos: Susana Díaz y Pedro Sánchez. Los reproches y críticas que se lanzaron el ex secretario general y la presidenta de Andalucía monopolizaron un encuentro en el que se habló más de la posición del PSOE tras abstenerse para dejar gobernar al PP que de propuestas para el partido, y en el que cada candidato defendió el mismo relato que ha venido planteando en las últimas semanas. Díaz fue la única que aportó una novedad de calado: se compromete a dimitir si es secretaria general y el PSOE sigue empeorando sus resultados.

El ambiente en la sede central del PSOE, en la madrileña calle Ferraz, era tranquilo antes de comenzar el debate, que se inició en torno a las 12.20 de la mañana, cinco minutos después de lo previsto. Díaz, Sánchez y el tercero en discordia, el exlehendakari Patxi López, fueron llegando a la sede minutos después de las 11 de la mañana y, tras el posado de rigor ante los fotógrafos, se reunieron con sus equipos para repasar su estrategia antes del debate. La calma, no obstante, se vio rota al iniciarse un debate que desde el primer minuto fue bronco entre Díaz y Sánchez, y en el que incluso López repartió críticas a uno y otra en sus intervenciones.

La primera en tomar la palabra fue la presidenta andaluza, que en su minuto introductorio admitió que el PSOE está "en una de las situaciones más difíciles" de su historia y aprovechó para lanzar un dardo a Podemos presumiendo de que los socialistas han celebrado un debate "que no se ha hecho en otras fuerzas". Sánchez fue más directo, y planteó desde el primer momento la dicotomía en la que basa su discurso. "O curar o cronificar el mal de la abstención, esa es la decisión", dibujó el ex secretario general, que insistió en que la decisión de dejar gobernar al PP no ha servido para solucionar ninguno de los problemas del país.

Con esa misma tesis, Sánchez se encargó de abrir el primero de los tres bloques de los que se compuso el debate: el político. "Hace seis años, mucha gente joven se concentró en la Puerta del Sol" con un grito que "sintetizaba cuál es la crisis de la socialdemocracia", defendió el exlíder. Sánchez se refería sin nombrarlo al lema "PSOE y PP, la misma mierda es", muy presente durante las concentraciones y que, según defendió el candidato, refleja que buena parte de la sociedad piensa que los socialistas hacen "las mismas políticas" que los conservadores, "aunque no sea así". "Las alternativas son o la abstención, y quedarnos en la tierra de nadie" o un giro a la izquierda, señaló Sánchez.

La intervención del ex secretario general provocó su primer enganchón con Díaz. "Pedro, yo comprendo que la decisión de la abstención fue difícil y dolorosa, pero no podemos perder de vista porque estamos en esa situación, y es porque ese PP tóxico e infame nos ha provocado el mayor desastre electoral de los últimos años", lanzó la presidenta andaluza, que insistió durante el debate en que Sánchez ha llevado al PSOE a sus peores resultados históricos.

"Me resulta curiosa esa teoría de que hay dos PSOE, uno que conviene a la derecha y otro que no, y yo me plantearía si al PP le conviene el candidato que ha conseguido las dos peores derrotas electorales del PSOE o la que le gana por diez puntos" en Andalucía, atacó Díaz, que durante el debate no dejó de criticar los "vaivenes" ideológicos que, a su juicio, son característicos de Sánchez –"tú vas cambiando de opinión en función de lo que te viene bien", le llegó a decir–. La respuesta del ex secretario general fue en forma de gráfico, al mostrar uno en el que se hacía eco de varias encuestas que le colocan a él como el candidato favorito de los votantes del PSOE frente a Díaz.

