Orgullo LGTBI

Seis batallas pendientes del movimiento LGTBI

Bancos de la plaza de la Escandalera de Oviedo pintados con la bandera del arcoíris.

Los avances logrados a día de hoy por parte de la comunidad LGTBI están fuera de discusión. Pese a lo costoso de su labor y al pausado avance de las políticas de igualdad, los derechos del colectivo han ido derribando los muros impuestos durante décadas. Sin embargo, las barreras a las que ha de enfrentarse en su día a día son aún una realidad latente.

Estos son algunos de los retos y debates pendientes señalados a infoLibre por parte de activistas y organizaciones de la sociedad civil.

  Delitos de odio

Un total de 72 países todavía criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, tal y como denuncia Amnistía Internacional. El balance apunta a 33 países africanos, 23 asiáticos, diez en América y seis en Oceanía, según datos de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).

En países como Arabia Saudí o Sudán la homosexualidad se encuentra sancionada con pena de muerte, mientras que otros 19, como Lituania, prohíben o limitan las expresiones públicas de las personas homosexuales, bisexuales, transexuales o intersexuales.

Aunque la situación española toma distancia de los territorios más preocupantes en materia LGTBI, el escenario nacional tampoco está exento de problemas sin resolver. La discriminación por orientación sexual o identidad de género en 2016 ha crecido un 36,1% respecto al año anterior, según datos del Ministerio del Interior. La FELGT asegura además que sus organizaciones manejan cifras más altas porque muchas víctimas no se atreven a denunciar por la desconfianza que les generan los órganos policiales y judiciales. A nivel global, España registró en el año 2016 un total de 230 delitos de odio por motivos de orientación sexual o identidad de género, frente a los 169 del año anterior.

Santiago Rivero, activista de la organización Cogam, advierte de que "algo está pasando y las instituciones en algo están fallando". Pone como ejemplo la complejidad de las redes sociales a la hora de detectar y combatir agresiones LGTBIfóbicas: "En las redes insultar sale gratis, porque los agresores se escudan en el anonimato", afirma Rivero. Para poner solución al problema, además de la educación en las escuelas, resulta "fundamental la formación en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que debe ser parte de la propia formación reglada que reciben".

  Mundo laboral

El pasado 19 de junio el sindicato UGT editó una guía sindical sobre la diversidad sexual y afectiva en el entorno laboral. Con este paso al frente, la organización pone el foco en la necesidad de desarrollar "una estrategia para combatir las desigualdades y las discriminaciones que se producen en el ámbito laboral por motivos de orientación sexual e identidad de género". El sindicato propone que las empresas promuevan condiciones laborales que eviten este tipo de acoso y arbitren "procedimientos específicos para su prevención y para dar cauce a las denuncias o reclamaciones" realizadas por quienes hayan sido objeto del mismo.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) recuerda que los últimos estudios sobre discriminación por orientación sexual e identidad de género en España afirman que el 30% de las personas encuestadas ha vivido situaciones de discriminación en el ámbito laboral, un 20% se ha encontrado con trabas en la promoción profesional y en el acceso al trabajo, y un 23,9% ha sufrido acoso laboral. Además, continúa la organización, entre un 50% y un 70% ha sufrido trato discriminatorio por parte de compañeras y compañeros.

La Federación considera, en base a los datos señalados, que "dentro del colectivo LGTB no se produce una expresión libre y natural de la orientación sexual o identidad de género en el ámbito del trabajo, estando muy presente el ocultamiento por temor a una exposición que suponga despido, acoso, comentarios negativos o cambios de actitud". El problema, añade, es que tales riesgos resultan "difícilmente demostrables en situaciones de moobing".

Por ello, la FELGTB estima necesaria una ley de igualdad que atienda a las necesidades del colectivo, también en el ámbito laboral. Apuesta, en este sentido, por la prevención, corrección y eliminación de toda forma de discriminación, así como la garantía del cumplimiento de los derechos laborales de las personas LGTBI por parte de la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, o la incorporación en la convocatoria de ayudas para la conciliación de la vida laboral y familiar "cláusulas que contemplen la heterogeneidad del hecho familiar".

  Discriminación por edad

La discriminación que sufren las personas LGTBI, lejos de diluirse con el tiempo, impregna cada etapa vital de las víctimas. La Fundación 26 de diciembre se constituye con el objetivo de prestar apoyo a "los grandes olvidados", las personas mayores LGTBI, un grupo especialmente "vulnerable y abandonado por la sociedad mayoritaria y por el propio colectivo". El nombre de la organización rinde homenaje a la fecha –26 de diciembre de 1978– en la que se modificó la Ley 16/1970 sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, que penaba la homosexualidad durante el franquismo.

Vanesa Martos, trabajadora social de la fundación, recuerda que las personas mayores LGTBI "han venido arrastrando una trayectoria social con herencia franquista", y de ahí la complejidad de su integración. "Cuando hablamos de personas LGTB nos imaginamos a personas jóvenes, pero no pensamos en cuerpos con cicatrices y bagaje emocional", señala Martos, quien recalca que su trabajo con ellos surge "porque era necesario para mejorar la calidad de vida de estas personas".

