Los pesos pesados del PP con Aznar y Rajoy no saben qué hacía el partido con el dinero

Javier Arenas, Ángel Acebes, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, los cuatro pesos pesados del PP durante la etapa sometida a escrutinio en el primer juicio del caso Gürtel, 1999-2005, exhibieron este martes en sus declaraciones como testigos no solo una previsible y completa ignorancia sobre la caja B sino sobre el dinero en general que manejaba el partido, fuese cual fuese su origen, condición y finalidad. El lunes, Francisco Álvarez Cascos, secretario general entre 1989 y 1999 y ministro de Fomento con Aznar, ya había manifestado que "no recuerda" haber tramitado donativo alguno durante los más de dos años en que ejerció como tesorero interino una vez que en 1990 dimitió de ese cargo Rosendo Naseiro cercado por la acusación de financiación ilegal.

Arenas y Acebes remacharon que ni tenían potestades para contratar, ni sabían quién gestionaba los donativos ni tuvieron noticia de que la cúpula hubiese prohibido seguir encargando actos al grupo de Francisco Correa. El tesorero no dependía del secretario general, convinieron ambos. El histórico líder del PP andaluz, ahora ya alejado de ese cargo pero aún presente en la ejecutiva de Rajoy como vicesecretario de política autonómica y local,  llegó a sostener que no tiene "ni idea" de quién se encargaba de las donaciones: las legales porque las otras –enfatizó–, las reflejadas en los papeles de Bárcenas, no las conocía nadie en el PP, reiteró Arenas. Cuando la fiscal le preguntó si había habido algún tipo de indicación para no contratar con ciertas empresas, en referencia implícita al grupo de Correa, Arenas imprimió a su voz un tono categórico: "Desconocimiento absoluto, no lo he vivido nunca".

A Acebes le preguntó lo mismo el abogado de Bárcenas, es decir, si conocía que se hubiera dado la instrucción de no contratar con el grupo de Francisco Correa. "No, no lo sé", respondió tras precisar que nunca había tenido "la responsabilidad de contratar".

El tercero en negar la existencia de esas directrices fue el exeurodiputado Gerardo Galeote: interrumpir su relación con la agencia de viajes de Correa fue una decisión "personalísima". No recibió instrucciones pero sí "información de una secretaria" en el sentido de que el partido ya no iba a contratar más con el grupo 

¿Complica esa triple negativa la posición de Mariano Rajoy, que declarará el 26 de julio, cuando afronte las preguntas relativas a su decisión de prescindir de lo que hoy todo el mundo conoce como la trama Gürtel? De momento, el interrogante permanece abierto. Pero se da por seguro que esa será una de las cuestiones insoslayables para las acusaciones populares. 

Las respuestas de Arenas y Acebes sobre la ruptura con el grupo de Correa parecen desmarcarse de la doctrina oficial del propio Mariano Rajoy. En marzo de 2009, y tras explicar que a través del entonces tesorero, Álvaro Lapuerta, había tenido conocimiento de que Correa iba hablando en nombre del partido, el presidente dijo en Radio Nacional esto: "Se avisó de que ese señor no podía hablar en nombre del partido y se decidió prescindir de sus servicios en Génova". 

El desconocimiento de las directrices para liquidar la relación comercial con la red Gürtel, que durante años había organizado congresos, mítines hasta la boda de la hija de Aznar, no fue la única coincidencia entre Arenas y Acebes. El discurso de ambos confluyó incluso en uno de los términos empleados para rebajar el alcance de las funciones de Luis Bárcenas en aquel periodo en que ocupaba el puesto de gerente: la "logística", dijo Arenas tras mencionar también la "intendencia"; "funciones logísticas", definió luego Acebes. Tareas mecánicas, había dicho asimismo Arenas citando como ejemplo la distribución de plazas de parking. El tesorero, entonces, era Álvaro Lapuerta, hoy octogenario y apartado del banquillo de los acusados –y de cualquier interrogatorio– por "demencia sobrevenida".

"No me consta"

En la misma línea, Rodrigo Rato, el poderoso vicepresidente económico de los dos primeros gobiernos del PP y que en 2003 estuvo a punto de ser elegido su sucesor por Aznar, afirmó que tampoco él conocía las finanzas internas. La contratación de campañas electorales no se abordaba en aquellas reuniones en que él participaba como vicesecretario general. Rato era uno de los llamados "magníficos" del PP. Como Jaime Mayor Oreja, que dejó igualmente en el tribunal un rastro de desmemoria.

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Por ejemplo, cuando el abogado del PSOE le preguntó a Mayor Oreja por los 93.000 euros que, según los papeles de Bárcenas, recibió en metálico, el exministro del Interior respondió así: "No lo sé, no me consta, lo desconozco". Negó asimismo haber recibido 3.000 euros para la plataforma vasca ¡Basta ya!

Ninguno de los cinco admite haber recibido sobresueldos opacos. Y ninguno dice aceptar la posibilidad de que el PP ingresara aportaciones de empresarios a cambio de favorecerles con contratos públicos.

Especialmente en los casos de Rato y Mayor Oreja, el interrogatorio los metió en un auténtico atolladero cuando se les preguntó qué hicieron al enterarse de que aparecían mencionados en los papeles de Bárcenas. Mayor Oreja llegó a responder que no tenía "ni idea" y que no los había examinado porque nunca ha albergado "ningún especial interés" en ellos. Rato trató de zafarse respondiendo que no tenía nada que verificar sobre los manuscritos del antiguo gerente y tesorero. "¿Ha verificado esas anotaciones?", inquirió el abogado del PSOE en relación a las entregas –6.850 euros trimestrales– anotadas en la contabilidad B. "Si no las he recibido ya están verificadas", contestó Rato, que no terminó de explicar por qué desistió de exigir una rectificación si los papeles de Bárcenas solo contenían falsedades en lo que al también expresidente de Bankia respecta.