López, mientras tanto, aprovechaba sus intervenciones para tratar de colocarse como la tercera vía. "Podemos pasar todo el día debatiendo si hicimos bien o mal absteniéndonos, y yo creo que hicimos mal porque provocamos que Rajoy no hiciera sus deberes, pero esto nos lleva a la melancolía, a tratar de cobrarnos la revancha, y no pienso dedicar ni un minuto al pasado", defendió el exlehendakari, que insistió en que "el PSOE no puede definirse por con quién pacta". Fue en vano: Sánchez interrumpió a López afirmando que si él no es presidente del Gobierno es porque puso a Podemos "unas condiciones que no aceptaron", y Díaz, a su vez, le interrumpió a él: "Y porque tuviste 85 diputados".

El modelo territorial, otro foco de reproches

El modelo territorial también fue motivo de enfrentamiento entre los dos principales candidatos. Y es que a Díaz le molestó que Sánchez recordase un documento de la Fundación Alfonso Perales, vinculada al PSOE de Andalucía, que definía a España como "nación de naciones". "Podría recordar que Susana apoyó este informe", lanzó Sánchez, una afirmación que tuvo un inmediato reproche por parte de la presidenta andaluza: "No mientas Pedro, no mientas, cariño", le echó en cara la dirigente, que aseguró que "nunca" ha defendido el concepto de nación de naciones.

Sánchez, sin embargo, sí se mostró de acuerdo con esa definición. "Estamos de acuerdo en que debe haber un sólo Estado, el español, y una única soberanía, pero tenemos que reconocer una mayor pluralidad" de los territorios, insistió el ex secretario general, que ironizó con que Díaz no haya presentado aún su documento de propuestas –"estaría bien que lo hicieras antes del recuento", le dijo–. "Todo el mundo tiene claro cuál es mi modelo de país, estoy en la Declaración de Granada", sostuvo por su parte Díaz, que afirmó que está a favor de reconocer la "diversidad" del país pero antepuso a ello la "igualdad de todos los ciudadanos". "Tenemos que dejar de dar vaivenes y de decirle a la gente sólo lo que quiere oír", insistió en referencia a Sánchez.

López, por su parte, puso en un brete al ex secretario general durante su intervención. "¿Qué es una nación, Pedro, tú lo sabes?", le inquirió directamente, para a posteriori señalar que no tiene "ningún problema" con reconocer las particularidades relativas a la lengua o la cultura de un territorio, pero que no está de acuerdo con el concepto de nación que persigue tener un Estado propio. "¿Pero éste es el debate de los socialistas?", se preguntó retóricamente el candidato, que afirmó que esa discusión "no lleva a ninguna parte" y aseguró que, en cuanto a modelo territorial, él apuesta por "ceder soberanía a Europa".

Díaz aprovechó la oportunidad –"los socialistas no somos nacionalistas, somos internacionalistas", recordó– y lanzó un directo a Sánchez. "Si tu problema fuese yo, el problema hubiera acabado hace mucho tiempo, Pedro, pero tu problema es que de los 38 que elegiste para formar parte de tu ejecutiva sólo siete están contigo. Zapatero no está ya contigo, y eso que te apoyó activamente, Felipe [González] no se fía de ti", enumeró la presidenta andaluza. "Tu problema eres tú", criticó.

Del tripartito portugués al "tú eres pro-Pedro"

El segundo bloque, el que se dedicó a las cuestiones de política económica y social, fue el que sirvió para que los candidatos plantearan un mayor número de propuestas. Los tres coincidieron, por ejemplo, en la necesidad de derogar la reforma laboral o garantizar el futuro de las pensiones. Pero poco tiempo tardaron Díaz y Sánchez en comenzar a intercambiarse reproches de nuevo. "La vida se cambia a las personas desde los boletines oficiales, y no desde las pancartas y las soflamas", defendió la candidata, que se dirigió directamente al exlíder para afearle que cuando defendía "el mestizaje ideológico" para pactar con Podemos y Ciudadanos había dirigentes del PSOE que hacían "políticas de izquierdas" y hoy que defiende "otra cosa" esos dirigentes siguen "haciendo política útil".