De los "más de 200 casos anuales" que atiende la asociación, "un 70% pasan a terapia psicológica y encuentran espacio de socialización". Las personas mayores LGTBI logran de esta forma no verse "armarizados de por vida para vivir su sexualidad". La fundación ha reclamado, como próximo paso para desarrollar su actividad, la construcción de una residencia específica para los miembros de este colectivo, que se encuentran con la barrera social que origina el estigma por "no tener una relación polifamiliar", de modo que "se sienten especialmente solos, excluidos y tienen problemas psicológicos". 

  VIH: serofobia y estigma

La carrera de obstáculos que ha de sortear todo portador de VIH sigue siendo una de las principales preocupaciones de la comunidad LGTBI. Shaina Vara, coordinadora del área joven de la Fundación Triángulo Madrid, denuncia la permanencia de "la serofobia originada por prejuicios y estereotipos" como la idea de que quienes contraen el virus "no llevan una vida saludable, realizan determinadas prácticas sexuales, o no tienen una vida decente". La Fundación Triángulo, continúa la activista, reclama campañas de prevención, porque "aunque los diagnósticos son muy tempranos, no está habiendo ninguna campaña ni se trabaja plenamente en ello", de modo que las organizaciones de la sociedad civil se ven obligadas a llevar a cabo un "doble esfuerzo" relativo a labores preventivas e informativas.

Santiago Rivero también considera que el trabajo a nivel de prevención sigue siendo fundamental. "Los presupuestos se han visto lastrados, y apenas hay financiación de programas y campañas", denuncia. Sin ir más lejos, añade el activista, "la Comunidad de Madrid lleva años sin pagar subvenciones de proyectos que ya se han realizado".

  Gestación subrogada

Aunque la práctica de la gestación subrogada está prohibida en España, la polémica se ha instalado recientemente en el país en torno a una posible regulación que imite a las existentes en países como Estados Unidos, Canadá o Ucrania.

El debate, candente entre las diversas formaciones políticas, también ha alcanzado al colectivo LGTBI. Shaina Vara reconoce que es "un tema controvertido" que genera no sólo un gran debate en el colectivo, sino también "división interna" entre las distintas organizaciones. Aunque admite que "hay una parte de la gestación subrogada que usa el cuerpo de las mujeres como mercancía", recalca que Triángulo no cuenta con una posición consolidada al respecto.

Cogam, por su parte, sí se ha pronunciado a favor de esta práctica, "siempre y cuando no haya un intercambio económico de por medio". La Ley 14/2006 sobre Reproducción Asistida considera "nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna en favor del contratante o de un tercero". Las parejas homosexuales, no obstante, sí tienen posibilidad de ser padres gracias a la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el año 2005. 

  Espacios seguros y visibilidad real

"Ser LGTB es, casi siempre, ser una persona vulnerable". A juicio de Shaina Vara, aún a día de hoy siguen siendo necesarios espacios seguros donde se ofrezca protección a los miembros del colectivo. Muchas personas se ven todavía obligadas "a esconder su pluma, que no se note, o decir que tienen pareja para no revelar el género". Señala, Vara, los ámbitos laboral y escolar como principales escenarios sobre los que trabajar en este aspecto.

Los obispos tachan de "inquisitorial" la ley LGTBI de Podemos y estos le recomiendan "que monten un partido"

Los obispos tachan de "inquisitorial" la ley LGTBI de Podemos y estos le recomiendan "que monten un partido"

Además, prosigue, la cuestión de la visibilidad en función del territorio "afecta muchísimo" al grado y la forma de discriminación. La activista distingue entre espacios con mayor "diversidad cultural, de identidades, de formas de vida" y los "pueblos pequeños donde el anonimato es más difícil y se vuelve más complicado construir un espacio seguro". Aunque matiza que "los jóvenes están cada vez más empoderados y con ganas de visibilizar", admite que las áreas rurales y poblaciones pequeñas cuentan con unas particularidades que deben ser tratadas. "Sigues siendo el maricón del pueblo o la machorra que va a ser la solterona", señala Vara, "aunque parezca de hace 50 años, sigue pasando".

La cercanía vecinal entre los habitantes de las comunidades pequeñas puede ser, al mismo tiempo, una ventaja y un inconveniente. Santiago Rivero considera que "hay mayor apoyo" porque se tejen redes solidarias más consolidadas a las que acudir, algo que resulta más complicado en las grandes urbes.

Rivero cree que la cuestión clave a la hora de lograr una normalización e integración real apunta al desarrollo efectivo de las leyes. "Madrid cuenta con una ley contra la LGTBIfobia y otra sobre identidad de género, pero ninguna de las dos se ha desarrollado", denuncia. A su entender, toda normativa "necesita de medidas que impulsen lo que se dice sobre el papel, para bajar la letra a la realidad".

Más sobre este tema
stats