"Eso hay que decírselo a los votantes, que saben perfectamente que hacemos lo que decimos porque nos abstuvimos de espaldas" a ellos, rebatió irónicamente Sánchez, que se proclamó seguidor del ejemplo del tripartito de izquierdas portugués. "Igual el problema es quién se presenta", insinuó el ex secretario general. Díaz insistió en sus argumentos. "Todo el mundo quiere ganar, Pedro, pero no todo el mundo gana", y "yo creo que tu no eres ni pro-Podemos ni pro-Ciudadanos, sino pro-Pedro Sánchez, porque siempre defiendes lo que te conviene", sostuvo. 

López se vio arrastrado por la corriente y terminó también dando su opinión sobre por qué el PSOE está en esta situación. "En lugar de enfrentarnos a la derecha nos enfrentamos entre nosotros", diagnosticó el exlehendakari, que desde el inicio de la campaña ha querido mostrarse como el candidato conciliador. "Sólo hay dos alternativas, pero no son las que planteáis. No se trata de poner el izquierdómetro, ni de decir si el PSOE es ganador o no, sino de cómo lo conseguimos", insistió López, que sostuvo que "las alternativas son unirnos para ganar todos o armar bloques enfrentados".

Pese a este diagnóstico, Sánchez volvió a pedir dos veces a López que se uniera a su candidatura, un extremo que el candidato rechazó airadamente. "Patxi, este proyecto que presento es tu proyecto, nuestro proyecto, tenemos que caminar juntos", insistió el ex secretario general, que aseguró que las propuestas del exlehendakari están en su propio programa. "Me parece muy bien que si no tenías ideas cogieras las mías, pero no se trata de eso, no se trata de unir medio partido para ir contra el otro medio, no se trata más que de ver cómo se tiende la mano entre socialistas, de tender puentes", respondió López.

El modelo de partido

Tampoco hubo grandes novedades con respecto al modelo de partido que defiende cada uno de los candidatos. Si Sánchez defendió dejar atrás "el PSOE de los notables", Díaz hizo lo propio al promover un partido "más unido" y "sin complejos", mientras López alertó del "riesgo" en el que se encuentra la propia existencia del PSOE y avisó de que "como no resolvamos los problemas de definición del proyecto, dará igual a quien pongamos en el cartel".

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Los dos candidatos se mostraron de acuerdo al defender que ha de regularse la capacidad de convocar consultas a la militancia, y también en que sólo los militantes puedan destituir a un secretario general. López criticó la idea de Díaz de compatibilizar la Presidencia de la Junta de Andalucía con la Secretaría General del PSOE –"este puesto necesita dedicación 25 horas al día", señaló–, y Sánchez, en su papel de candidato contra el establishment del partido, aseguró que en la "larga vida orgánica" de Díaz ésta ha promovido "hasta 32 gestoras" en agrupaciones con direcciones no afines.

La presidenta andaluza, no obstante, se defendió. "Pedro, yo nunca te voy a difamar con lo que diga un medio de derechas, porque aspiro a ser también tu secretaria general", criticó en referencia a la acusación de Sánchez sobre sus maniobras para imponer gestoras. "Cuando compartirse responsabilidad de ser secretario general del PSE con la responsabilidad de ser lehendakari y con la responsabilidad de estar en la ejecutiva de Rubalcaba, llevaste esas responsabilidades con entrega", rebatió a López.

El minuto final para pedir el voto también fue previsible. La primera en intervenir fue Díaz, que fue seguida por López y Sánchez. "Estoy convencida que el PSOE es lo mejor que le ha pasado a España", y "cuando el PSOE se levante se volverá a levantar este país", aseguró la presidenta andaluza. Mientras, el exlehendakari planteó que los socialistas no podrán volver a tener buenos resultados si están "divididos" y si no tienen claro que su sitio no está junto "al Ibex 35". Sánchez, por su parte, insistió en su mensaje del inicio: las opciones pasan por "o curar, o cronificar ese mal llamado abstención", y su apuesta es la de "situar el PSOE a la izquierda". Será en apenas seis días cuando se resuelva la incógnita de cuál de esos proyectos es el mayoritario entre los socialistas.

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